Un espectáculo muy visual y participativo para que la gente "se eche unas risas". A sus trece años, Juan García Barriuso se ha convertido en un afamado ilusionista bajo el apodo de "Magic-Juan" y hoy lo demostrará ante el público de Teverga en el Festival de Navidad, a las 18 horas, en la Casa de Cultura. "Quiero que sea sorpresa, pero habrá algunos trucos con cartas pero, sobre todo, magia de salón con apariciones y desapariciones", comenta.

García es de Avilés y comenzó en el mundo de la magia desde muy pequeño, casi de forma autodidacta e impulsado por un primo de su madre, Casimiro, que se ha convertido en su ayudante. "Me gustaban los juegos de magia y quería aprender más cosas que solamente esos trucos y en un cumpleaños Casimiro me enseñó y ya acabamos haciendo cosas por ahí".

Recuerda con mucho cariño su primer espectáculo en Valdés, en 2015. Y ya no paró de hacer de bolos. "Empecé por parroquias y luego pues igual nos llama un Ayuntamiento o buscamos nosotros un sitio que estén interesados, en eso también me ayuda Casimiro", comenta. De hoy en Teverga dice: "Va a haber mucha diversión y voy a hacer que participe mucho el público, con voluntarios en casi todos los trucos, habrá muchas cosas muy visuales que gustarán", dice.

Para dominar la magia como un profesional, reconoce que emplea muchas horas de práctica, que compagina con sus estudios, la carrera musical en el Conservatorio y otras actividades.

"Las principales cualidades son manejar el escenario y tener habilidades con las manos", precisa. Y para tener agilidad manual le ayuda mucho tocar la guitarra, "al tener que cambiar de posición me sirve luego para hacer magia".

Le encanta subirse a las tablas. "Desde pequeño me gustó, no tengo problema en salir ni vergüenza, lo paso peor cuando estamos montando y pienso, ´que salga como dios quiera´ luego en el escenario me olvido", desvela.

Pero a Teverga llega con muchas horas de práctica detrás y un espectáculo para divertir a toda la familia. Su objetivo es que "no se enteren de cómo pasa, yo como espectador siempre estoy buscando, me fijo, pero a un buen mago no se le ven los trucos; los niños miran y miran y se quedan boquiabiertos".