En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Tiempos modernos

En la casa azul andan de bajonazo tras el empate frente al Cartagena y en Gijón y en Oviedo miran de reojo el sorteo de Copa, no vaya a caer un derbi como "premio"

David Villa y Amieva, durante un derbi asturiano.

David Villa y Amieva, durante un derbi asturiano. / LNE

Pablo González

Pablo González

En la casa azul andan de bajonazo tras salvar de penalti (justo y claro) en el largo descuento un punto ante el Cartagena, equipo que si no mejora mucho mucho ya tiene plaza reservada en la Primera Federación. Ya se había dicho que hay zombis que tienen mucha vida y los cartageneros, aunque poco, todavía respiran. Tanto, que hicieron saltar por los aires las cuentas que antes del partido en el Tartiere, cuyo césped ya vuelve a dar problemillas que ya veremos si se convierten en un problemón, había hecho Carrión.

El técnico azul exigió sumar todos los puntos ante los cartageneros, que no murcianos, y el próximo domingo ante el Eibar. Ya se han quedado dos por el camino. Ahora a sus muchachos no les quedará más remedio que ganar sí o sí a los vascos si no quieren que haya que jubilar el ábaco del profesor. Por lo demás, a cruzar los dedos de cara al sorteo de la siguiente ronda de la Copa que mola.

Puede producirse un cruce Oviedo-Sporting (o al revés), lo que a algunos les prestará asgaya, pero a otros seguro que les partiría la planificación por la mitad. No está el asunto, con los rojiblancos buscando resistir en la segunda plaza y con los azules en la carrera por remontar en busca de los puestos de play-off, para meternos ahora en un derbi copero. El último se jugó en El Molinón en octubre de 2001. Habrá que esperar a lo que dicten las bolitas, calientes, frías o no.

En cuanto a lo que pasa ahí fuera, reunión de los entrenadores en Las Rozas para abordar sus problemas, que los tienen, y escuchar a los jefes de los árbitros explicarles, entre otras cosas, una vez más el asunto del VAR. Si algo ha quedado claro desde la implantación del videoarbitraje es que el aparatito y los que lo manejan le han comido mucho protagonismo a los jugadores y a los propios técnicos. Son las cosas que trae la modernidad. Pero es lo que hay y al que no se acostumbre más le vale cambiar de deporte, ¿oyisti, güey?

Suscríbete para seguir leyendo