Un reventón por las catas en el refugio de Begoña provoca una riada junto a Correos

La fuga, que duró veinte minutos, obligó a cortar el suministro y generó molestias en los negocios de Fernández Vallín: "Fue toda una tromba"

"Riada" en la cuesta de Correos de Gijón

Carlos Martín

El inicio de los trabajos para resolver una de las grandes incógnitas de la ciudad, cómo se encuentra el refugio bajo el paseo de Begoña, tuvo ayer un pistoletazo de salida accidentado. Sobre las 10.45 horas los trabajos en la calle Fernández Vallín, más o menos a la altura del Hotel Hernán Cortés, que es donde se supone que termina el túnel, provocaron un reventón fortuito en uno de los colectores de agua del subsuelo de la calle. El resultado fue una verdadera riada en dirección a la plaza del Seis de Agosto para sorpresa de los clientes de los negocios de la zona y de los usuarios de la oficina de Correos. "Por suerte, no se me inundó el local", aseguró Francisco Vallina, propietario de uno de los negocios de la calle.

La fuga duró algo más de 20 minutos y afectó a varios comercios de la zona. Fue necesario cortar el suministro por lo que también sufrieron el problema los portales de la calle. "Llegó una abundante cantidad de agua que obligó a los clientes de la terraza a marcharse. Tampoco pudieron entrar otros nuevos", comentó Víctor Navazas, barista de una conocida cafetería de Fernández Vallín. "De pronto apareció una tromba de agua que impedía que la gente entrara y saliera del hotel, y ahora nos encontramos sin agua indefinidamente", comentó, por su parte, Jorge Palacios, jefe de recepción del Hotel Hernán Cortés. "La fuga duró unos 20 minutos, pero la calle ya estaba inundada y llena de barro", lamentó este mismo trabajador.

El reventón no fue lo único que ocasionó problemas. Las obras de reparación generaron también molestias. Francisco Vallina regenta una joyería a la que da nombre. "El paso peatonal por esta zona es reducido, ya que cruzan por la calle de enfrente", dijo. Un equipo de limpieza procedió a limpiar la calle. Terminaron sobre las 12.15 horas. Minutos más tarde, los operarios de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) comenzaron a arreglar la tubería previamente perforada. Algunos de los trabajadores tuvieron que ir protegidos con máscaras y trajes herméticos para protegerse del amianto.

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