Los brotes verdes de Hunosa: sus apuestas en energías renovables y nuevos sectores empresariales para 2023

La compañía baraja proyectos en campos como la biomasa, la energía solar o el hidrógeno para asegurar su supervivencia y el mantenimiento de cientos de puestos de trabajo en las Cuencas

Las instalaciones del pozo Polio, en Mieres.

Las instalaciones del pozo Polio, en Mieres. / A. Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

En marzo de 1967 nacía Hunosa como una sociedad creada para dar cabida a una veintena de empresas mineras que estaban pasando por una grave crisis. Así, la Sociedad Hulleras del Norte S.A., comenzaba una actividad que ya ha superado el medio siglo de vida, y en el que durante cuatro décadas estuvo meramente vinculada a la extracción de carbón. Sin embargo, las políticas de descarbonización de las empresas y los gobiernos, con medidas con el fin de las ayudas al carbón o el cierre de las centrales térmicas, han obligado a la compañía que hoy preside Gregorio Rabanal a reinventarse. Y en ese camino, el dibujo de la Hunosa del futuro esboza brotes verdes. Verdes entre otras cosas porque la otrora hullera –que aún mantiene un pozo abierto, San Nicolás, en Mieres–, ha puesto todos sus esfuerzos en transformarse en una compañía de servicios energéticos vinculada a las tecnologías limpias. Proyectos como la conversión de la central térmica de La Pereda a una caldera de biomasa, o la creación de dos parques fotovoltaicos solo son algunos de los ejemplos de la Hunosa del futuro.

La Pereda. La térmica mierense es uno de los buques insignias en el futuro de la empresa pública. Tras ganar la subasta de las renovables, la empresa ha puesto en marcha el proyecto de transformación de la térmica hacia una central de biomasa. Un proyecto que costará 45 millones de euros y que asegurará el futuro de la empresa durante un cuarto de siglo. De quemar el carbón extraído del pozo San Nicolás, la central pasará a consumir biomasa y, en un pequeño porcentaje, Combustible Sólido Recuperado (CSR). En un principio, y según los cálculos que maneja la hullera, este proceso de transformación estaría culminado en 2025, cuando el equipamiento comenzaría ya a producir electricidad con biomasa. La iniciativa, que conlleva varias obras en la caldera, parque de combustibles y sistemas de depuración, emisiones y refrigeración, es de una gran complejidad térmica. El proyecto generaría unos 200 puestos de trabajo, además de la activación del sector maderero y de biomasa. Vinculado a este proyecto, además, la empresa pública ha impulsado el clúster de la Biomasa en Asturias.

Hidrógeno renovable. Otro de los campos de futuro para Hunosa, y para el que ha recibido más de 4 millones de euros en ayudas, es la producción de hidrógeno renovable –también conocido como hidrógeno verde– . En esta iniciativa, la empresa pública va de la mano de Duro Felguera, Nortegas y Alsa, que también participan en un proyecto que se desarrollará en el pozo Fondón y que constituirá la primera planta de este tipo de la empresa pública. Eso sí, el presidente de la compañía, Gregorio Rabanal, indicó que la langreana será la primera, pero no la última planta de generación de hidrógeno verde. El proyecto se ha bautizado como «H2UDF Fase I Pozo Fondón» de generación de hidrógeno con agua de mina con un electrolizador de 2,5 MW. 

Parques fotovoltaicos. Aunque pueda parecer una paradoja, el sol –sí, en Asturias–, es otro de los campos de futuro para Hunosa. La compañía pública tiene prevista la instalación de dos parques solares en las comarcas mineras centrales. El primero de ellos tendría una potencia de casi doce megavatios, y se montaría en la escombrera de Pumardongo, en Mieres. La empresa pública tiene un segundo proyecto más ambicioso. Y aunque aún no ha desvelado la ubicación exacta, sí que ha puesto sobre la mesa una nueva iniciativa mucho más potente, que se convertiría en el mayor parque solar de la región: paneles para producir 50 megavatios de energía. 

