Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea aprobarán hoy las condiciones para negociar con Cuba un acuerdo sobre diálogo político y cooperación que permita normalizar las relaciones con la isla y «alentar» reformas democráticas. Mientras, en Estados Unidos, especialmente en Miami, cuna de la flor y nata del «lobby» cubano, arrecia el debate entre los partidarios de mantener el embargo comercial impuesto en 1960 y recrudecido en 1962 y quienes desean liberalizar las inversiones y adoptar protagonismo, para no perder el tren, una vez que el régimen castrista dé paso a una apertura democrática.

Ambas posiciones enfrentan a dos insignes miembros de la colonia astur-cubana. Por un lado, el magnate Alfonso («Alfie») Fanjul Gómez-Mena, conocido como «el rey del azúcar», sobrino nieto del noreñense Manuel Rionda y nieto de Higinio Fanjul, con un imperio extendido por el sur de la Florida y la República Dominicana, residente en Palm Beach y con pasaporte español, mecenas de los demócratas -su hermano Pepe lo es de los republicanos-, es partidario de la apertura; mientras que el senador demócrata por New Jersey Robert Menéndez («Bob Menéndez»), nieto de avilesinos que emigraron a la isla, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado, se inclina por no hacer concesiones al régimen castrista hasta que las libertades democráticas no sean un hecho.

Alrededor pululan potentes «lobbies» en los que se entremezclan intereses económicos y razones sentimentales. Fanjul preside, junto a su hermano Flo-Sun, una de las mayores azucareras del mundo, con marcas como Domino Sugar o Florida Crystals, negocios inmobiliarios, refinerías y gestión de infraestructuras. Abandonó Cuba en 1959, cuando el castrismo nacionalizó los inabarcables bienes familiares. Menéndez nació en Estados Unidos en 1954. Ambos pertenecen a ese grupo de cubano-americanos que aún sienten cercana a la Perla del Caribe. En una reciente entrevista concedida al diario «The Washington Post», Fanjul, de 76 años, habla de sus visitas a Cuba en 2012 y 2013 y asegura que «si hay alguna forma de que la bandera de la familia pueda ser llevada de vuelta estaría feliz de hacerlo». Recalca que la motivación de los viajes ha sido el deseo de «reunir a la familia cubana». «Las posibilidades de negocio podrían explorarse sólo si hay avances políticos y diplomáticos, añade.

El mero hecho de que el empresario haya viajado a La Habana y se haya reunido con el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, marca un giro radical en un reconocido anticastrista, amigo de los Bush y los Clinton, asiduos a su mansión de Casa de Campo, en La Romana (República Dominicana). «La familia Fanjul estuvo en Cuba durante 150 años, y, sí, al final del camino me gustaría ver a nuestra familia de regreso en Cuba, donde empezamos, pero tiene que ser bajo las circunstancias correctas», agrega Alfie.

«Tenemos la esperanza de que un día Estados Unidos y Cuba encuentren la forma de que toda la comunidad cubana pueda vivir y trabajar junta». La balanza se inclina a favor del aperturismo, avalado por el cambio generacional representado por los nietos de cubanos criados entre el inglés y el «spanglish», con Cuba como referencia un tanto exótica. En medio de todos, el presidente Obama, que estrechó la mano de Raúl Castro en el funeral por Mandela, evita enfrentamientos con el poderoso anticastrismo, estratégico para ganar elecciones. Los demócratas se llevaron la mitad de los votos clave de Florida en 2012. En noviembre, el presidente sugirió en Miami actualizar las políticas hacia Cuba y sus palabras provocaron una hecatombe. El único gesto de calado hacia el castrismo fue flexibilizar las restricciones de viajes en enero de 2011. Washington sostiene que Cuba deber mejorar la situación de los Derechos Humanos. En cualquier caso, parece improbable que los Estados Unidos permitan que Europa lleve el timón en la ruta hacia el goloso negocio cubano.

DOS CARAS DEL PODER

Aristocracia económica.

Alfonso Fanjul, sobrino bisnieto del emigrante noreñense Manuel Rionda, el primer «rey del azúcar» de la familia, cuenta entre sus antepasadas a Edelmira Sampedro, condesa de Covadonga, ex esposa de Alfonso de Borbón. En uno de sus viajes a Cuba Fanjul volvió a pisar emocionado la mansión donde se crio, entre cuadros de Sorolla y porcelanas chinas, actual Museo Nacional de Artes Decorativas. Fanjul, que asegura, ante todo, que respeta las leyes de los Estados Unidos, se perfila como uno de los grandes valedores de Hillary Clinton como candidata presidencial en 2016.

Origen humilde.

Robert, «Bob», Menéndez (Nueva York, 1954), hijo de una costurera y un carpintero, fue en 2006 el primer latino que representa a Nueva Jersey en el Senado de los EE UU. Sus padres, Evangelina y Mario Menéndez, huyeron de Cuba en 1953 debido a que no aprobaban la dictadura de Batista. Menéndez declaró en 2011 a LA NUEVA ESPAÑA que sus padres le inculcaron el cariño por Asturias y que se siente muy orgulloso de sus raíces. Los abuelos de Menéndez emigraron desde Avilés a La Habana. En enero recibió en Washington la Gran Cruz de Isabel la Católica de manos de Rajoy.