Barbón busca un Gobierno más político y ofrece consensos con sello "progresista"

El presidente en funciones abre hoy su segunda investidura y ve "sintonía" en la negociación con IU: "Mi obsesión es que el Ejecutivo sea estable"

Adrián Barbón, en el pleno de constitución de la Junta General del Principado.

Adrián Barbón, en el pleno de constitución de la Junta General del Principado. / MIKI LOPEZ

El presidente del Principado en funciones abrirá hoy la puerta de su segundo mandato con una oferta de diálogo y grandes consensos a partir de un planteamiento "nítidamente progresista". Después de recibir algunos tirones desde el centro derecha para alcanzar pactos en los grandes asuntos, Adrián Barbón empezará a llenar de contenido político la duodécima legislatura con un discurso de renovación del cargo que incluirá esa propuesta y ese matiz. Con la exposición de su programa de gobierno, a partir de las diez de la mañana y sin límite de tiempo, se abre hoy un debate de investidura en el que el socialista es el único aspirante y el seguro presidente. La Junta le recibe para una sesión planteada inicialmente en dos fases –discurso hoy, debate con los grupos y primera votación mañana– que le asegura el qué, la elección, sin certezas aún sobre el cuándo, dado que el único voto de Podemos tiene la llave de la mayoría absoluta (requisito de la elección a la primera) y la diputada, Covadonga Tomé, no decidirá su voto al menos hasta esta tarde, después de escribir un nuevo capítulo del conflicto con su partido. Si hace caso a la dirección y vota sí, Barbón será presidente mañana; si se abstiene, tendrá que esperar al viernes. Todo estará pendiente de la "asamblea abierta" que ha convocado para esta tarde en Gijón, para votar "lo que diga la militancia".

Mientras eso sucede dentro del parlamento, fuera la negociación hacia un eventual Gobierno de coalición entre PSOE e IU está a punto de cerrar la discusión de fondo político previa a la confección del organigrama de las consejerías y a un eventual reparto de departamentos entre las dos formaciones. Se ve "posible, aunque no probable", llegar a tiempo de cerrarlo todo antes de la votación de mañana, pero ayer aún quedaban cosas por dilucidar, afirman fuentes de un proceso en el que se sigue percibiendo "sintonía".

La "mayor obsesión" de Adrián Barbón es que su Gobierno "sea estable, y esa estabilidad deben darla las propias organizaciones que lo integran", dijo ayer, en plural. El presidente en funciones subrayó además que el gabinete de la pasada legislatura era "muy técnico", y que en el próximo "tiene que haber una combinación de políticos y técnicos". Lo que es seguro es que volverá a haber "igualdad entre mujeres y hombres". Y que el presidente es partidario de que la vicepresidencia, como ya sucedió con Juan Cofiño, "la ocupe una persona del partido". "No voy a llamar a nadie hasta que sea investido", indicó Barbón en alusión a los futuros consejeros.

Sobre la negociación en marcha con IU, señaló que "veo buena sintonía para que haya un gobierno de unidad progresista". Acerca de la posibilidad de que Podemos entre también en su Ejecutivo, aseveró que "no hay avances. Ni siquiera sé lo que va a votar la diputada de Podemos" en la investidura. En consecuencia, "no puedo decir si voy a ser elegido presidente el miércoles o el viernes" (en segunda votación, y ya con mayoría simple).

Tomé decidirá el voto tras una asamblea que su partido no reconoce

Mientras eso se sustancia, Barbón abrirá la legislatura con un discurso pensado en los términos de su campaña electoral: para más allá de estos cuatro años, para aprovechar "la década del cambio" y las posibilidades que abre para la región la confluencia de hitos como "la transición ecológica, la digitalización o la próxima llegada del AVE". Invitará el presidente en funciones, según fuentes del Gobierno, a "pensar con audacia y luces largas" asumiendo que "por primera vez en muchas décadas, el Principado está en condiciones de situarse a la vanguardia de una nueva revolución industrial, de una revolución verde" pilotada por una "apuesta por la ciencia".

Será desde una "orientación nítidamente progresista", añaden las mismas fuentes, desde donde Barbón querrá favorecer el consenso transversal sobre grandes prioridades. Se esperan ofertas de pacto alrededor del reto demográfico, las comunicaciones o la financiación autonómica planteadas con el propósito, apuntan las mismas fuentes, de "mantener Asturias a salvo de la crispación y practicar la política útil, la que pretende solucionar los problemas de la ciudadanía". La propuesta devuelve de algún modo la que el líder del PP, Diego Canga, le hizo en su día para un gran acuerdo sobre demografía, sanidad y atención a los mayores, pero adosándole ese matiz de la orientación ideológica, significativo en pleno proceso de negociación de un posible gobierno conjunto entre el PSOE e IU. Ofrecerá Barbón esta mañana, más concretamente, un pacto para mejorar la atención a la salud mental y otro que blinde las políticas de igualdad y la lucha contra la violencia machista.

