La patronal cárnica ve en peligro 654 empleos del sector por la crisis del grupo alimentario El Arco

Asincar denuncia que la anunciada quita del setenta por ciento pone en peligro la viabilidad de 34 empresas de la región en su franja de actividad

La tienda de la cadena El Economato de Mieres. | D. M.

La tienda de la cadena El Economato de Mieres. | D. M. / David MontañésD. Montañés,

David MontañésD. Montañés,

La solución a la grave crisis financiera del grupo langreano El Arco fluye a través de dos orillas desde las que las consecuencias del desbordamiento se perciben con un alcance muy diferente. Mientras unas 600 pequeñas empresas agroalimentarias y autónomos de la región, en alta proporción de las Cuencas, se enfrenta a un latente plan de reestructuración que les supondría renunciar a unos 12 de los casi 17 millones que se les adeuda, los 599 trabajadores integrados en la cadena en venta tienen sobre la mesa un compromiso para mantener casi intacta la plantilla. En el frente de los proveedores, los daños colaterales se contabilizan por cientos de empleos en riesgo de ser arrastrados por la fuerte corriente del ajuste financiero.

El sector cárnico ha sido el primero en poner cifras concretas al alcance de la onda expansiva que genera la crisis de El Arco. La Asociación de Industrias Cárnicas de Asturias (Asincar) alerta que la propuesta del plan de refinanciación pone en riesgo la supervivencia de hasta 34 empresas. El cuarenta por ciento de sus asociados están afectadas. La deuda acumulada con estas firmas asciende, según se refleja en el listado de acreedores, a 1.183.529 euros. Varias empresas han trasladado a Asincar que está situación "compromete seriamente su viabilidad, y por lo tanto a sus 654 trabajadores".

Asincar tiene en la actualidad 86 asociados que son empresas de la cadena de valor del sector cárnico de Asturias y, además, asesora a más de 300 empresas agroalimentarias, en su mayoría pymes y micropymes. "Nuestras empresas producen alimentos asociados a los valores coligados de nuestra región, donde naturaleza, tradición y gastronomía están muy presentes, elaborando alimentos amparados por marcas de calidad como la IGP Ternera asturiana, la IGP Chosco de Tineo, o marcas de garantía como Morcilla, Chorizo y Compango asturiano", destacan los portavoces asociación. Estas empresas dan empleo a unas 1.100 personas y tienen un volumen de negocio que supera los 100 millones, recalcan.

El presidente de Asincar, Eduardo Pérez, apunta que este sector, "que trabaja con unos márgenes muy reducidos, viene de una situación difícil derivada de la pandemia y está viviendo una tormenta perfecta que estrangula a las empresas con una mezcla de presión descontrolada por el alza de los costes de la materia prima, o la energía". A esto se suma ahora "este plan de reestructuración que aboca al cierre de muchas de nuestras empresas asociadas".

En la orilla de la plantilla de El Arco, serían un total de 456 los contratos que pasarían a depender de la nueva compañía que surgiría de una operación en la que la firma gallega Cuevas se haría con el 90 por ciento del control. El plan de reestructuración para acometer la venta al grupo orensano Cuevas recoge textualmente la necesidad de abordar un ajuste laboral con 28 despidos. Ahora bien, fuentes próximas a la negociación subrayan que la empresa no mantiene una postura tajante a la hora de amortizar estos puestos. En todo caso, siempre según lo establecido en la negociación con el comité de empresa, las citadas 28 bajas, de ejecutarse, podrían tramitarse a través de las fórmulas menos lesivas, como jubilaciones o acuerdos entre las partes.

Mientras, los acreedores claman contra un de reestructuración financiera que les empuja a "tragar" con una quita "ruinosa" del 70 por ciento de la deuda, con solo la garantía de cobrar un 24,5 por ciento en cada caso y en el plazo de 8 años, los trabajadores de El Arco afrontan la profunda crisis con mejores perspectivas.

La cadena aún tiene que llegar a un acuerdo con los acreedores para evitar acabar en manos de un administrador concursal, con alto riesgo de que el procedimiento acabe en liquidación. No será fácil convencer a los afectados, sobre todo a las pequeñas empresas, la más castigadas. Son unos 600 productores, con arraigo en el territorio casi todos, y a los que se les deben 17 millones. Sumando a los grandes proveedores la deuda asciende a 22 millones y añadiendo la reclamación bancario el desajuste económico alcanza los 31.

Los acreedores afincados en las comarcas del Caudal y del Nalón consultados por este diario, en varios casos a través de sus abogados, sostienen que su intención inicial es rechazar la oferta que El Arco les ha puesto sobre la mesa para acometer la reestructuración financiera necesaria para cerrar el acuerdo de venta al Grupo Cuevas. La atomización del conjunto de proveedores hace complejo el intento que están haciendo algunas empresas por articular un frente común. La quita del setenta por ciento de la deuda es calificada como un "abuso" que pueda llevar a muchas empresas a la "ruina". Además hay muchas incógnitas por despejar, como la demanda inicial de Cuevas de mantener solo durante dos años el compromiso de actividad, reservándose el derecho al traslado o cierre de alguna tienda.

Los negociadores llegaron a sopesar un recorte de 115 puestos de trabajo que ahora se aparca

La cadena El Arco, indican las fuentes consultadas, se ha posicionado, en las negociaciones para la venta del grupo, con una estrategia orientada a que se mantenga intacto el grueso de la plantilla. La intención es proceder a la venta sin ajustes traumáticos pese a que en el proceso de conversaciones la empresa compradora barajó un recorte que conllevaba eliminar hasta 115 puestos de trabajo. Según recoge uno de los anexos del plan de reestructuración, en enero se propuso amortizar los citados empleos. Se llegó a articular incluso un procedimiento. Las cargas económicas generadas por esos despidos, es decir, las indemnizaciones principalmente, supondría un desembolso de 1,6 millones de euros. Esta cantidad sería satisfecha a través de la venta del stock de las tiendas. Dicho de otra manera, El Arco, en paralelo a la venta de supermercados y tiendas, despacharía a Cuevas los productos que actualmente tiene en las mismas y con ese dinero abonaría las indemnizaciones.

Aunque han quedado recogido en el citado anexo del expediente, el recorte de 115 puestos no figura en el plan de reestructuración pendiente de aprobar. Las fuentes vinculadas a la negociación consultadas por este diario aseguran que esta medida está fuera del acuerdo. Lo afirman con rotundidad. Así las cosas, el preacuerdo contempla la venta de 29 tiendas, de marca Economato y Arco Plaza, así como de dos plataformas logísticas. Inicialmente, Cuevas se quedaría con el noventa por ciento de la nueva compañía y El Arco les transferiría el diez por ciento restante en dos años. El convenio dejaría la puerta abierta, siempre según el contenido explícito de lo que ha quedado reflejado por escrito, a los citados 28 despidos, más allá de que estas bajas laborales puedan al final reducirse o transformarse en otros procedimientos de cancelación, como jubilaciones o similares.

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