Morcillo y Rodri: dos hombres para un puesto en la defensa del Avilés

Tras la última titularidad del leonés, ahora Cañedo debe decidir por quién apuesta para acompañar a Mayorga en la zaga

Un momento del Avilés-ValladolidB

Un momento del Avilés-ValladolidB / MARA VILLAMUZA

Noé Menéndez

Noé Menéndez

La juventud se quiere abrir paso en la zaga del Avilés. Javi Fontán, lateral derecho de 22 años, es prueba de ello. En el otro costado Iván Serrano, jugador de 21 que aterrizó en el mercado de invierno en el Suárez Puerta, puede confirmar la tesis. El único que no está de acuerdo con la afirmación es Jorge Morcillo. A sus 36 años, el veterano central es la nota discordante en la defensa avilesina, pero desde el banquillo blanquiazul amenazan con asaltar su puesto. Rodri Suárez está aprovechando sus oportunidades y ya ante el Valladolid B consiguió hacerse con un hueco en el once titular. Ahora, para el duelo del sábado ante el Laredo (18.00 horas), Cañedo debe volver a escoger. Morcillo o Rodri Suárez, he ahí la cuestión.

Muy pocos vieron venir la explosión de Rodri Suárez. El central leonés recaló este invierno cedido en el Avilés por la Cultural Leonesa y, aunque hablaban maravillas de él, se hacía complicado verle con hueco en los planes de Cañedo. En el duelo ante el Oviedo Vetusta, Álvaro Mayorga vio su segunda tarjeta amarilla del día en una acción al final del encuentro, lo que le brindó su primera oportunidad. A pesar de su inexperiencia, el joven defensor mostró ante el Palencia un rendimiento excepcional. Su contundencia en el juego aéreo y su finura a la hora de jugar con el balón en los pies, clave para el estilo de juego que quiere implementar Cañedo, dejaron un gran sabor de boca en el seno de la afición blanquiazul, lo que le valió una nueva oportunidad en los onces de Cañedo

En aquel partido formó pareja con Morcillo, pero en el último duelo ante el Valladolid B, con toda la defensa ya disponible, el castellano-leonés le tomó la delantera. Ante el cuadro pucelano el centro del muro defensivo fue para Mayorga y Rodri Suárez, lo que relevó al futbolista valenciano por primera vez en diez encuentros al banquillo. El día de su cumpleaños se lo pasó animando sin descanso a sus compañeros, pero sin poder soplar las velas despejando balones o zafándose de rivales.

La mejor noticia para Cañedo es que sobre el terreno de juego no se notó la diferencia. Rodri Suárez firmó un partido soberbio, actuando en un rol de líbero mientras Mayorga marcaba al hombre a Cédric, uno de los delanteros más en forma de la categoría. Eso sí, a pesar de que el marcaje personal corría a cargo del madrileño, el leonés tuvo grandes momentos cortando las galopadas del delantero del Valladolid B cuando lograba escabullirse de su compañero. Esa es una de las diferencias que puede aportar respecto a Morcillo. Gracias a su buena zancada, el defensa criado en la Cultural puede abarcar muchos metros, clave en la presión adelantada que quiere ejercer el Avilés, ya que puede llegar a corregir cualquier error.

Donde se le ven las costuras es a la hora de liderar el equipo. Morcillo es una de las voces autorizadas del equipo y a la hora de levantar el ánimo de la plantilla se nota. No en vano, en la celebración del agónico gol de penalti de Espina con el filial pucelano, el central fue uno de los hombres que más efusividad mostró. Además, el valenciano aporta mucho poso en los momentos calientes gracias a su experiencia, y puede dar calma a una zaga que a veces peca de imprudente e inmadura.

Ahora Cañedo debe elegir. Mayorga, desde que fichó por el Avilés parece inamovible, por lo que toca escoger a su acompañante. El ovetense siempre insiste en que todas sus piezas están preparadas para rendir de inmediato, por lo que hasta momentos previos al encuentro del sábado ante el Laredo no se podrá salir de dudas.

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