Cuando Fraga apoyó una amnistía

El expresidente gallego cambió su opinión sobre la ley de 1977 en una entrevista realizada por Pedro de Silva para LA NUEVA ESPAÑA

Por la izquierda, Pedro de Silva y Manuel Fraga, durante la entrevista.

Por la izquierda, Pedro de Silva y Manuel Fraga, durante la entrevista. / M. G. S.

M. G. S.

Alfonso Rueda (PP), José Ramón Gómez Besteiro (PSOE), Ana Pontón (BNG) y... la amnistía. Esos han sido los protagonistas de la campaña gallega. Todavía ayer, último día de mítines, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero intentó sacar rédito a la polémica que sacudió al PP por su apoyo a la "reconciliación" en Cataluña. Lo hizo justo una semana después de que saliera a la luz que el partido que dirige Alberto Núñez Feijóo, muy duro con las cesiones de Pedro Sánchez a los independentistas, estudió "durante 24 horas" la amnistía a los independentistas condenados por el "procés" a cambio del voto a favor de Junts a la investidura, y que ahora estaría abierto a un indulto condicionado a Puigdemont. Un episodio que llevó a recordar a Pedro de Silva en un reciente artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA una entrevista que le hizo en 1997 al fundador del PP y expresidente de la Xunta, Manuel Fraga Iribarne, en la que se mojaba sobre otra amnistía. Con unas declaraciones que sorprendieron a más de uno.

En aquella larga conversación (también publicada en las páginas de este periódico), Fraga, que fue además uno de los padres de la Constitución, apoyaba sin ambages el proceso abierto el 7 de diciembre de 1977, pese a que su partido se abstuvo en la votación en el Congreso. Un proceso que establecía borrón y cuenta nueva en el paso de la dictadura a la democracia, perdonando a los presos políticos (también a condenados por terrorismo) y a sus perseguidores desde la estructura del Estado. Claro está que las dos amnistías, la del pasado y la de ahora, nada tienen que ver. La del 77, que fue clave para la Transición y la reconciliación en España, salió adelante con el respaldo de todos los grupos (Unión de Centro Democrático, Partido Socialista Obrero Español, Partido Socialista Popular, Partido Comunista de España, la Minoría Vasco-Catalana y el Grupo Mixto), salvo el de Alianza Popular. Su portavoz en el debate parlamentario, el exministro Antonio Carro, dijo que la ley se traduciría en "un fermento de la inseguridad social, en la institucionalización del desconocimiento del Estado de Derecho y en una profunda erosión de la autoridad". Y que su aprobación significaba deslizarse "por el plano inclinado del menosprecio de las leyes, del desgobierno y, en fin, de la anarquía". Manuel Fraga afirmó que el efecto principal de la ley sería "dar ánimos a los terroristas". Eso fue el 15 de octubre de hace 47 años.

Pero sus palabras cambiaron radicalmente en la entrevista que le hizo en Santiago de Compostela el expresidente socialista del Principado Pedro de Silva para LA NUEVA ESPAÑA en 1997. Esto dijo el gran impulsor de Alianza Popular (después Partido Popular) y presidente de la Xunta, al ser interrogado por la amnistía del 77: "Soy partidario de reconocer la inevitabilidad de situaciones personales y anormales en los momentos en que se hace una transición como la que hemos hecho. Hay que distinguir entre los que han cometido errores o irregularidades o infracciones y que quepa presumir con algún grado de buena fe, incluso si con un alto grado de ilegalidad, y los que son aparentemente (pues ya se pronunciarán los tribunales) simples pícaros, como Roldán".

Y continuó: "Dicho esto, cuando un país (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil) ha logrado superar situaciones muy difíciles y en un momento determinado violentas y ha logrado hacerlo pues... como se hacen esas cosas, como se puede, tiene derecho también a lo que hacían los riegos, que inventaron la palabra amnistía. Amnistía muchos creen que es indulto, cuando quiere decir que en una situación determinada, en que han peleado padre contra hijo, y dentro de lo que es una guerra civil larvada o abierta, en el que el hombre es un lobo para el hombre, hay que llegar a soluciones que supongan también el olvido, que eso es lo que quiere decir amnistía. No hay derecho, y algunos jueces españoles están empeñados a ello, a obligar a reabrir estas cosas, porque en cuanto se quiere llegar hasta las últimas consecuencias se vuelve a empezar".

Manuel Fraga acabó su reflexión dando al entrevistador un jugoso titular: "Por tanto, he hecho unas consideraciones generales más que un juicio concreto. Lo que está cerrado ya es bueno dejarlo cerrado y lo que no haya más remedio que llevar a los tribunales que se lleve con esa distinción, entra las personas en las que quepa imaginar buena fe, que creo que las hay, y las que no. No puedo meter en el mismo saco al señor Barrionuevo y al señor Roldán; lo demás que lo digan los tribunales, que para eso están".

A José Barrionuevo, exministro de Interior y de Transportes con el PSOE, lo declaró culpable el Tribunal Supremo en 1998 de diversos delitos como responsable de la "guerra sucia contra ETA" practicada por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Y Luis Roldán, que fue director de la Guardia Civil, fue condenado a 28 años de cárcel por malversación, cohecho, fraude fiscal y estafa, que el Tribunal Supremo incrementó a 31 años.

Aquellas palabras de Fraga vuelven hoy a estar de actualidad no tanto porque la amnistía del 77 se parezca a la que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez como por los encendidos debates que una medida de este tipo causa en la sociedad. Con opiniones que, a veces, modifica el tiempo.

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