La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: A la espera de los regalos

Se aceleran las reuniones del Sporting con los padres y madres del madreñismo patrio en busca de esa mano tendida cargada de pasta que ayude a darle la vuelta a El Molinón para que sea sede del ansiado Mundial 2030. La familia orlegiana se ufana en reducir los costes de la operación 40-100-300-330-150 para que a nadie le dé un síncope cuando llegue la factura, que no están los tiempos de la luz a precio de caviar y las revisiones hipotecarias millonarias como para meterse en obras a lo tito Floren.

Pero pasan los días, las semanas y todavía no hay nada claro sobre qué va a pasar y, sobre todo, si realmente las instituciones van a apoyar con decisión (vamos, lo que viene siendo el parné) y convencimiento que el mayor espectáculo del "fúrgol" haga parada en el Gijón del alma. Todo ello en medio de una semana en la que el Sporting de MAR continúa siendo feliz a la espera de que el Amorebieta no corte el pipí.

Mientras, a 28 kilómetros, el Oviedo sigue buscando la manera de aumentar su eficacia goleadora sin perder su fortaleza en defensa, con unos números que van camino de batir algún récord de esos que controlan los estadísticos de la "furgolina". Ya dijo Carrión cuando suplió al Almirante que lo bueno de la anterior etapa había que mantenerlo. Y en eso están en la casa azul, pendientes ya de que se abra el mercado de fichajes de Papá Noel y los Reyes Magos. Seguro que algo caerá en ambos lados del Potomac. Lo que está por ver es si lo que traigan dejará contentos a todos, que está por ver, ¿oyisti, güey?

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