Drones para una agricultura de última generación

René Cuervo, de 55 años, impulsa desde Corvera un negocio de fertilización de fincas mediante el uso de drones

René Cuervo sostiene uno de sus drones en su finca de Cancienes. | Christian García

René Cuervo sostiene uno de sus drones en su finca de Cancienes. | Christian García / Christian García

Christian García

"Todo esto comenzó haciendo topografía. Un día, midiendo una finca de maíz de unas 20 hectáreas, hablé con el dueño sobre cómo podría agilizar la aplicación del fertilizante y me dijo que era imposible. Me planteé si podría realizarlo con un dron equipado con un tanque y pulverizadores". Quien habla es René Cuervo, impulsor de un negocio, desde la parroquia corverana de Cancienes, en el que aplica el uso de los drones, un sector en auge, para la agricultura. Desde que estos aparatos comenzaron a popularizarse en la última década, su aplicación en diferentes ámbitos profesionales ha ido creciendo. Además de en audiovisuales, uno de los más socorridos es el referido a la topografía, ya que permiten reducir en un alto porcentaje el tiempo dedicado a la medición de parcelas, edificaciones y otras instalaciones. Sin embargo, también ha cogido fuerza su presencia en agricultura, campo en el que trabaja, desde principios de 2023.

René Cuervo, junto a su equipo de drones actual. | C. G.

René Cuervo, junto a su equipo de drones actual. | C. G. / Christian García

En 2018, Cuervo, de 55 años, fundó "Asdrónica", empresa dedicada al uso de drones para la realización de estudios topográficos en edificaciones y en fincas. Tiempo después, el negocio ha evolucionado y también se dedica a la fertilización de cosechas en Asturias y en algunas zonas de Galicia. Desde que arrancó, el corverano ha visto cómo la demanda ha ido en aumento gracias al boca a boca.

En 2015, la empresa para la que trabajaba Cuervo se declaró en quiebra. A raíz de ello, decidió iniciar su formación como piloto de dron en el aeropuerto de Cuatro Vientos en Madrid, donde obtuvo sus certificaciones. "Compré mi primer aparato y, a partir de ahí, comencé a ir por las ganaderías". Este emprendedor senior, que estudió química ambiental, aprovecha ahora sus conocimientos para garantizar el cuidado de las cosechas de sus clientes. Este año ha trabajado con más de 30 ganaderías, de entre 20 y 40 hectáreas. Con el dron, la fertilización y aplicación de otros productos, apenas requiere de unos diez minutos por hectárea. "La dificultad depende del lugar. En fincas abiertas no hay problema. En cambio, en otras situadas en montes, hay que calcular bien la zona de actuación", comenta.

De cara al futuro, Cuervo tiene en mente un nuevo servicio para sus clientes. Desde enero, y una vez que cuente con el equipo correspondiente, llevará a cabo vuelos sobre diferentes terrenos. Así, y mediante unos algoritmos que emplearán a la inteligencia artificial, podrá calcular el volumen de madera en la zona. En concreto, tendrá datos concretos de los metros cúbicos de madera, los índices de vegetación y una estimación de la biomasa existente en cada lugar.

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