El trabajo floral más piropeado de Candás

Las alfombras y altares del Corpus asombran por su belleza a vecinos y visitantes, que llenaron la villa: “Son obras de arte”

Niños en procesión, junto a una alfombra, en Candás.

Niños en procesión, junto a una alfombra, en Candás. / Borja García

Borja García

La espadaña, el cenollo, los pétalos, el arroz y la sal tintada. Todos los elementos característicos del Corpus de Candás volvieron a adornar este domingo las calles de la villa, que lucieron engalanadas como en los mejores días para la tradicional procesión, en la que los niños que hicieron semanas atrás la primera comunión salen de nuevo y van visitando los diferentes altares que se disponen en las calles. Y eso que el tiempo no lo puso fácil, ya que si durante el día el sol lució y la lluvia respetó la procesión, durante la noche fue difícil el montaje de las alfombras y los decorados. Pero todo recibió los piropos de visitantes y vecinos: “Es precioso, son auténticas obras de arte”.

Los diferentes grupos de vecinos que decoran las calles y las plazas de la zona vieja de la villa de Candás no lo tuvieron fácil en esta ocasión. A parte de pasar la noche del sábado al domingo en vela, contaron con un invitado especial que ponía las cosas más difíciles. La lluvia dificultó durante la noche el montaje de los decorados. Fue así en el caso de la zona de La Baragaña, como manifestó Pilar Becerra, una de las vecinas que colabora en el montaje: “Esta noche llovió a mares. Al final empezamos a montar a las cuatro. Estamos sin dormir, por la mañana nos turnamos para ir a casa a ducharnos y a cambiarnos de ropa y otra vez para acá, al pie del cañón”.

Las alfombras florales y los altares, por el centro de Candás, durante la procesión con los niños de primera comunión. | |

Las alfombras florales y los altares, por el centro de Candás, durante la procesión con los niños de primera comunión. | | / Borja García

La imagen del Cristo de Candás, acompañado de la Virgen de Covadonga, una reproducción de la Iglesia de San Félix o el escudo del concejo fueron los dibujos elegidos este año para lucir en La Baragaña, en un trabajo que ocupa a este grupo de cinco vecinas desde el mes de febrero.

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Borja García | / Borja García

Al hecho de ser de por sí un día esperado, ya que los dos últimos años por la pandemia no hubo celebración, se le unió las dificultad de la lluvia. Las encargadas de montar la decoración en la zona de Santolaya, con unas impresionantes alfombras de sal teñida tuvieron incluso que trabajar doble: “Tuvimos que arreglarlo todo después de que lloviera porque arrolló”. Pero una noche en vela y tanto esfuerzo merecen la pena para ver la procesión transcurrir por las calles.

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Pie de fotoxxxxx xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx. | | / Borja García

Uno de los altares donde la procesión se detiene es en el de la Biblioteca Municipal, decorado por Obdulia Fernández y sus amigas. “A las seis de la mañana estaba buscando ramas de sanjuaninos para forrar las señales. Siempre ponemos la espadaña, el cenollo y las flores”. Esa es la decoración más tradicional que cruza toda la calle hasta el altar del Cueto, frente al Museo Antón, segunda parada del recorrido, mientras los vecinos arrojan pétalos desde las ventanas. Posteriormente todavía queda el de Braulio Busto y para cerrar el de La Baragaña. Cuatro paradas en un recorrido completamente cubierto de esa decoración ornamental.

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firma | / Borja García

Una decoración que aúna la tradición del día del Corpus con la exuberancia de la primavera, que ya pronto se despide en su punto más álgido para dar paso al verano.

Nuevamente se volvieron a ver las caras de ilusión de los más pequeños, que fueron protagonistas guiando la procesión, escoltados por José Manuel García, el párroco y la Banda de Música. La villa volvió a lucir sus mejores galas y es que el día del Corpus volvió a hacer brillar a Candás.

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