Negociaciones tan polémicas como esperpénticas

Jaime Torner Gracia

Jaime Torner Gracia

Hace días, el presidente Sánchez manifestó por televisión que el PSOE negociará por separado con Junts y ERC sobre el cumplimiento de los acuerdos que facilitaron su reciente investidura. La noticia pudo fomentar perplejidad ciudadana porque, presuntamente, conlleva una doble negociación sobre política nacional, mantenida en el extranjero y amparada por una fundación privada bajo supervisión de mediadores, teóricamente independientes. Me explico:

En primer lugar, la Fundación Henri Dunant surgió en Ginebra (1998) como la sucesora del instituto creado por este empresario, filántropo y humanista suizo que, en 1901, recibió el Nobel de la Paz por fundar Cruz Roja (su presidente de honor es el socialista Javier Solana). Su función es resolver conflictos internacionales o internos de un país mediante la diplomacia, ofreciendo tanto su experiencia técnica como el oportuno marco negociador.

En segundo lugar, esta institución se financia mediante aportaciones de gobiernos de la Unión Europea, Suiza y Noruega; aunque, presuntamente, también está subvencionada por magnates como Rockefeller, Bill Gates y Soros.

En tercer lugar, Francisco Galindo ha sido elegido mediador en las negociaciones del PSOE con Junts: abogado, antiguo embajador de El Salvador en Francia y Colombia o experto en temas de refugiados y la guerrilla; mientras que el mediador entre PSOE y ERC está aún por designar; aunque el PSOE haya aceptado las dos propuestas de candidato realizada por ERC, ambas de un previsible reconocido prestigio.

Existen pocos precedentes sobre la mediación de una entidad privada entre el partido político gobernante de un país soberano y demás partidos políticos que han propiciado su investidura; máxime si tales negociaciones tienen lugar en el extranjero y, presuntamente, tratan temas espinosos (como un referéndum de autodeterminación). Nadie oculta el prestigio de la Fundación HD y su protagonismo como mediadora en las negociaciones para lograr el fin del terrorismo de ETA. Sin embargo, aunque la actual negociación sea de distinta índole, el Gobierno parece estar legitimando con ella a un prófugo de la Justicia como Puigdemont.

Finalmente, aunque el PSOE desearía unificar este proceso negociador para lograr un acuerdo simultáneo con Junts y ERC, dicho objetivo parece lejano puesto que resulta obvia la rivalidad de ambos partidos secesionistas para poder controlar la Generalitat, careciendo actualmente de una interlocución fluida. En definitiva, esta negociación del PSOE con los secesionistas catalanes es tan polémica, costosa y "esperpéntica" que ni el propio Valle Inclán la hubiera puesto en escena por deteriorar la imagen de nuestro país como democracia europea.

Suscríbete para seguir leyendo