El Real Avilés puso fin a medio año sin ganar en casa con su gol 2.000 en Liga

Davo Fernández entra en la historia del club junto a otros jugadores que marcaron tantos estadísticamente "especiales"

Los jugadores del Real Avilés celebran uno de los goles logrados el domingo.

Los jugadores del Real Avilés celebran uno de los goles logrados el domingo. / Mara Villamuza

Jorge Valverde

Jorge Valverde

Tres meses y medio después de nacer, su primera comisión de servicio le llevaba a mil kilómetros –de los de 1983– hacia el este y, a los 15 minutos de iniciarla, Jesús Martín, charro de nacimiento y avilesino de adopción, marcaba el primer gol de la historia del Real Avilés Industrial. Así lo rememora: "Tuvimos un muy buen inicio de partido y no recuerdo qué compañero fue objeto de falta, pero sí que cogí el balón, lo coloqué a unos 20 metros de la portería y, tras salvar la barrera, batí al guardameta del Figueras".

Eso ocurría 40 años y tres meses antes de que Davo Fernández dignificara el gol 2.000 de los conseguidos por los avilesinos en campeonatos de Liga y, más que por el significado histórico de la cifra redonda, que también, por lo relevante de la rabiosa actualidad. El zapatazo del exterior mierense acabó siendo decisivo para que los blanquiazules derrotaran al Arandina y dejaran en el olvido un interminable período de 8 partidos consecutivos sin ganar en casa, récord igualado con otros cuatro momentos de la historia industrialista. Así, da gusto despertar.

El primero fue en la temporada 1993-1994, en 2ªB (nivel 3), con 5 empates y 3 derrotas para un equipo sin apenas recursos, tras el descalabro económico del primer año de la SAD. Pero, hablando de escasez de recursos, todavía fue más acuciante aquello de los empozadísimos en 3ª; el de 2008-2009, coincidiendo con la transición de Roberto Robles y Paco González, y, sobre todo, el de 2018-2019, con un Juanma Castañón que hacía malabares en la más absoluta precariedad. El último precedente de 8 partidos encadenados en casa sin festejar una sola victoria ya sucedió bajo la actual propiedad, en 2021-2022, y también con trueque de banquillo, el de Astu González por Chiqui de Paz. Aparte de las cuestiones extradeportivas, así como del nivel de categorías y, por lo tanto, de los rivales, el distintivo entre las rachas anteriores, todas acaecidas exclusivamente en partidos de Liga, y la cortada el domingo, es que esta mezcló dos ejercicios y un partido de Promoción, el del olvidable 11 de junio, y otro de Copa del Rey.

Volviendo al dato más alegre, el del gol liguero 2.000, que Davo Fernández diseñó con magnífico derechazo a la escuadra derecha de la portería adyacente a La Exposición, el mismo se produjo desde fuera del área, algo tan excepcional en el planeta blanquiazul que, de los 109 goles oficiales anotados en los dos últimos años, solo 5 se había logrado de esa guisa (Javi Pérez, en Madrid, ante Unión Adarve; Sergio García, en Luanco; Pablo Espina, ante Vetusta; Primo Conde, en Laredo; e Iván Serrano, ante Zamora).

Difícil que un estreno realizador como el de Davo Fernández conjugue tantas cosas, de pasado y de presente. Si también vale para abrir un futuro mejor…

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