Requejo: dejadez y amnesia selectiva de la izquierda mierense

La situación del barrio y los responsables políticos

Víctor Ferreira

Víctor Ferreira

Asistimos en las últimas semanas a las quejas y recogida de firmas por parte de vecinos y hosteleros del barrio de Requejo, por la degradación de la zona, la drogadicción e incluso problemas ya de índole delincuencial.

Raudo salía el Partido Socialista a decir que apoyaba sus reivindicaciones, obviando que fue su propio partido el que aprobó en 1995 un Plan General de Ordenación Urbana que impedía las actuaciones urbanísticas en el barrio. Propietarios sin poder rehabilitar sus casas, inversiones que no podían llegar porque los empresarios no podían desarrollar actuación alguna, cada vez más viviendas se fueron abandonando… Recordemos que en el año 2000 unos empresarios apostaron por la reconstrucción de uno de los edificios más emblemáticos de Requejo para la puesta en funcionamiento de un hotel, que fue imposible de llevar a cabo. Lo que quedó fue un edificio que tuvo que ser derribado.

En teoría, esto debería haberse solventado con un PERI (Plan Especial de Reforma Interior), que es el instrumento jurídico que tiene el urbanismo para conservar fachadas y el entorno característico y clásico de un barrio, pero poder llevar a cabo las reformar interiores de las edificaciones, a fin de que dicho barrio no se degrade. Puede aprobarse en el propio Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) o puede aprobarse de forma independiente, pero, por desgracia, al PSOE no le bastaron los 16 años que transcurrieron desde que aprobaron el Plan General hasta que salieron de la Alcaldía en 2011. Recomiendo encarecidamente al Partido Socialista mierense que se lo hagan mirar.

Izquierda Unida tampoco puede salir indemne de esto. Lleva la friolera de 12 años en el Gobierno Municipal, 8 de los cuales con mayoría absoluta. Pero es que, además, de 1999 a 2003, formaron Gobierno de coalición en Mieres, ocupando la Concejalía de Urbanismo. Izquierda Unida ha ostentado las competencias urbanísticas durante dieciséis de los veintiocho años que han transcurrido desde que se aprobó el Plan de Ordenación de Urbana, que hizo que los vecinos de Requejo abandonasen su barrio.

Y es que, lectores, no me he confundido, veintiocho años lleva de vigencia el actual PGOU. Oviedo, Avilés y Siero, que cuentan con planes urbanísticos de 2006, ya se encuentran tramitando o finalizando sus nuevos planes. En el caso de Gijón, ya es de 2019. Los grandes ayuntamientos de Asturias hacen sus deberes; el nuestro, promesas.

"La tramitación del plan urbano de Mieres entra en su fase definitiva tras nueve años" titulaba este diario el 22 de diciembre de 2014, hace ya otros nueve años, casualmente, a las puertas de las elecciones municipales de 2015. "Mieres tendrá nuevo plan urbano y presupuestos antes del verano", titulaba también este diario el 17 de marzo de 2017, tras la promesa del Alcalde al movimiento vecinal. De esto han transcurrido ya seis años y medio.

Ni Mieres, ni este país son los mismos que en 1995, en el que gobernaba Felipe González, se llevaban las coderas, Pepe Navarro cruzaba el Mississipi, y Jesús Gil era alcalde de Marbella. ¿Cómo entonces nuestro urbanismo puede seguir sometido a un Plan General de esa época?

Espero haber dejado meridianamente clara la causa de la degradación del barrio de Requejo, pero ahora acudamos a las consecuencias, que son la ruina, las drogas y la inseguridad.

Podemos hacer Juntas de Seguridad Ciudadana, podemos manifestarnos a la puerta de los Juzgados, pedir más control a la Policía o tratar de educar a las nuevas generaciones en hábitos saludables. Todas estas cuestiones son necesarias para frenar la problemática del consumo y el tráfico de drogas, pero también es necesaria la acción política que lleve a que los jóvenes tengan acceso al empleo y la vivienda, que los barrios puedan rejuvenecerse, y tener una ciudad atractiva.

Las quejas de los vecinos de Requejo no son nuevas, y es sorprendente que el gobierno del Ayuntamiento de Mieres diga ahora que los va a escuchar. Varios vecinos aparecieron en prensa ya en el año 2021 denunciando exactamente lo mismo que están denunciando ahora. ¿Hace falta entonces una recogida de firmas? ¿No es suficiente ver cómo está el barrio para actuar?

Aprueben ya el Plan General de Ordenación Urbana, permitan la rehabilitación del barrio de Requejo. Y, señores del Partido Socialista, vayan a mirarse la amnesia selectiva que sufren, porque lo que sucede hoy en Requejo es responsabilidad de Izquierda Unida, pero compartida con ustedes como bien ganancial.

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