Singularizará además sus propuestas de solución para las tribulaciones del medio rural, sostendrá que la transición ecológica también abre una oportunidad para el campo y volverá sobre algunos de los grandes hitos de sus compromisos de campaña, como la gratuidad de las escuelas infantiles a partir de 2024, algunas prioridades legislativas heredadas del ciclo pasado –ley de reto demográfico, reforma de la de montes para prevenir incendios, la del colectivo LGTBI…– o el aumento del parque público de vivienda.

Al otro lado, la oposición promete exigencia. El portavoz del PP, Diego Canga, pide a Barbón "ser y actuar como el presidente de todos, más aún cuando los asturianos han votado masivamente a favor del bipartidismo", y alejar su intervención del ruido de la campaña electoral de las generales. Que "su discurso no se convierta", reclama, "en una intervención ideológica más propia de la campaña electoral que de las palabras de quien debe representar a toda la sociedad asturiana". Conocidas ya las preferencias de Barbón, "más próximas" según Canga "a la extrema izquierda que al centro", el popular acaba reclamándole que "se aleje del no por el no, aceptando la mano tendida por el PP para alcanzar alianzas en los grandes asuntos que hoy requiere nuestra región".

El implícitamente aludido, el coordinador de IU y portavoz parlamentario de Convocatoria por Asturias, Ovidio Zapico, llega al debate en plena negociación con el PSOE y con una expectativa escueta, pero significativa, un emplazamiento al presidente para "que marque una línea claramente progresista no sólo para el día de la investidura, sino que siente las bases de un gobierno de unidad de la izquierda". En ese mismo lugar del espectro ideológico, la diputada de Podemos, que atesora el voto 23, el que sumado a los del 19 del PSOE y a los tres de IU puede dar a Barbón la mayoría absoluta y la elección en primera votación –mañana, martes, sin esperar a la segunda del viernes– guarda el sentido de su voto hasta escuchar a la militancia en una "asamblea abierta" que está convocada para esta tarde en Les Cigareres (Gijón), pero que la dirección del partido en Asturias no reconoce. "Esa figura no existe" en los estatutos, mantiene el coordinador interino, Rafael Palacios, que se acoge a la decisión que el Consejo Ciudadano Autonómico adoptó la pasada semana y que conmina a su diputada a votar a favor de la investidura de Barbón.

De palabra y de cara al discurso de hoy, mientras tanto, Tomé coincide con IU en la petición a Barbón de "un compromiso sin fisuras con la democracia" que ella interpreta como la voluntad de "hacer que Asturias tenga un gobierno de mayoría progresista, porque la suma es suficiente".

"Lo que me gustaría es que lo que diga se cumpla", añade Adrián Pumares (Foro); lo que espera, "poquita cosa. Con la experiencia de cuatro años de legislatura se puede esperar poco del discurso de Adrián Barbón", arguye el diputado forista.

Dolores Carcedo, portavoz del PSOE, confía, en cambio, en escuchar "un discurso realista, centrado en cómo abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que tiene esta comunidad autónoma, con propuestas y medidas de actuación concretas para consolidar la Asturias del futuro, y un compromiso claro por la colaboración, el diálogo y el acuerdo".

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La Junta de Portavoces del parlamento asturiano dejó ayer sin efecto una propuesta del grupo popular para que el tiempo de intervención en los debates de la cámara fuese proporcional al número de diputados de cada formación. El resto de los grupos rechazaron la alteración, que habría requerido la unanimidad, y la primera sesión con contenido político de la legislatura arrancará esta mañana con el mismo tiempo de intervención para todos los grupos. El debate de investidura comienza con el discurso de Adrián Barbón, único candidato a ser investido presidente, que no tendrá límite de tiempo para exponer su programa de gobierno. Mañana llegará el turno para la exposición del resto de los grupos, que tendrán 45 minutos cada uno, con media hora para la réplica del presidente en funciones, diez por barba para la contrarréplica de los grupos y los diez finales de nuevo para Barbón. A continuación, se votará y todo terminará ahí si el candidato obtiene los 23 votos de la mayoría absoluta. En caso contrario, la votación se repetiría el viernes con exigencia de mayoría simple.

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