Francisco L. JIMÉNEZ

Hace unos años los componentes del grupo avilesino «Los Linces» viajaron a Liverpool a empaparse del ambiente de la ciudad que vio nacer a sus ídolos: «The Beatles». Deambularon por las calles de la ciudad británica y, como muchos otros turistas, no se resistieron a la tentación de hacerse fotos en «The Cavern», el club donde Lennon, McCartney y compañía dieron sus primeros conciertos. Esa foto se repitió anoche en otro local avilesino del barrio del Carbayedo, igual de oscuro que el de Liverpool, donde también suelen parar aficionados a la buena música y donde rulan whiskies y cervezas a la misma velocidad que en «La Caverna» original. «Los Linces» ya tienen su «cueva» particular en casa y para celebrarlo se colgaron las guitarras y dieron un concierto acústico para los que añoran aquel inconfundible sonido tan propio de los años sesenta. Ni amplificadores ni sofisticados artilugios; el rock es más una cuestión de espíritu que de tecnología.

Entre el público, unas doscientas personas entregadas a la causa, figuraban políticos locales, empresarios, hosteleros... Un curioso mix intergeneracional atraído por el reclamo de ver en acción a «Los Linces», más canosos, pero igual de marchosos que siempre. También hubo músicos. ¡Y qué músicos! Por el Carbayedo se dejaron ver, entre otros, Martín Salinero, de «Los Senior»; García Tejedor, de «Los 2+2»; Carlos Martagón, de «Los Stukas», y el plantel de «Los Junior» casi al completo: Arturo García «Tuni», Alberto Hevia «Pele», Eusebio Tuya, Carlos del Fueyo y Carlos Abeledo. Una vez finalizado el concierto de «Los Linces» estaba prevista una «jam session» donde quien lo desease tenía el escenario a su disposición.

La presencia de miembros de otros conocidos grupos asturianos de los años sesenta tuvo toda la pinta de ser el aperitivo de la gira conjunta que preparan «Los Linces» para el próximo verano y que puede deparar la posibilidad de ver en acción a cinco o seis conjuntos que forman parte del imaginario musical de toda una generación de asturianos. «Estamos en ello», aseguraban los llamados a ser protagonistas de esa gira.

Cuando les tocó hablar a las guitarras se hizo el silencio y Luis Santiago se arrancó con la mítica letra de «The house of the rising Sun». Luego cayeron algunas de «The Beatles» y le llegó el turno a Lorena Ares, una niña de 12 años promesa de la canción a la que «Los Linces», por amistad con su padre avilesino, Enrique Ares, apoyan en los inicios de la carrera. Ares puso los pelos de punta al auditorio con temas como «Venus» o «Whitout you». A esas alturas de la fiesta, José Miguel Díaz ya andaba subido a una mesa dando brincos de felicidad. Y el concejal de Cultura de Avilés lo veía todo en primera fila.