Los alumnos asturianos, ante la restricción de móviles en los centros educativos: lo que opinan y lo que reconocen

"Nos desconcentran", admiten los jóvenes, que apoyan la nueva obligación de apagar el teléfono en los centros, incluso en el recreo

Noa Fernández y Darío Pérez, en el IES Carreño Miranda de Avilés, junto a un cartel que prohíbe los móviles. | Mara Villamuza

Noa Fernández y Darío Pérez, en el IES Carreño Miranda de Avilés, junto a un cartel que prohíbe los móviles. | Mara Villamuza / N. Martínez (Gijón), I. García (Avilés), D. Montañés (Mieres), F. Vallina y M. G. S. (Oviedo)

N. Martínez (Gijón), I. García (Avilés), D. Montañés (Mieres), F. Vallina y M. G. S. (Oviedo)

Pese a estar enganchados a los móviles, los alumnos asturianos ven con buenos ojos que el Principado ponga coto a los teléfonos en colegios e institutos ya este mismo curso. La consejería de Educación sacará en breve unas instrucciones generales, en las que incluirán la prohibición total de smartphones en Infantil y Primaria y limitará su uso en Secundaria, Bachillerato y FP a fines pedagógicos. Estas actividades, además, deberán estar programadas y supervisadas por un profesor. El resto del tiempo, móviles apagados. Eso afecta también a recreos y comedores. "Los teléfonos en clase impiden que nos concentremos y pueden usarse para copiar en los exámenes o jugar. Su prohibición ayudará también a que nos relacionemos más", afirman los jóvenes, que, no obstante, recuerdan que en la mayoría de centros ya había algún tipo de limitación a los dispositivos.

Dos alumnos de FP en los accesos al IES Sánchez Lastra de Mieres. | D. M.

Samara Capa, María Fernández, Diego Fernández y María García muestran sus teléfonos apagados en el IES Universidad Laboral de Gijón. / Marcos León

Este es el caso del IES Aramo de Oviedo. La mayoría de los profesores de este instituto ya no permiten usar los teléfonos a no ser que tengan su permiso para hacer algún tipo de consulta o para utilizarlo con fines educativos. "Tenemos que tenerlo apagado o en silencio. Sólo nos dejan encenderlo bajo supervisión", explica María Ganzo, que está en 1º de Bachiller. Ella y sus amigas aprovechan, no obstante, el recreo para encender los teléfonos y ponerse al día.

"También hay que tener en cuenta que hoy en día los móviles se utilizan para todo. Se usan como agenda, para apuntar las tareas del instituto o para mirar el horario de los trenes y los autobuses", apunta Claudia Suárez. "Eso sí, estar con el teléfono en clase impide que nos concentremos y es una falta de respeto al profesor", dice Salma Martínez haciendo alarde de ser una joven responsable. Todas son conscientes de que hay alumnos que se saltan las normas, incluso ellas lo han hecho alguna vez, pero están de acuerdo con que se pongan límites. "Los móviles pueden usarse para copiar en los exámenes, para jugar mientras estás en clase, para escuchar música con auriculares inalámbricos y para otras cosas que no se deberían hacer en un instituto", comentan.

Por la izquierda, María Ganzo, Claudia Suárez, Inés Álvarez, Salma Martínez y Lucía del Casar, del IES Aramo de Oviedo, con móviles en el recreo. | F. V.

Dos alumnos de FP en los accesos al IES Sánchez Lastra de Mieres. / D. M.

La obligación de mantener los móviles apagados en Secundaria y Bachillerato tampoco genera desconcierto en el alumnado del IES Universidad Laboral de Gijón. "Nosotros ya teníamos la norma interna de utilizar los móviles solo cuando los profesores nos mandaban hacer trabajos", expresa María García, alumna de 2.º de Bachillerato, que asegura que "hasta ahora solo lo encendía, miraba la hora y ya está". Con la apreciación de su compañera de clase están de acuerdo Diego Fernández y Samara Capa. "La única diferencia es que antes lo usábamos en los recreos y ahora no podremos", expone Fernández.

Si bien creen que la regulación regional contribuirá a que los jóvenes se relacionen más entre ellos y menos a través de los dispositivos, también opinan que es necesario implantar planes de concienciación para seguir estas buenas prácticas fuera de los institutos. "Dentro del centro puedes conseguir así que la gente se relacione más entre ella y no surjan problemas, pero cuando sales de aquí no sabes lo que pasa con esos móviles", argumenta Diego Fernández.

Su amiga, María Fernández, va más allá. Opina que estos dispositivos no deberían tener cabida en los espacios educativos. "Directamente creo que se debería prohibir traerlos, porque si no al final se usan de una forma u otra. La gente puede decir que están usándolo para un trabajo y que no sea así", denuncia antes de subrayar las consecuencias negativas. "Si lo traes estás todo el tiempo pendiente de él, pierdes la concentración y estás por las espaldas de los profesores", culmina.

Samara Capa, María Fernández, Diego Fernández y María García muestran sus teléfonos apagados en el IES Universidad Laboral de Gijón. | M. León

Por la izquierda, María Ganzo, Claudia Suárez, Inés Álvarez, Salma Martínez y Lucía del Casar, del IES Aramo de Oviedo, con móviles en el recreo. / F. V.

El IES Carreño Miranda de Avilés prohibió el uso de los teléfonos móviles a principios de este curso. El alumnado considera que la decisión del centro ha conllevado ventajas sobre todo a la hora de socializar y a prestar más atención en clase. Eso defienden Darío Pérez García y Noa Fernández Cotarelo, pupilos de 2º y 1º de Bachillerato, respectivamente. "La medida ayuda, sobre todo, a los alumnos de 1º de ESO que llegan nuevos al instituto", señalan.

Pese a que no les afecta directamente, porque su centro ha ido a más en las restricciones, ambos consideran que la nueva medida autonómica es "positiva". "Es importante que nos relacionemos más", apunta Fernández Cotarelo, que defiende además que los jóvenes tienen el teléfono "normalizado" y que les da seguridad el hecho de tenerlo en la mochila durante las clases. "Una amiga que estudia en el Nº 5 me manda mensajes pero yo no puedo leerlos hasta que salgo del IES a las 14.15 horas, cada centro en este sentido es diferente", apostilla. El centro educativo cuenta con un programa especial para los recreos que se resume en actividades que van desde juegos de mesa a deportivas, además de ajedrez, un club anime y talleres creativos de manualidades y coreografías.

En los institutos de Mieres, el endurecimiento que se avecina con el uso del teléfono móvil no ha generado especial preocupación. Los alumnos aseguran estar acostumbrados a tener apagados sus terminales: "Hoy en día es muy raro que alguien se extralimite con el móvil, ya que hay que tener en cuenta con casi todos los tenemos desde el colegio y estamos acostumbrados a la regulación de su uso", apunta un estudiante de secundaria del IES Sánchez Lastra.

Los docentes no perciben que la nueva regulación vaya a ser problemática ni que al final introduzca cambios reseñables en las rutinas de los centros. Ana Esther Velázquez es directora del IES Bernaldo de Quirós: "Nosotros ya tenemos muy restringido el uso de móvil, que no se puede utilizar ni en los recreos", explica. "Hay que lograr que los alumnos interactúen entre ellos. Si los dejamos con el móvil ni se mirarían a la cara en muchos casos", advierte medio en broma. Velázquez cree que la regulación general para todo el ámbito educativo ayudará a que las direcciones se sientan "más respaldadas".

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