Tribuna

La inolvidable romería de Vegalloba en 1947

El Caudal Deportivo organizó en Vegalloba (Aller) una gran fiesta recordada por varias generaciones

Pedro Rodríguez Cortés

Pedro Rodríguez Cortés

En nuestro recorrido por fechas memorables del pasado siglo en la cuenca del Caudal no podemos olvidar la monumental fiesta celebrada en Vegalloba (Aller), en las proximidades de Collanzo, entre Cuérigo y Llamas, en el verano de 1947 (hace 75 años). Quedan pocos supervivientes, por razones de edad, de aquella magna fiesta organizada por iniciativa del club de fútbol Caudal de Mieres. Según vaticinaba el secretario del Caudal, Fernández-Llaneza al diario "Región" el 18 de julio de1947, "va ser la mejor romería de Asturias", teniendo como marco una de las mejores fincas de Aller, llana, de 22.000 metros cuadrados y con abundante arboleda. Estaría dotada de varias barracas para entretenimiento de los asistentes y contaría con las actuaciones musicales de las bandas municipales de Mieres, Aller, del 4º Tabor de Regulares, varios ochotes y parejas de gaita y tambor. En el centro de la finca existía una casa que fue adaptada como bar, donde se despachaban botellas de sidra y vino, se cobraban los envases y se reintegraba su importe al devolverlos. Los ayuntamientos de Mieres y Aller colaboraron en la celebración de la fiesta.

El Caudal había contactado con la familia Huerta de Collanzo, propietaria de la finca y uno de cuyo miembros había sido alcalde de Oviedo en los años 30, para su alquiler. Igualmente contrató con la Sociedad del Ferrocarril Vasco Asturiano tres trenes especiales de ida y vuelta. Las salidas de los trenes hacia Collanzo estaban previstas desde Mieres, una a partir de las once de la mañana y otra a las tres de la tarde, y la última a las cuatro de la tarde desde Figaredo. Los retornos tenían fijado el horario de las ocho de la tarde hasta Oviedo, el siguiente a las nueve, también hasta la capital, y finalmente el último a las diez de la noche hasta Mieres.

Los cientos de pasajeros transportados por el Vasco nos pueden dar una idea de la extraordinaria repercusión de la fiesta. Ante la ausencia de transportes de viajeros, paliada por el camión de Luis Megido, los vecinos del valle de Felechosa se desplazaron andando hasta Vegalloba a unos 7 kilómetros. Fue sin duda, un verdadero acontecimiento en su tiempo a pesar de las penurias y escaseces de la época.

La mayoría de los romeros procedían de Mieres, Turón, Figaredo, Ujo, Santa Cruz de Mieres, Moreda, Caborana, etc. De la zona alta de Aller a partir de Cabañaquinta, la incorporación de vecinos fue muy elevada, sobre todo del valle de Casomera. Muchos de los asistentes portaban las correspondientes cestas de comida para disfrutar de un maravilloso día campestre con abundante música de fondo.

El desfile de romeros por la carretera hacia Collanzo, al finalizar la fiesta, fue todo un espectáculo de cánticos y confraternización. En definitiva, una fiesta recordada por varias generaciones. Sorprende que dado el enorme éxito de la fiesta no hubiera tenido continuidad en los años siguientes. Ni el club de fútbol, ni los ayuntamientos de Mieres y Aller, ni la iniciativa privada (las empresas mineras estaban en su esplendor) tomaron el relevo de la idea del Caudal de Mieres un año antes.

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