¿Falta relevo generacional en los ríos asturianos? Estos jóvenes pescadores lo niegan y lanzan una advertencia

Nuevas hornadas de ribereños defienden la modalidad sin muerte

En primer término, Adrián Pendás, con Manuel Coalla tras él, en el río Caudal, en Mieres.

En primer término, Adrián Pendás, con Manuel Coalla tras él, en el río Caudal, en Mieres. / JUAN PLAZA

Carla Vega

"Claro que los jóvenes pescamos, lo que pasa es que tenemos una visión totalmente diferente al resto". Así de claro habla el moscón Manuel Coalla, ribereño del Narcea que lleva toda una vida en el río y que lo conoce como la palma de su mano, "prácticamente desde donde nace hasta su muerte". Ante las voces que en los últimos tiempos se alzan para denunciar que el interés por esta disciplina se está perdiendo entre las nuevas generaciones, son ellos mismos quienes salen a defender que, por el contrario, son una nueva ola de pescadores con diferentes perspectivas. Y es que la modalidad de pesca sin muerte es la que más adeptos está ganando entre los benjamines del río. "Yo pesco en cotos de trucha, de salmón y de reo, en cuanto puedo voy al río, y lo que veo es todo gente joven. Claro que hay jóvenes, el problema es que no nos dedicamos a la modalidad con muerte porque miramos por el río. Las nuevas generaciones vemos la pesca de una forma diferente, y va evolucionando, igual que lo hacen los coches, el fútbol, el ser humano en general. La pesca va a llegar un día en que no será ir al río y pescar seis truchas, porque hacer eso a día de hoy, estando como están los ríos, me parece una atrocidad", afirma rotundo Coalla.

Adrián Prendas, en el río Caudal. | Juan Plaza

Manuel Coalla, en el río Caudal. / Juan Plaza

La situación de peligro de algunas especies, como el salmón o el reo, la falta de vigilancia o la pesca indiscriminada son algunos de los puntos clave que los jóvenes señalan como culpables del deterioro de la fauna en los ríos asturianos. "Todo el mundo habla del salmón porque es una especie protegida, pero yo, que me conozco el río entero y sé por dónde hay peces, te digo que no hay. Y los guardas te lo dicen, porque hacen los controles y también lo saben. Te podría decir que vamos un día al Narcea, nos encontramos 50 pescadores y con el cupo de 6 piezas, y te aseguro que ninguno va a llevar seis reos, trucha puede que sí. Salmones ya ni pensarlo", explica el joven pescador.

La solución, según apuntan, podría estar en replicar modelos de otras comunidades que en su momento pasaron por una situación similar a la asturiana. Un claro ejemplo lo encontramos en León, donde la población de especies aumentó exponencialmente. Se implantó un cupo de dos piezas por pescador y un alto porcentaje de los tramos de los ríos se dedican a la pesca sin muerte. "Cuando vamos a pescar a León lo vemos, las truchas son más grandes y hay muchas más. Donde aquí podemos tener 30 allí igual hay 200, es increíble", asegura Coalla, que también frecuenta, además de ríos asturianos y leoneses, zonas de Galicia.

Los jóvenes son conscientes de que catalogar todo el río como zona de pesca sin muerte no sería realista, aunque confían en que desde el Principado se tomen medidas para tratar de revertir la situación. Apuntan, además, que un aumento en los guardas de cada zona para evitar la pesca furtiva colaboraría en el objetivo de luchar contra la despoblación del Narcea. Una buena muestra de lo que esta nueva generación espera del futuro de la pesca se pudo ver este sábado. El coto sin muerte de Mieres abrió el tercer domingo de marzo en zona no salmonera y en la zona salmonera lo hará el tercer domingo de mayo. Allí se dieron cita para disfrutar de una jornada en el río varios chavales, como cualquier otro fin de semana, destacando concretamente una zona muy relevante para la modalidad que defienden. "El coto de Mieres acoge campeonatos mundiales, no es un río cualquiera. Hace dos años estaban todas las selecciones mundiales aquí pescando", recuerda Coalla. Con ejemplos como este, no cabe duda de que las nuevas generaciones siguen picando.

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