El joven del piso de citas de Gijón falleció casi una hora antes de la llamada a Emergencias

La autopsia fija la muerte a las 17.19 horas y las investigadas avisaron a las 18.14 horas

Las transferencias, entre las 16.02 y las 17.34

Las dos investigadas, a la salida de los Juzgados, el pasado lunes.

Las dos investigadas, a la salida de los Juzgados, el pasado lunes. / Luisma Murias

Pablo Palomo

Pablo Palomo

La autopsia de Saúl R. I., el joven hallado muerto el pasado 22 de octubre a las puertas de un piso de citas de la calle Avilés, atribuye el fallecimiento a un edema agudo de pulmón "por posible reacción adversa a las drogas". Su cuerpo dio resultado positivo en cocaína y cannabis, pero tan relevante es la causa de la muerte como cuándo se produjo. El informe de la forense la data sobre las 17.19 horas del día 22 de octubre, un dato clave en la investigación por dos motivos. El primero, porque la Policía Nacional sitúa la llamada de emergencia que las dos trabajadoras del piso de citas hicieron desde una lavandería cercana a las 18.14 horas, es decir, casi una hora después de la muerte del joven, y porque Carmen I. R., la madre de la víctima, denunció que ese mismo día desde el teléfono de su hijo se realizaron seis transferencias (en total 3.515,4 euros) a favor de las dos mujeres entre las 16.02 y las 17.34. Todos estos datos figuran en las diligencias del caso, a las que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA.

Las dos mujeres implicadas declararon el pasado lunes en sede judicial. El Juzgado de Instrucción número 2 de Gijón las investiga como posibles autoras de los delitos de omisión de socorro y de estafa. Su grado de imputación ha variado conforme las pesquisas han ido avanzando. Solo la chica que pasó la tarde con el joven dentro del piso de citas figuraba, en los primeros compases del proceso, como investigada por supuestamente no ayudar al chico, mientras que la otra figuraba como testigo. La investigación sobre la primera venía por la posibilidad puesta encima de la mesa por la jueza de que la llamada a Emergencias se hubiera producido cuando Saúl I. R. "ya estuviera convulsionando". El conocimiento de la hora aproximada de la muerte, a las 17.19, tiempo después de la llamada desde la lavandería, y la denuncia de la madre ante la Policía Nacional de lo de las transferencias motivaron los cambios.

María del Carmen I. R., según consta en los autos, contactó con la Policía Nacional el 6 de noviembre, días después de que el atestado policial se cerrara el 27 de octubre, para poner en conocimientos de los agentes lo que había averiguado. La mujer detalló a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) que supo que desde el teléfono de su hijo se hicieron seis "bizums", tres a una chica y tres a otra, de en total 3.515,54 euros. Las transferencias fueron a las 16.02 horas, 16.50, 16.51, 17.01, 17.17 y a las 17.34 horas. El dinero se fraccionó en transferencias de 350, 625, 1.090,54, 500, 750 y 200 euros.

María del Carmen I. R. asegura que el móvil de su hijo se "desbloquea facialmente" y que todo esto lo supo tras recibir unos correos de la entidad bancaria, de origen inglés, de su hijo. La mujer, como consta en los autos, mantiene que puede aportar estos correos "cuando sea requerida". Ante esta novedad, la juez instructora pidió más información a la Policía Nacional por la sospecha de que el dinero se pudiera haber movido "peri mortem" o bien "tras personarse y abandonar las investigadas la lavandería". Es decir, cuando el chico ya estaba "inconsciente o fallecido". La juez urgió a los agentes que concretaran también la hora en la que se produjo la llamada a Emergencias.

La inspectora jefa de la Udev remitió un informe para aclarar estos aspectos. Este documento explica que lo de las transferencias no figura en el atestado porque no se supo de ellas hasta que llamó la madre. Es decir, el 6 de noviembre. También que el Servicio de Emergencias, el 112, recibió la llamada solicitando asistencia de servicios a las 18.14.50 horas el día 22. Algo que corroborarían las cámaras de la citada lavandería. La Policía Nacional recuperó ocho fotogramas donde se ve a las investigadas entrar y pedir el móvil a otra mujer para hacer la llamada. La grabación dice que esto fue entre las 16.57.21 y las 16.57.50, pero la hora no es exacta. Esto es así porque los investigadores determinaron que las cámaras no estaban en hora. Tenían un retraso de una hora y 17 minutos por lo que las dos mujeres entraron a la lavandería efectivamente a las 18.14 horas. Consta en el atestado que la que pasó la tarde con el chico manifestó en comisaría que trató de llamar a los sanitarios a través de un supuesto número de información que buscó en Google, pero que, al no tener respuesta, decidieron bajar.

Suscríbete para seguir leyendo