El palacio asturiano de Figueras, el primero en uso de una colección de joyas históricas rehabilitadas

Visage Collection inaugurará este verano un hotel de lujo y un "estate" privado en Menorca, y más adelante las Torres de Donlebún y otros 21 edificios que serán restaurados

Ramón Díaz

Ramón Díaz

"Somos los custodios de castillos antiguos, impresionantes edificios modernistas y otras valiosas propiedades. No importa la época y el estilo, nuestros proyectos de modernización siempre respetan la autenticidad de los edificios para adaptarlos de manera armoniosa a un turismo más contemporáneo y sofisticado". El mensaje explica la tarea que se ha marcado la familia Madera, empeñada en rescatar joyas arquitectónicas del abandono y la ruina, devolverles el esplendor perdido y darles una segunda oportunidad, rehabilitándolas, poniéndolas a disposición de los viajeros y custodiándolas para dejarlas como legado de riqueza cultural y ambiental para el futuro.

Esta iniciativa comenzó hace mas de 10 años en Asturias y la familia Madera la ha ido ampliando a otras comunidades autónomas, desarrollando a la vez un nuevo concepto de preservación y de hospedaje, que ha cristalizado en la marca Vestige Collection, con 25 propiedades repartidas por España, siete de ellas en Asturias.

El palacio de Figueras (Castropol) ya está abierto; la masía de Son Vell y la casa de campo Santa Ana, ambas en Menorca, abrirán este verano; y un poco más adelante lo hará también el palacio de las Torres de Donlebún, en Barres (Castropol). Es solo el principio, en los próximos años abrirán todas las propiedades, 12 en formato hotel y 13 como "estates" privados. En esta selección única de retiros de lujo para los viajeros más exigentes se llevan invertidos más de 30 millones de euros y se han generado hasta 60 puestos de trabajo directo.

Víctor Madera, cabeza visible de la iniciativa, es ovetense, médico y especialista en medicina deportiva. Inició su carrera en el Hospital de la Cruz Roja en Gijón y fundó el Grupo QuironSalud. Junto a su esposa, María Obdulia Fernández, profesora de Arte y directora ejecutiva de EDM (Estudio de Arquitectura e Interiorismo), persigue la recuperación y rehabilitación de patrimonio histórico y cultural, y ha culminado esa pasión en la colección Vestige, llamada a convertirse en

del siglo XXI. Entre los objetivos, brindar a los huéspedes "experiencias memorables" y la posibilidad de que sientan "la historia original de estos edificios", siempre "con un compromiso absoluto y un profundo respeto" por su papel en la protección del patrimonio natural y cultural.

Después de más de 11 años de rehabilitación, el palacio de Figueras, bien de interés cultural (BIC), ha vuelto por sus fueros. Hubo que eliminar añadidos y superpuestos, y se hizo respetando al máximo su estructura y su condición de edificio histórico, con lo que se logró recuperar el carácter y la esencia de una fortaleza con casi 500 años de antigüedad, situada sobre el puerto local. Tiene 2.700 metros construidos en una finca de 8.335 metros cuadrados con vistas a la ría del Eo. Destacan su torre de planta cuadrada y sus dos alas almenadas laterales, a las que hay que sumar un jardín histórico, una capilla y un edificio anexo. Su destino es el de "estate" privado. Cuenta con múltiples servicios. Entre otros, "housekeeping", bar, salones para eventos, carpa con capacidad para 200 comensales, piscina, jardines, nueve habitaciones y dos suites, de 70 y 100 metros cuadrados.

El palacio de Figueras llama la atención. Tanto que el gigante textil Inditex lo eligió en 2022 para realizar una producción editorial de la firma Zara Home y presentar su colección de la pasada primavera/verano. La construcción, de estilo ecléctico con influencia afrancesada, es tras su recuperación ejemplo perfecto de cómo convertir un edificio histórico abandonado durante decenios en un espacio multifuncional para eventos y, a la vez, en un reclamo turístico y un estímulo económico para la zona.

El palacio de las Torres de Donlebún, declarado BIC, suma 1.800 metros cuadrados construidos sobre una finca de 378.000 metros cuadrados. En él nació Sancho Pardo-Donlebún, marino del siglo XVI que participó en la incursión de la Armada Invencible contra Inglaterra. La construcción, de carácter castrense, está formada por tres torres de los siglos XVI, XVIII y XX, y se estructura en torno a un patio de armas cuadrangular cerrado por un muro almenado en el que destaca una gran puerta en forma de arco de medio punto, y unas dovelas de gran volumen. Su rehabilitación, que incluyó la construcción de una nueva torre que completa la simetría del conjunto, comenzó en 2012 y convirtió al inmueble en un edificio de lujo con 9 habitaciones. Cuando lo adquirió la familia Madera, presentaba un estado muy deteriorado: carecía de cubierta y tenía parte de los muros derruidos y daños en vigas y forjados. Como en las demás rehabilitaciones, las premisas fundamentales fueron mantener la esencia del inmueble y respetar su idiosincrasia y el medio ambiente, favoreciendo al mismo tiempo su atractivo turístico y patrimonial. Para ello se utilizaron materiales y sistemas constructivos de la época. La frase utilizada como reclamo resume lo que se ofrece: "Un castillo español del siglo XVI

para usted".

