Recta final del mercado de la bufanda, el frío y la desesperación. El Sporting perderá a Gragera e ingresará unos más que necesarios euros para tapar agujerinos y de paso tratar de reforzarse en estas últimas horas en las que el zoco permanecerá abierto. Finalmente, y siempre a la hora de escribir estas líneas, el joven centrocampista, enfadado con la planta noble de Mareo y viceversa por cómo se ha llevado su caso, hará las maletas.
El tiempo dirá si seguirá progresando o pasará a engrosar la lista del "pudo ser y no fue". Todo apunta que en Gijón habrá incorporaciones de última hora para tratar de completar una plantilla que no acaba de carburar, y ya van 25 jornadas.
El "fúrgol" moderno no entiende ni de historia ni de escudos, solo basta con echar un ojo a la parte media baja de la tabla de Segunda para ver cómo clubes históricos viven horas bajas, bajísimas, y otros que no hace mucho eran vecinos con plaza en propiedad en la extinta Segunda B luchan por la felicidad.
Mientras, a 28 kilómetros, también hay mosqueo. Y es que en la casa azul hay recelo por cómo Obeng presionó para que le dejaran salir al Huesca del Cuco. Huele a que, aunque sea una cesión, el ariete ghanés no volverá a vestir la camiseta del equipo carbayón. Por lo demás, Pachuca ya está volcado con los premios de su Salón de la Fama, cuyas votaciones se celebrarán en Oviedo a finales de febrero. El grupo mexicano reparte juego. Otra cosa es lo que pasa en el campo, que es manifiestamente mejorable, ¿oyisti, güey?