La UE sella la reforma de las reglas fiscales que permitirá más flexibilidad a los gobiernos

El Consejo y el Parlamento cierran el acuerdo político provisional, que mantiene el techo del déficit en el 3% del PIB y el de la deuda en el 60%

Pleno del Parlamento Europeo.

Pleno del Parlamento Europeo. / Álex Flores - Europa Press

Silvia Martínez

Tras semanas de negociaciones y un último maratón de 16 horas, los representantes del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE cerraron a las dos de la mañana de ayer un acuerdo político provisional sobre las reglas fiscales de la UE, que inauguran una nueva etapa de más flexibilidad para los gobiernos y también, como exigía Alemania, de presupuestos más ajustados y requisitos estrictos de reducción del déficit y la deuda.

La reforma, que ahora tendrá que ser aprobada en las próximas semanas formalmente por Consejo y Parlamento Europeo, mantiene intactos los dos pilares del Pacto de Estabilidad y Crecimiento: los techos máximos del 3% para el déficit público respecto al PIB y del 60% para la deuda. El nuevo sistema permitirá, según los gobiernos, reducir los ratios de forma "gradual, realista, sostenida y favorable" al tiempo que "protege las reformas e inversiones en áreas estratégicas como la digital, la verde, la social y la defensa".

Tal y como acordaron en diciembre los Veintisiete, cada país diseñará y pactará con Bruselas planes nacionales de ajuste plurianual. Se basarán en una trayectoria técnica que la Comisión Europea propondrá a los Estados miembros con déficits y deudas superiores al umbral. Esta trayectoria indicará cómo garantizar que al final del período de ajuste de cuatro años la deuda pública esté en una trayectoria descendente o en niveles prudentes. Los países que se comprometen a hacer reformas e inversiones en las áreas prioritarias para mejorar el potencial de crecimiento podrán ver ampliados a siete años el periodo de ajuste.

El acuerdo final mantiene las salvaguardas acordadas por los Veintisiete para garantizar la reducción del déficit y la deuda. Esto supone que los países tendrán que reducir el nivel de deuda el 1% anual si ésta supera el 90% del PIB y el 0,5% si su deuda está entre 60% y 90% del PIB. Estas disposiciones, según destaca la Eurocámara, son menos restrictivas que el marco actual, que exige que cada país reduzca la deuda anualmente una veinteava parte cuando supera el 60%. En cuanto a la salvaguarda del déficit, los gobiernos también tendrán que reducir el déficit hasta alcanzar un nivel del 1,5% para crear un colchón ante futuras crisis.

Para convencer a Francia e Italia también se introdujo una serie de exenciones para permitir un ajuste más gradual. Además, a petición de un Estado miembro, el Consejo podrá permitir a un país que se desvíe de la trayectoria de gasto cuando circunstancias excepcionales fuera de su control conduzcan a un impacto importante en sus finanzas públicas. "Se especificaría un plazo para tal desviación, pero este período puede ampliarse si persisten las circunstancias excepcionales. La prórroga sería de un máximo de un año y podrá concederse más de una vez", señaló la Eurocámara, para la que se ha reforzado la dimensión social dentro de la vigilancia de las cuentas públicas.

El presidente de turno del Ecofin, Vincent Van Peteghem, dijo que el acuerdo es equilibrado y "proporcionarán más espacio para la inversión, flexibilidad para que los Estados miembros suavicen sus ajustes y fortalecerán la dimensión social. "Los Estados estarán mejor equipados para prevenir políticas de austeridad", dijo la eurodiputada socialista Margarida Marques.

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