En apenas un par de meses abrirá Son Vell, un hotel de lujo en el que disfrutar de "la tranquila serenidad del Mediterráneo". Está situado cerca de Ciutadella, en la isla de Menorca, y suma 3.613 metros cuadrados construidos sobre una finca de 180 hectáreas llena de rincones naturales de singular belleza, que recuerdan el estilo elegante de Venecia. Tiene 34 habitaciones, situadas en la casa principal y en antiguos graneros y anexos restaurados. Contará con dos bares y dos restaurantes. El Vermell ofrecerá recetas populares y tradicionales, con influencias de la cocina de la Península, Gran Bretaña y Francia. El Sa Clarisa brindará menús a base de recetas típicas de Menorca con un toque moderno.

Entre las instalaciones de Son Vell destacan un cine al aire libre, piscina exterior, bar-piscina, cancha de petanca, sala de masajes, sala de catas y plataforma de yoga. Los huéspedes podrán disfrutar de experiencias como excursiones en Jeep, picnic, observación de estrellas, excursiones a caballo, deportes acuáticos en la cala de Bosc, visitas a yacimientos arqueológicos, yoga, espectáculos en directo y visitas a artesanos locales.

Santa Ana, por su lado, es una impresionante casa de campo con 585 metros cuadrados construidos sobre una finca de más de 230 hectáreas. Está ubicada en las inmediaciones de la cala Mararella, considerada la mejor playa de la isla. Tendrá uso de "estate" privado.

A partir de 2024, Vestige abrirá otras propiedades. En Asturias, al palacio de Figueras se unirán de manera progresiva, a medida que finalicen los proyectos de rehabilitación, además del ya citado palacio de Torres de Donlebún (Barres), el palacio de Marqués de San Cruz (Castropol), Villa Excélsior (Luarca), la casona de El Cercáu (Llanes), el palacio Duque de Estrada (Llanes) y el palacio de Valledor (Castropol).

Villa Excélsior es un palacete de indianos construido en 1912 por Manuel Méndez de Andés, tras recibir una herencia millonaria de un tío suyo que había hecho fortuna en América gracias a su fábrica de tabacos, "La Abundancia", cuyo producto estrella eran los cigarrillos "Excélsior". El edificio, con 600 metros cuadrados, está rodeado de un jardín con especies exóticas. Tras la muerte de su última ocupante, en 1999, quedó sumido en el abandono, hasta que en 2010 lo adquirió Palacios de Asturias.

El palacio Duque de Estrada, con 3.900 metros cuadrados, data del siglo XVII y se encuentra junto a la muralla medieval de Llanes, en la que aún se conserva el torreón noroccidental como cierre trasero del inmueble. El edificio inicial formaba un cuerpo macizo, simétrico y rotundo, flanqueado por dos torreones, siguiendo el modelo de residencia palaciega urbana de la Asturias de principio de ese siglo, destacando la definición de huecos con proliferación de balcones, las soluciones de fábrica y sus proporciones, casi herrerianas. En 1650, se amplió la fachada Este, conformando una galería exterior muestra del clasicismo depurado. A finales del XVII, se realizó la última ampliación, cerrando el patio interior. Un incendio lo destruyó durante la ocupación francesa de 1809.

La casona de El Cercáu, protegida bajo la figura BIC, está ubicada en pleno casco histórico de Llanes. Es un palacio urbano que ocupa 1.600 metros cuadrados, cuya fachada principal, de tres pisos, está compuesta de dos partes claramente diferenciadas, una de aspecto sobrio y cerrada, y otra de abiertas arquerías renacentistas, con galerías con arcos y balaustrada de madera torneada, que dan paso a las dependencias interiores y a la capilla anexa.

e Víctor Madera se hizo con la propiedad del palacio de Celles, en Siero, que se encuentra en ruinas y que rehabilitará para que pueda acoger actividades culturales y eventos.

La rehabilitación de cada propiedad incluida en la colección Vestige sigue un minucioso proceso de alta calidad, que comienza con la adquisición de bienes culturales abandonados y la realización de un estudio histórico que establece la viabilidad de la recuperación con la intención de devolverles su esplendor, respetando siempre la autenticidad de los edificios, y adaptarlos al turismo. Para cada propiedad se realiza un proyecto propio de rehabilitación histórico y arquitectónico, desarrollando su reinserción en la comunidad local. En todas las restauraciones se utilizan materiales locales, técnicas tradicionales de alta calidad y procesos detallistas.

