La Audiencia, pendiente de decidir si sigue adelante con la "Mareína"

Suspendida una vista para los recursos de las defensas, que estiman esta pieza cosa juzgada

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

La "Mareína", la pieza separada del "caso Marea" que se refiere a compras de material y mobiliario en 87 centros educativos de la región en el periodo 2009-2010 por importe de unos 3,7 millones de euros, que en realidad no habrían sido servidos por las empresas Igrafo y Almacenes Pumarín (APSA), sigue viva y este miércoles iba a celebrarse una vista en la sección tercera de la Audiencia Provincial para dirimir los recursos presentados por las defensas al auto de procesamiento dictado ya en abril de 2022 por la magistrada María Luis Llaneza, del Juzgado número 4 de Oviedo, aunque la vista ha sido pospuesta finalmente. Las defensas aducen, básicamente que esta causa se refiere a asuntos que ya fueron juzgados en 2016 en el "caso Marea".

María Luisa Llaneza dictó auto de procesamiento por este agujero en las arcas del Principado contra cuatro de los ya condenados en el "caso Marea": el exconsejero José Luis Iglesias Riopedre, la exdirectora general María Jesús Otero (ambos excarcelados por razones de salud) y los empresarios Víctor Manuel Muñiz (Igrafo) y Alfonso Carlos Sánchez (APSA). Las defensas recurrieron al considerar que no existe tal agujero, y que el material se sirvió a los centros educativos. A efectos penológicos, en caso de que se produjera una nueva condena no tendría mayores efectos en los ya condenados, al aplicarse la doctrina del Supremo de compensación de penas.

La magistrada impuso una fianza solidaria de cinco millones de euros para Riopedre (condenado en su día cinco años y dos meses de cárcel) y Otero, que cumple fuera de la cárcel la misma pena. Para Víctor Muñiz, Llaneza impuso una fianza de 700.000 euros, 4,3 millones en el caso de Alfonso Carlos Sánchez.

Tras tomar declaración a los directores de 87 centros educativos, se llegó a la conclusión de que no se sirvió el material de 125 expedientes por los que se pagó 3,2 millones a APSA y otro medio millón a Igrafo. Por ello se procesa a los cuatro por delitos continuados de falsedad y malversación. A Riopedre y Otero, se les añade el delito de prevaricación, y a Otero, Sánchez y Muñiz el continuado de cohecho.