Regalos tempraneros llenos de magia

El Coto y Pescadores celebran sus particulares cabalgatas para disfrute de cientos de niños: "Ver lo contentos que están se contagia"

Varios niños reciben al Rey Baltasar en la entrada de la iglesia de San Nicolás de Bari, en El Coto.

Varios niños reciben al Rey Baltasar en la entrada de la iglesia de San Nicolás de Bari, en El Coto. / Marcos León

La ilusión era desbordante ayer en El Coto. Una comitiva partió del colegio Las Dominicas para recorrer el barrio bajo las sirenas policiales. No era una comitiva cualquiera, sino la encabezada por los Reyes Magos de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar. La cabalgata se prolongó durante casi media hora antes de desembocar en la iglesia de San Nicolás de Bari. Una legión de fieles de Sus Majestades aguardaba su llegada, amenizada por la charanga "Los Mazcaraos".

Una niña entrega una carta al Rey Melchor tras el desfile. | Marcos León

Algunos de los participantes en la cabalgata del barrio de Pescadores. / Marcos León

"Gaspar me dio la mano y me dijo que me porté bien", aseguraba una emocionada Nela Pérez, de 9 años. Tiene la lección aprendida. Sabe que mañana es día de acostarse pronto. "La teoría nos la sabemos", bromeaba su tía, Inés Cobián. Luca Alcaraz, de 6 años, era reticente a entrar en la iglesia para charlar con los Reyes. La primera impresión de verles tan de cerca le había chocado. "A ver si le convenzo", apuntaba su madre, Neli Bodelón. La carta de deseos lleva meses escrita.

Varios niños reciben al Rey Baltasar en la entrada de la iglesia de San Nicolás de Bari, en El Coto. | Marcos León

Una niña entrega una carta al Rey Melchor tras el desfile. / Marcos León

Álvaro González, de 2 años, salía exultante de su encuentro con Baltasar, su rey favorito. El niño aprovechó para pedirle por última vez el patinete que tanto ansía. "Es muy chulo que organicen esto", sostuvo su madre, Rocío Llera. Asun Menéndez y su hija, Amalia Álvarez, se iban desplazando por las calles para agasajar a Sus Majestades en pleno desfile. También Yara Abarrio y su madre, Laura Vena. "La asociación de vecinos se mueve mucho", ensalzó Menéndez. Los nervios se palpaban entre las crías y las mayores. "Ver lo contentas que están... eso se contagia", resaltó Asun Menéndez. "Yara está muy alterada", confesaba Laura Vena. El barrio de Pescadores también disfrutó de su particular cabalgata, un aperitivo para la gran cita de hoy, a la que los vecinos de El Coto y Pescadores irán entregados con la dosis extra de magia de ayer.

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