Estos son los chiringuitos asturianos que se cuelan en las distinciones de la Guía Repsol

Buenas vistas y mejor comida llevan al Menos Mal (Porcía), el Aramar (Antromero) y el Moniello (Luanco) a conseguir el reconocimiento de la popular guía

Chiringuitos.

Chiringuitos.

Víctor DELGADO

No es que esté siendo este el mejor verano para disfrutar de los chiringuitos de playa en Asturias –por la falta de horas de sol, se entiende–, pero hay cada vez más adeptos a esta modalidad combinada de locales de esparcimiento y gastronomía, haga el tiempo que haga. Y como la temporada estival son tres días que hay que aprovechar –y en la región, dos están nublados– casi mejor es hacer planes sin pensar en cómo se levantará el día.

Además, bien merece una atención esta modalidad del chiringuito que siempre causó furor en muchos lugares de España, pero en la que Asturias iba a la zaga. Hasta ahora. Porque empiezan a abundar los buenos chiringuitos.

Y para muestra, un botón: son tres los asturianos que se han colado por primera vez en la popular Guía Repsol, en su apartado de “Soletes”, una nueva calificación de negocios asequibles y recomendables para todos los públicos.

De arriba abajo, las vistas del chiringuito Menos Mal (El Franco); y las terrazas del Aramar Playa y del Moniello (Gozón). | Moniello Gastronomía / LNE

Las vistas del chiringuito Menos Mal (El Franco) / Víctor DELGADO

El Aramar Playa y el Moniello (ambos en Gozón, en Antromero y Luanco, de concesión municipal) y el Menos Mal (en Porcía, El Franco) son los chiringuitos que han alcanzado esa categoría de “Soletes”, que en palabras de Marcos Martínez –dueño del Aramar Playa– es “el único sol” que han visto este verano. Bromas aparte, lo cierto es que en una época en la que están cambiando muchos hábitos, los espacios al aire libre se han convertido en los más codiciados para pasar el rato. El concejo de Gozón ha cautivado a la Guía Repsol. Para Ramón G. Artime, dueño del Moniello, “supone un orgullo para el municipio y para Luanco que dos de los tres representantes de la región estén aquí”.

Sin embargo, el hostelero valora que más allá de poder lucir un “solete”, lo importante es que “la clientela venga cada fin de semana, lo que más funciona es el boca a boca”. Por su parte, Martínez asegura que aún es pronto para notar efectos por la “distinción de la guía”, y que en su caso “aún no se ha notado un gran cambio respecto al verano pasado”. Eso sí, cree que los reconocimientos “siempre son tenidos en cuenta, tanto por la gente ocasional como por los clientes habituales, que seguro que están más contentos”.

Chiringuitos en los que siempre luce el sol

Terraza del Aramar Playa (Gozón). | LNE / Víctor DELGADO

En cuestión de chiringuitos, cada uno tiene su estilo, el del Menos Mal es “más surfero”; el del Aramar “más chill-out”; y el del Moniello “más clásico”, dicen. Pero los tres responsables coinciden en que una parte del éxito de estos locales viene porque “las exigencias de los clientes han cambiado”. El responsable del Aramar Playa sostiene que “ahora se busca más la tranquilidad, y aunque las restricciones de la pandemia les hayan afectado, se ha notado que cada vez más gente quiere venir a estos lugares”. Para Martínez, “es un hecho que cada vez gustan más los chiringuitos en Asturias, porque son sitios donde se come muy bien y sencillo”.

Otra parte del éxito de estos negocios tiene mucho que ver con el emplazamiento. “Es muy importante contar con un buen paisaje, al igual que poner esfuerzos en el diseño y proponer una buena oferta gastronómica; nosotros trabajamos sobre todo con productos de proximidad”, explica Artime. El responsable del Aramar Playa también coincide en la importancia de la ubicación: “Un 90 por ciento del éxito viene por las vistas privilegiadas de la bahía de Luanco que tenemos. Luego nos esforzamos en aportar algo más con la comida, pero la localización es clave”.

Chiringuitos en los que siempre luce el sol

Terraza del Moniello (Gozón). | Moniello Gastronomía / Víctor DELGADO

Por su parte, Pablo Fernández, que regenta junto a Veracruz Sanz el único “Solete” fuera de Gozón, el Menos Mal de Porcía, asegura no sentirse “muy identificado con ese mundo” de las distinciones, porque “mi trabajo es cocinar algo rico y que los clientes estén a gusto, sin demasiadas pretensiones”. Comparte que un ambiente desenfadado al aire libre es clave para el éxito: “En nuestro chiringuito hay brisa y la gente está cómoda con el tema de la pandemia. También fuimos los primeros de la zona en abrir más allá del verano y eso nos vino bien para fidelizar clientela”.

Al contrario que en el resto de establecimientos hosteleros, la pandemia apenas se ha notado en los chiringuitos asturianos, ya que cuentan con unas terrazas amplias donde poder mantener la distancia. “Nos ha venido bien, la gente busca espacios al aire libre donde se dé un servicio más pausado y más tranquilo”, concluye el responsable del Moniello. Esta reinvención de los chiringuitos, sumada a los posibles cambios de costumbres heredados de la pandemia, podría llevar a su consolidación en Asturias como uno de los espacios de moda. De momento, ya son tres los que tienen su “solete” y parece que el clásico chiringuito “de helado y refresco” ha pasado a mejor vida.

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