Réquiem de los Derechos Humanos

Iván Pérez del Río

Iván Pérez del Río

El pasado domingo se cumplían 75 años de la aprobación y proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ha sido una celebración discreta, silenciosa, o más bien ignorada a nivel social. No ha tenido ninguna relevancia. A más de uno de le interesa que así sea.

Sorprende la amnesia profunda en la que habita nuestra sociedad, capaz de olvidar la celebración de uno de los mayores logros de la humanidad. En la Declaración se recogen una serie de puntos de consenso internacional con el objetivo de mantener la paz y un mundo más justo, igualitario y libre.

El texto está escrito justo tres años después de que la barbarie, el odio y los extremismos inundaran el mundo tras dos guerras mundiales y el auge de los fascismos en la gran mayoría de países europeos. En ese quicio de nuestra historia se escribe este precioso texto compuesto por 30 artículos, considerado el más traducido del mundo y que ha inspirado las constituciones de varios Estados y democracias recientes.

Basta el primer artículo para comprender el trasfondo del texto, "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos…". Estremece leer y tocar el significado profundo del texto y, a la vez, contemplar cómo 75 años unos cometen las mismas barbaridades, y otros miran para otro lado de manera cómplice.

Justo en el aniversario de la Declaración, EE UU, que es especialista en usar varas de medir oportunistas, vetaba un alto el fuego en la diezmada Gaza. Mientras, Israel asediaba con francotiradores hospitales de Gaza (solo hay tres en funcionamiento). Uno de ellos, el Hospital europeo, con capacidad para 370 personas, está atendiendo alrededor de un millar y en él se refugian 70.000 desplazados. En dos meses han muerto ya 18.000 palestinos y 49.500 han resultado heridos por los ataques israelís.

Como ha afirmado el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, "el mundo está perdiendo el rumbo". 75 años después de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos los conflictos se extienden con fuerza, la pobreza y el hambre aumentan, las desigualdades cada vez son más profundas, los autoritarismos van a más,… A pesar de la gran oscuridad, siempre ha de haber espacio para la esperanza. Nuestra historia está escrita en un gran tablero en el que se alternan casillas blancas y negras, y otras muchas con tonalidades grisáceas.

Hoy, donde parece que asistimos al réquiem de los Derechos Humanos, cobra más vigor y consistencia la lucha, desde nuestra realidad más cotidiana, por un mundo más fraterno, en el que se preserve la igualdad y la libertad de cada ser humano.

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