Medio siglo de una carretera que cambió el acceso a Asturias: la otra "Variante" que fue la más cara de España

La carretera Oviedo-Mieres, estrenada en 1968, costó 623 millones de pesetas, el mayor gasto por kilómetro realizado hasta entonces en el país

Muros de contención en el río Caudal.

Muros de contención en el río Caudal. / Fernando Delgado

Fernando Delgado

Fernando Delgado

La mañana del sábado 9 de noviembre de 1968 se inauguró el nuevo acceso a Oviedo por la plaza de Castilla a través de la variante de la carretera nacional 630, conocida entonces como "la de los túneles", que mejoraba ostensiblemente la anterior comunicación con la meseta del tramo antiguo entre la capital del Principado y Mieres que, desde el barrio de San Lázaro, ascendía y descendía por las empinadas rampas y pendientes de San Esteban de Las Cruces, La Manzaneda, El Padrún y La Rebollá hasta atravesar finalmente el centro urbano de Mieres.

Folleto del MOPU con un de los túneles de la nueva carretera.

Obra para hacer muros de contención. / Fernando Delgado

Los infernales 24 kilómetros entre Oviedo y Figaredo, a través de la antigua carretera nacional 630 con las sinuosas curvas del Padrún, estaban considerados como uno de los tramos más molestos y peligrosos de todos los que pertenecían entonces a la Red Principal de Carreteras del Estado.

1. Muros de contención en el río Caudal. 2. Obra para hacer muros de contención. 3. Trabajadores en la construcción de un puente en Argame. 4. Máquinas trabajando entre Santa Eulalia y Argame. 5. Construcción de un puente sobre el Nalón en Soto de Ribera. 6. Maquinaria trabajando en el nuevo tramo.

Trabajadores en la construcción de un puente en Argame. / Fernando Delgado

La nueva vía entre Oviedo a Mieres, paralela al río Caudal, fue licitada mediante un concurso internacional al haber sido financiada, en parte, por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y fue construida en un plazo de 32 meses con una inversión de 623.685.554 pesetas de la época, es decir, unos 3,75 millones de euros. Con una financiación media de 20 millones de pesetas mensuales, fue consideraba entonces la mayor inversión realizada por kilómetro en la Red de Carreteras del Estado, que dependía del Ministerio de Obras Públicas.

La otra "Variante" que fue la más cara de España

Muros de contención par desviar el río Caudal. / Fernando Delgado

Dragados y Construcciones fue la empresa adjudicataria encargada de ejecutar esta compleja obra que discurría por ambas márgenes del curso del río Caudal, al que, incluso, se desvió su cauce natural en un tramo de 520 metros entre Santa Eulalia y la antigua estación de ferrocarril de Parteayer, en Morcín.

La otra "Variante" que fue la más cara de España

Máquinas trabajando entre Santa Eulalia y Argame. / Fernando Delgado

Como construcciones más complejas destacaban tres pasos superiores sobre el ferrocarril Vasco Asturiano en Santullano, Mieres y Parteayer, uno más para dar acceso a la Fábrica de Mieres y otro sobre las vías de la Renfe y del Vasco en La Pereda. También se habilitó un paso inferior bajo la carretera de Santullano a Ujo y, además, se construyen dos nuevos puentes sobre el río Caudal, en La Pereda y en Argame, y otro sobre el río Nalón en Soto de Ribera.

La otra "Variante" que fue la más cara de España

Construcción de un puente sobre el Nalón en Soto de Ribera. / Fernando Delgado

Entre Loredo y Peñamiel se perforaron cinco túneles y se levantó un pontón sobre el río Riosa así como un paso superior en el nuevo entronque de la carretera que da acceso a La Foz de Morcín y Riosa. El listado de las obras más complejas finaliza con sendos pasos inferiores al ferrocarril de la Renfe en Las Segadas y al Vasco Asturiano en La Manjoya así como la prolongación, a cielo abierto, del túnel de la Renfe, en Oviedo, junto a la plaza de Castilla.

Además de las dificultades que ofrecieron las citadas obras, hubo que contener numerosos corrimientos del terreno mediante muros de contención y recurrir a paredes de sostenimiento de gran volumen para encajar la traza de la carretera en el angosto valle del río Caudal.

Sergio García, mierense de 78 años con antecedentes familiares en Morcín y empleado administrativo de la empresa adjudicataria de la obra, conserva como oro en paño todos los datos y fotos de la construcción de aquella nueva carretera de los túneles que mejoraba la comunicación con la meseta.

Cabe reseñar la gran colaboración prestada por la Renfe, el Ferrocarril Vasco Asturiano, Fábrica de Mieres (Uninsa), Unión Española de Explosivos, Térmicas Asturianas, Minas de Riosa (Ensidesa), y los Ayuntamientos de Mieres, Morcín, Ribera de Arriba y Oviedo, por donde transcurría la nueva vía.

Mención aparte merece la comprensión mostrada por los vecinos de la comarca, quienes sufrieron, durante la ejecución de las obras, múltiples trastornos en su habitual modo de vida y la cooperación de todos los expropiados, de humilde condición. La conciencia del beneficio general que significaba la nueva carretera allanó todos los obstáculos.

La longitud del nuevo tramo de la N-630 era de 23,793 kilómetros con un ancho de calzada de 7 metros, 2,5 metros de arcenes y una pendiente máxima del 5%. Aunque era una carretera con circulación en doble sentido, los vecinos de la comarca la denominaron, al principio, "la autopista", y se cobró numerosas víctimas mortales tanto por los atropellos de peatones en la recta de Parteayer como por los choques frontales en las rectas de Argame y de Loredo, únicos lugares en los que estaba permitido adelantar después de cruzar los cinco túneles existentes. Esta nueva vía, con un gran volumen de tráfico, fue identificada posteriormente como uno de los puntos negros de la circulación al convertirse entonces en un peligroso tramo con una gran concentración de accidentes.

Esta nueva carretera de los túneles fue durante veinticinco años la principal vía de comunicación de Asturias con la meseta desde el 9 noviembre de 1968, cuando la inauguró Mateu de Ros, entonces gobernador civil de la provincia, hasta el 31 de agosto de 1993, cuando Josep Borrel, otrora ministro de Obras Públicas, cortó la cinta inaugural, en compañía de Antonio Trevín, Presidente del Principado, de los nuevos túneles del Padrún en la autopista A-66, que supusieron una inversión de 15.000 millones de pesetas, es decir, 92 millones de euros, tras cinco años de intensos trabajos. A partir de ese momento se redujo ostensiblemente el tráfico por la vieja carretera de los cinco túneles que actualmente solo da servicio a los concejos de Morcín y Riosa. La nueva vía de 1968 se convirtió en obsoleta en 1993.

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