Justicia poética con el Noroeste

Siete de cada diez euros de los repartidos con el primer premio, más de 510 millones de euros, recayeron en Galicia y Asturias, territorios del corredor aparcado y el despoblamiento

Un empleado de la administración de La Coruña sita en unas conocidas galerías comerciales celebra con un cliente haber vendido décimos del Gordo. | Europa Press

Un empleado de la administración de La Coruña sita en unas conocidas galerías comerciales celebra con un cliente haber vendido décimos del Gordo. | Europa Press / Francisco García

Francisco García

Francisco García

En ocasiones, el caprichoso azar traza su relato en base a un ejercicio de justicia poética. El Gordo de la lotería de Navidad de este año quiso bañar de millones al corredor atlántico, el políticamente olvidado y denostado. De los 720 millones de euros que repartió el primer premio del sorteo más esperado del año, unos 510 fueron a parar conjuntamente a Galicia (360 millones) y Asturias (150 millones). De cada diez euros que espolvoreó el maná navideño, siete recayeron en los bolsillos de afortunados de estas dos comunidades autónomas, las mismas que pleitean con el corredor mediterráneo a cuenta de una inversión ferroviaria que no llega y que condena a estos territorios de la cornisa cantábrica a la insularidad y el aislamiento. Lo que a Asturias y Galicia niega el Gobierno de la nación les cae llovido del cielo lotero para regar ambas regiones de una millonada como un tren de grande.

El azar justiciero que en ocasiones tiene a bien derramarse en Navidad premia también a la España que se vacía: Fonsagrada, en la montaña lucense, que cuenta hoy con apenas 3.000 habitantes, llegó a tener hace unas décadas casi 20.000. Como Mieres, municipio al que costará levantarse del declive de la minería. Aunque los agoreros dirán que ahora, con dinero fresco en el bolso, se acabarán yendo a sitios mejores los pocos que van quedando. Algunos salgrán a la carrera, como los afortunados ganadores del club local de atletismo.

Para añadir más morbo al asunto, la propietaria de la administración de Fonsagrada, Otilia Díaz Pérez, que vendió décimo a décimo 45 series del 05490 es asturiana, de Grandas de Salime. Se quedó con un décimo del Gordo porque las dos últimas cifras coinciden con el año de nacimiento de su hija, y acertó. Ya hace unos años vendió el segundo premio de este mismo sorteo del 22 de diciembre.

Y aún así, pese a la preeminencia galaico-asturiana, podría decirse que el Gordo de este año estuvo muy repartido, ya que se registraron décimos del 05490 por una treintena de provincias de la geografía nacional, aunque el 86% de las 180 series vendidas fueron distribuidas por administraciones de lotería de Fonsagrada (Lugo), La Coruña, Moreda de Aller (Asturias), Roquetas de Mar (Almería) y Madrid. La lista la completan Barcelona, León, Vizcaya, Alicante, Castellón, Sevilla, Valladolid, santa Cruz de Tenerife, Murcia, Gerona, Granada, Las Palmas, Valencia, Albacete, Ávila, Baleares, Cáceres, Cádiz, Ciudad Real, Guipúzcoa, Huelva, Huesca, Jaén, Málaga, Navarra, Pontevedra y Soria. O sea, que hubo pellizcos del premio orondo por casi toda España.

Solo La Rioja y Cantabria, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, vieron pasar de largo al premio principal. E igual que los hay suertudos los hay cenizos. Es el caso de un cántabro de nombre Chuchi y de su hijo Sergio, que se presentaron ayer en el Teatro Real disfrazados del Papa y de monaguillo. Llevan desplazándose este día a Madrid desde Santander y fueron los primeros en acceder al recinto cuando abrieron sus puertas, pasadas las seis y media de la mañana. Llevaban, dijeron, una semana haciendo cola. Pero ni el atavío de Santo Padre y suy alegato televisivo en favor de una entidad altruista sirvieron para que la fortuna recalara en su tierra natal. A Cantabria siempre le quedarán Revilla y las anchoas.

Suscríbete para seguir leyendo