El vicepresidente Guijarro, un manchego licenciado y diplomado en Asturias

El número dos de García-Page estudió en la Laboral y en la Universidad de Oviedo: "Me quedé enamorado de esa tierra, la más bonita de España"

José Luis Martínez Guijarro.

José Luis Martínez Guijarro. / Gobierno de Castilla-La Mancha / Cedidas por J. L. M. G.

Mariola Riera

Mariola Riera

"Asturias es la zona más bonita de España". Este piropo igual genera algún que otro recelo en su tierra al venir de quien viene, el vicepresidente primero de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro. Por si acaso, acto seguido añade: "Es que me recuerda mucho a la Serranía de Cuenca, un espacio natural algo desconocido, agreste, muy bonito... Son parecidas, salvando las distancias entre ambas, por supuesto".

Es Martínez Guijarro un manchego de San Lorenzo de la Parrilla, un pequeño pueblo cercano a la Serranía en el que nació en 1968. Su amor por Asturias le viene porque es en esta comunidad donde estudió y se formó. Su licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales la obtuvo en la Universidad de Oviedo a principios de los años 90; y antes pasó por la antigua Universidad Laboral –Centro de Enseñanzas Integradas– de Gijón, donde entre 1986 y 1989 se diplomó en Estudios Empresariales. "Me quedé enamorado de esa tierra", dice a LA NUEVA ESPAÑA vía telefónica cuando el periódico se interesa por su vinculación asturiana.

Este vínculo empezó cuando, después de cursar becado los antiguos Bachillerato y COU en el Centro de Enseñanzas Integradas Tarragona –allí se fue con 14 años–, el Ministerio de Educación le concedió de nuevo una beca para continuar con los estudios universitarios. "Tenía varias alternativas, pero elegí Gijón porque incluía la residencia, una cuestión muy importante y necesaria para mí entonces", señala. "Así que me fui para la Laboral, donde pasé tres años". Finalizados los estudios decidió seguir con Económicas y Empresariales y se matriculó en Oviedo. Fue una época intensa para el vicepresidente manchego, quien combinó estudio y trabajo. "Me convertí en educador a cambio de poder quedarme en la residencia. Tenía que hacerme cargo y cuidar a los chavales más jóvenes que allí estaban internos también. Por las tardes me iba a Oviedo a estudiar". De aquella época guarda Guijarro muy gratos recuerdos. Se acuerda el vicepresidente manchego y, por tanto, número dos del presidente Emiliano García-Page, de un profesor, Aníbal López. "Daba contabilidad y derecho fiscal, tenía buena relación. Y no olvido por supuesto a Viliulfo Díaz, toda una referencia de la antigua Universidad Laboral y creo que hoy en día sigue activo todavía su despacho de abogados en Gijón". El paso por Asturias de Martínez Guijarro se limitó a los estudios. No hubo ninguna incursión política. Aunque ya apuntaba maneras: "Era delegado de clase, fue todo lo más que me impliqué activamente en alguna acción. De hecho me acuerdo que como tal acudí a una reunión con Tini (Vicente) Álvarez Areces, que era el alcalde de Gijón, porque queríamos usar los campos de fútbol municipales o algo así...".

A la actividad política se incorporaría más tarde, ya de regreso a su tierra manchega. "Lo llevo en la sangre, pues mi padre era un militante activo del partido socialista en el pueblo", explica. José Luis Martínez Guijarro tiene una dilatada trayectoria en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, donde ha sido, entre otros cargos, Consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural (2005-2008) y de Agricultura y Medio Ambiente (2008-2011), además de diputado por Cuenca desde 2003. En 2015 accedió a la vicepresidencia del gobierno, donde ahora ostenta la primera.

El vicepresidente Guijarro, un manchego licenciado y diplomado en Asturias

Fotografías de sus orlas de licenciatura y diplomatura. / Gobierno de Castilla-La Mancha / Cedidas por J. L. M. G.

El vicepresidente Guijarro, un manchego licenciado y diplomado en Asturias

El vicepresidente Guijarro, un manchego licenciado y diplomado en Asturias / Gobierno de Castilla-La Mancha / Cedidas por J. L. M. G.

Por supuesto mantiene buenas amistades y siempre que pude visita Asturias. "Tengo muchas ganas de volver, pues la última vez fue justo antes de pandemia. Una vez al año no lo perdono. Tengo que retomar las escapadas. Una vez llevé a mis dos hijos a conocer Taramundi. Son los primeros que siempre me dicen, ‘papá, qué raro que estemos de viaje y todavía no hayamos ido a Gijón’. Siempre elijo el Norte de España para las vacaciones y la última vez me di un viaje de tres horas en coche desde donde estaba para pasear por Gijón".

De alguno de esos paseos se queda con el recuerdo de la transformación de la Laboral: "Ha dado un cambio impresionante, es un edificio de arquitectura espectacular. Cuando yo estaba allí, donde ahora tiene su sede la televisión regional, antes había una congregación religiosa", apunta. La playa de San Lorenzo es otra visita fija, además del Oriente. "Cabrales me gusta mucho", dice. Por supuesto, la fabada figura entre sus platos preferidos y disfruta mucho de una espicha con sidra. "Asturias en general está impresionante y sus gentes son extrovertidas, amables. Creo que el gran valor de esa tierra son los asturianos".

Lo dicho. Imposible que no se piquen los manchegos.

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