Fallece el dominico asturiano Basilio Cosmen, a los 91 años

Natural de Leitariegos, desde 1991 residía en el convento burgalés de Caleruega

Basilio Cosmen.

Basilio Cosmen. / J. M.

Mariola Riera

Mariola Riera

El dominico Basilio Cosmen Adelaida, hermano del empresario e impulsor de ALSA, José Cosmen, falleció este jueves en León a los 91 años de edad. La capilla ardiente del fraile, natural de Leitariegos (Cangas del Narcea), está instalada en el convento de los Padres Dominicos, en La Virgen del Camino. Cosmen Adelaida era el quinto de siete hermanos, de los que solo una –Chita– le ha sobrevivido. Las exequias y el funeral tendrán lugar mañana, sábado, al mediodía, en la iglesia de las madres dominicas de Caleruega (Burgos). En el cementerio del pueblo será enterrado.

En el convento de los dominicos de este enclave burgalés –cuna de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores, los Dominicos– se instaló Basilio Cosmen en 1991 tras una vida dedicada y entregada a su vocación religiosa. Cosmen Adelaida ingresó en la Escuela Apostólica de Corias (Cangas del Narcea) y a los 15 años tomó ya el hábito de dominico. Después hizo el noviciado y estudió Filosofía en Caldas de Besaya y Teología en el convento San Esteban de Salamanca. Recibió la ordenación en 1955 y su primer destino fue Oviedo.

En el convento burgalés recibió en 2015 a LA NUEVA ESPAÑA, poco más de un año después del fallecimiento de su hermano José Cosmen, impulsor de la empresa de transporte familiar que tenía base en la fundada por el padre, Secundino, para comunicar el Suroccidente asturiano con la vecina provincia leonesa. "Fue muy triste e inesperado para mí, pero me consoló ver en su velatorio y funeral la simpatía y cariño de Asturias hacia mi hermano", comentó entonces a este periódico.

Ideal extraordinario

De profunda fe, Basilio Cosmen aseguraba que volvería a ser dominico "sin dudarlo, y a mucha honra". Y explicaba: "Es de las cosas grandes que se pueden ser en el mundo, un ideal extraordinario que te obliga a ser lo más bueno posible e intentar que los demás lo sean también".

En Caleruega lloran especialmente la muerte del religioso asturiano. Allí se sentía muy a gusto y estaba plenamente integrado en la vida del pueblo, del que llegó a ser párroco.