Por libre

Tengo una pregunta para mí

Filippo Priore

Filippo Priore

Escribo estas líneas sin conocer el desenlace del primer cara a cara entre el actual presidente del Gobierno y el principal candidato a sustituirle. Lo que es tan seguro como que el río Piles pasa entre la Escalera 15 y la 16, es que Tezanos dará como vencedor a su sobreponderado jefe y al partido que éste lidera,

En esas mismas aguas de San Lorenzo, bendecidas esta vez sí, con la presencia de nuestra flamante alcaldesa, como es de rigor en nuestra laica, pero respetuosa villa marinera, e inmersos en la Semana Negra, turistas de nuestra propia región y ‘foriatos’, darán vidilla y serán el maná para nuestra maltrecha economía.

Con todo, será imposible abstraerse de la política, dada la jugarreta de Pedro Sánchez, en un movimiento tan pérfido como desesperado, de convocar elecciones cuando más aprieta el sol. A ver si a la postre se le vuelve en contra, con unos electores que podrían acudir a la cita electoral, aún más "calientes".

La sobreexposición del Presidente en funciones, con una gira por infinidad de medios, con entrevistas a diestro y siniestro, donde empleando la genial ocurrencia de un tertuliano radiofónico y recordando aquel viejo programa "Tengo una pregunta para usted", Sánchez, habría creado una nueva versión o formato: "Tengo una pregunta para mí". A buen entendedor, sobran las palabras. Para Sánchez sobran hasta las preguntas, que para eso se ha creado su propio show y donde entrevista a ministros de su Gobierno, en una muestra más de su enfermizo narcisismo.

Mas ahora nos adentramos en otro espectáculo aún más truculento con los debates. De la propuesta inicial del Presidente de ofrecer un debate por semana contra Feijóo, se pasó a dos: el citado cara a cara y uno a cuatro Se negaba el PP a este último, pues no consideraba lógico que en él estuviera presente un partido sin representación actual en el Hemiciclo (Sumar) y que no lo estuvieran sus socios de Gobierno, entre ellos los separatistas y los filoetarras.

Así que apriéntese los cinturones que vienen más curvas que en nuestra N635, con uno de los puntos negros con mayor índice de siniestralidad; pero los radares siguen colocados en las principales arterias de las ciudades y en las autopistas, pero en absoluto con efecto recaudatorio; ya saben.

Viajando a nuestro país vecino Francia, para líada la que sigue ahí montada por la muerte de un argelino a disparos de la policía gala, cuando el susodicho intentó saltarse un control rutinario, no asesinando de milagro a un gendarme. Una joya, vamos, a quien nadie deseaba su trágico final, pero a quien tampoco hay que elevarlo a los altares. Que, en Francia, cualquier excusa es buena para que un sector cada vez más numeroso de la población, se dedique al saqueo y a la destrucción, sembrando el terror entre la honesta ciudadanía. La solución para combatir este terrorismo callejero sería muy sencilla, de no ser Francia el fiel reflejo de esta Europa que de buenista, acabará por ser sometida por hordas cebadas en casa.

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