Cada rehabilitación de la colección Vestige lleva entre 5 y 8 años (según la experiencia acumulada hasta ahora) con la participación de equipos multidisciplinares compuestos por historiadores, arquitectos, museístas, artesanos, paisajistas, interioristas, iluminadores, artistas… que trabajan de la mano con autoridades, instituciones, académicos y vecinos para hacerles partícipes de su renovada integración en la comunidad.

Las propiedades de Vestige Collection suponen asimismo un impulso para las economías locales, integrándose en la vida de la comunidad que reside su alrededor, involucrándose con la gente y siendo parte de diferentes proyectos de desarrollo local.

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Vestige Collection abrirá próximamente al público otras tres propiedades en las Islas Baleares: Son Verí, Son Ermitá-Binideufá y Miramar. Y tiene en desarrollo otras 15 más (incluidas las asturianas Villa Excélsior, El Cercáu y Duque de Estrada) en diferentes puntos de España. Entre ellas, una isla, dos fortalezas, palacios, fincas y casonas.

Son Verí está en Valldemossa, Mallorca, en plena sierra Tramontana, y es una casa payesa de 1.500 metros cuadrados articulada en torno a un patio central.

Son Ermitá y Binideufá, situadas en Ferreries, Menorca, son dos fincas tradicionales que la familia Madera ha decidido unir para formar un único hotel de lujo. Son Ermitá, con 1.700 metros cuadrados, cuenta con una vivienda principal, que se complementa con la casa payesa y varias edificaciones agropecuarias de Binideufá (quesería, boyeras, establos, lechería y varios almacenes), que suman 1.500 metros cuadrados.

La idea es abrir una explotación agropecuaria, con huertos ecológicos de autoabastecimiento y una piara de cerdos y un grupo de cabras para agroturismo, así como una posible cría caballar para excursiones entre las diferentes fincas y ganado vacuno de aprovechamiento para la lechería preexistente. Existirá asimismo una fábrica de queso artesano de la región.

El complejo Son Ermitá-Binideufá contará con los más modernos sistemas de energías renovables y de aprovechamiento de recursos, que permitirán compaginar la actividad rural con una urbanización que permita cubrir las necesidades del conjunto de una manera ecológica, basada en paneles fotovoltaicos, huertos ecológicos y fitodepuración.

Miramar, finalmente, es una propiedad situada junto a la catedral de Palma de Mallorca, con vistas al mar, que se convertirá en hotel de lujo.

Pero la colección de Vestige es mucho más larga. Incluye, entre otras, siete propiedades en las Baleares, dos en Extremadura, una en San Sebastián, una en Almería y otra en Ribadeo (Lugo).

Destaca la isla de Colom, que, con 590.000 metros cuadrados, es la mayor de cuantas rodean a la de Menorca. Forma parte del parque natural de la Albufera del Grao y tiene dos playas paradisíacas, Els Tamarells y el Arenal d’en Moro. Alberga los restos de una basílica paleocristiana y dos casas, así como varias construcciones agrícolas.

El castillo de San Ramón, situado en el cabo de Gata, en Almería, es bien de interés cultural (BIC) y comenzó a construirse en 1764 como protección contra las invasiones de piratas. Suma 740 metros cuadrados construidos y está situado en un lugar con vistas impresionantes, en pleno parque natural del cabo de Gata-Níjar. Tiene dos plantas y dispone de dos salones, cocina, piscina interior, siete dormitorios, un antiguo almacén, cinco baños, aljibe árabe, terraza, jardín, plaza de garaje y una parcela de más de 33.000 metros cuadrados.

El palacio menorquín conocido como Casa Squella, situado en el corazón de Ciudatella, está fechado entre los siglos XVIII y XIX, aunque el núcleo de la edificación podría ser anterior al siglo XVI.

La Torre de los Moreno, en Ribadeo (Lugo), es una casona de indianos diseñada en 1915, con cuatro plantas y un ático, catalogada también como BIC.

El castillo de Azagala, una de las últimas propiedades adquiridas por Vestige Collection, en 2020, es una fortaleza del siglo XIII en mampostería y sillarejo. Situado en Alburquerque (Badajoz), estaba abandonado y había sufrido un derrumbe hace diez años. En la actualidad está en fase de rehabilitación para convertirse en hotel de lujo.

En Cáceres, la empresa de Víctor Madera y María Obdulia Fernández tiene en desarrollo abrir un hotel en la finca Valero, que forma parte del parque natural de Monfragüe, Reserva de la Biosfera, donde confluyen cuatro ecosistemas: la dehesa, el bosque mediterráneo, los roquedos y la cuenca del Tajo.

El palacio de Satrústegui, en San Sebastián, también será hotel. Está situado en la ladera este del monte Igueldo, con vistas a la bahía de la Concha y la playa de Ondarreta. El conjunto, con 2.000 metros cuadrados y finalizado en 1884, tiene un estilo ecléctico de marcado corte historicista del Renacimiento inglés de los siglos XVI y XVII.

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