Las familias de "Les Candases" reclaman que se retome la exhumación de la fosa común del cementerio de Bañugues

"Que no caigan en el olvido, tiene que haber más cuerpos" afirman los descendientes de las ocho mujeres asesinadas en 1938

Los trabajos realizados en 2017 en Bañugues.

Los trabajos realizados en 2017 en Bañugues.

El 2 de junio de 1938, trece personas fueron arrojadas al mar desde el Cabo Peñas. Eran ocho mujeres y cinco hombres de Carreño, detenidos y torturados previamente. Ellas, conocidas como "Les Candases" eran Áurea, Balbina, Daría, María "La papona", Plácida, Rosaura, Secunda y Rita. Sus nombres y sus historias siguen siendo ochenta y cinco años después memoria viva de Candás gracias al tesón de sus familiares, que han luchado durante los últimos años para que su recuerdo no caiga en el olvido.

Fruto de esa perseverancia, hace seis años se llevó a cabo la exhumación de la fosa común del cementerio de Bañugues, donde, supuestamente, están enterradas varias de estas mujeres. Los trabajos fueron realizados por el equipo de Aranzadi capitaneado por el forense Francisco Etxebarria y sirvieron para localizar los restos de Daría González, identificados gracias al ADN. Ella es la única que descansa de nuevo en su Candás natal, tras ser enterrada en el cementerio municipal en junio del año pasado en un emotivo acto.

Del resto de asesinados nada se sabe. Por esa razón, las familias vienen demandando desde entonces que se retome la actuación. “Queremos que se reabra la exhumación, no queremos que siga pasando el tiempo porque los vecinos de Bañugues nos insisten en que tiene que haber más cuerpos y no queremos que esto se quede en el olvido”, indica Sonia Santoveña, bisnieta de María "La papona".

El principal problema es que en el cuerpo de Daría se encontraba al lado de un nicho que, si bien a día de hoy sigue vacío, "pertenece a un matrimonio mayor". En este sentido, el Ayuntamiento de Gozón se comprometió hace dos años a financiar los trabajos en caso de que éstos pudiesen volver a retomarse y las familias han mantenido el contacto con el equipo que realizó los trabajos en 2017. “Lo que queremos es que no se olviden de ellas, que las familias seguimos en la lucha por intentar localizar más cuerpos”, insiste Santoveña.

Por el momento, los descendientes de "Les Candases" agradecen que se haya dado un paso más con la publicación de una monografía, obra de Arancha García del Soto y Sergio Montero, titulada "La mar devuelve la verdad". La publicación, financiada por el Ayuntamiento de Carreño y el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, hace un repaso por la historia de estas ocho mujeres a través de los testimonios de sus familiares, así como del pasado de Candás y de lo que supuso en la localidad la represión franquista. “Queremos dar las gracias a todos los partidos de izquierda de Carreño por su apoyo, así como al resto de instituciones”, señala Santoveña.

“Toda vuestra estirpe debe saber que os recordamos con orgullo, con devoción democrática, con alegría, pese a las sombras de la crueldad que envuelven vuestro final; con admiración por la lucha, por vuestro compromiso político, por vuestra militancia, porque sois una parte esencial de nuestro presente, porque sois semilla y fundamento de nuestro futuro como sociedad”, destaca Rita Camblor, consejera de Presidencia del Principado en el prólogo del libro.

Tras la reflexión de Camblor, figuran los testimonios de las familias, que reflejan la política de silencio que se extendió durante décadas. “Había miedo y todavía hoy hay desconocimiento, silencio e impunidad. Tengo relación con gente que igual desconoce que algún antepasado suyo fue cómplice de lo sucedido” reconoce en el libro José Carlos Álvarez, bisnieto de Rosaura.

Por eso, personas como Toña Poladura, bisnieta de Áurea y sobrina-nieta de Balbina y Plácida, defiende que ahora “hay que decirlo para que no vuelva a ocurrir y que se sepa que tuvieron que pasar esas cosas terribles para llegar a donde estamos ahora". "Espero que esto no vuelva a ocurrir nunca y que sirva de lección. Una guerra no la hace el pueblo, la hacen personas concretas", añade. Esa es la razón para que ellos, ochenta y cinco años después de lo sucedido, sigan luchando sin descanso para mantener viva la memoria de ocho mujeres a las que consideran "un ejemplo".