Captura de carbono. No es un proyecto de Hunosa, pero la empresa pública sí participa en esta iniciativa. Se trata de una iniciativa de investigadores universitarios, entre los que se encuentra Asun Cámara, exdirectora de la Politécnica de Mieres, y que se basa en la «minería inversa», es decir, la captación de carbono a través de los árboles para que vuelva a la tierra. En este sentido, el proyecto «Carbon2Mine», que ha recibido 4,3 millones de euros como financiación, se desarrollará en 4.000 hectáreas de terreno forestal de Hunosa, que servirán como laboratorio a esta experiencia pionera por la que apuesta la UE.

Venta de carbono. El que sí es un proyecto de Hunosa es el que pretende desarrollar paralelamente a la transformación de la térmica de La Pereda. En el centro mierense, Hunosa tiene una planta de captura de CO2, gas que plantean transformar en subproductos o materia prima para combustibles, en una iniciativa que comparten con varias empresas, y de la que se está estudiando la viabilidad.

Terrenos del polígono de Modesta, una de las ubicaciones propuestas.

Terrenos del polígono de Modesta, una de las ubicaciones propuestas. / Miguel Á. Gutiérrez

Lavandería central sanitaria. Uno de los retos del futuro está en la reutilización de espacios mineros cerrados o polígonos que hayan surgido de las antiguas explotaciones. Y en este apartado tiene cabida el proyecto que el Principado tiene previsto desarrollar en Langreo. La zona industrial de Modesta, que es propiedad de Hunosa, es es el emplazamiento que tiene más papeletas para acoger este proyecto. Se trata de una lavandería industrial que centralice la limpieza de la ropa hospitalaria de la región. Un proyecto cuya redacción ya viene registrada en los presupuestos regionales para 2023 con 100.000 euros dedicados a ello. 

AgroCarrio. Otro de los proyectos impulsados por Hunosa y que servirá para la reactivación de una mina de carbón, en este caso el pozo Carrio. «AgroCarrio», como así se ha bautizado, nacía hace unos meses como un foro de agroalimentación del que forman parte desde ayer casi medio centenar de empresas y organismos, entre ellos LA NUEVA ESPAÑA. La de esta iniciativa es la de poner en común fórmulas de trabajo y debatir sobre el futuro de un sector con una gran proyección, además de albergar diferentes proyectos que se puedan ir impulsando por parte de este clúster.

Geotermia. La empresa pública ha sido pionera en la construcción de redes de calor a partir del agua de las minas cerradas, proyecto que pretende ampliar. Actualmente, la empresa cuenta con dos fases desarrolladas en Mieres a partir del agua del pozo Barredo y una en Langreo que ha iniciado en el pozo Fondón. Y precisamente en esta última explotación es donde la hullera plantea ahora una segunda fase. Actualmente están desarrollando el proyecto para presentarlo a una convocatoria de ayudas que está abierta.

Minicentral hidráulica en Polio. Aunque aún no hay plazos definidos, otra de las iniciativas que se estudia con muy buenos ojos desde Hunosa es la puesta en marcha de un proyecto piloto para aprovechar el agua del pozo Polio, en Mieres, creando así una minicentral eléctrica para producir «energía verde» y limpia. La propuesta salió en su día del SOMA-FITAG-UGT, que presentó un estudio en el que se valoraba la capacidad de generación mediante varios sistemas en una serie de pozos cerrados de Hunosa, siendo la explotación mierense de Polio la que mejores resultados ofrecía.

Área industrial en el pozo Montsacro. Pese a que buena parte de los esfuerzos para lograr un futuro para Hunosa pasan por las energías, la empresa tampoco olvida la necesidad de desarrollar suelo industrial. Y actualmente maneja un plan para convertir los terrenos del pozo Monsacro y convertirlos en un polígono en el que poder instalar empresas. Se trata de unos terrenos de unos 100.000 metros cuadrados. 

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