A las puertas del IES Bernaldo de Quirós -sede para los exámenes de Filosofía-, un hombre reparte folletos de un sindicato. La mayoría de los opositores los recogen, pero pocos los miran. Sirven de abanico para sofocar la inquietud: "Es horroroso, más que nervios es ansiedad lo que siento ahora mismo", afirmó Dani Menéndez. Lleva cuatro años trabajando en la enseñanza pública, aunque inició su carrera laboral en la concertada: "Nos jugamos mucho, pero al menos esta vez son bastantes plazas".

Eva Monje, a su lado, discrepa: "Parece que son más de las que realmente son porque estamos acostumbrados a nada de nada". Recuerda que llevaban tres años sin salir y que, en esta convocatoria, hay trece puestos de Filosofía. Monje explicó que "hay otras nueve plazas reservadas para promoción interna que no se van a cubrir, y que tampoco las sacan a concurso público". Saida Fernández, compañera en la espera, asintió cuando Monje criticó que "no se haya cumplido el compromiso de favorecer de alguna forma a los que ya llevamos muchos años". Ella lleva trece años en Cantabria, Saida Fernández está en Navarra.

Ellos quieren acercarse a Asturias, y otros llegan de fuera para intentar quedarse. Como Xosé López y Daniel Garrido, los dos opositores de Galicia. Fue su primera vez en un examen y estaban tranquilos: "Nervios teníamos cuando nos tocaba estudiar, ahora ya está todo estudiado", señaló López. Las plazas les parecen "bastantes, pero sólo porque las comparamos con otras convocatorias mucho más escasas".

Son las diez en punto y empiezan a llamar a los grupos para hacer el examen: repartidos entre las tres plantas del instituto y en distintas clases. A las puertas del IES Bernaldo de Quirós queda sólo una pareja, ella parece muy intranquila: "Vinimos a acompañar a nuestro hijo, que es la primera vez que se presenta". "Estoy yo más nerviosa que él", confesó la madre de Eloy Granda.