Opinión | Varadero de Fomento

No tenemos necesidad

Continúan las presiones para una barbaridad mundialista

Con el Grupo en plena campaña electoral y nada más y menos que tres candidatos, comprobamos que no sólo en política se fraccionan las opciones ofertadas al electorado: da igual que sea un ayuntamiento, el Congreso de los Diputados, un parlamento regional o una sociedad recreativa y deportiva; el virus del fraccionamiento llega a todos los rincones. No hay polarización, hay la rosa de los vientos al completo. Por eso, el campeonato mundial del balompié no es una cuestión solamente política; es cosa de la afición, pero también de la ciudadanía entera de esta variopinta villa marinera. Cierto que la avidez de los orlegis, actuales dueños, han revuelto el panorama y significan un insospechado factor de distorsión que ha revuelto la situación. Si no teníamos bastante con nuestras propias cuitas y divisiones, han llegado unos forasteros, con unos millones en el bolsillo a intentar quedarse con el club y que les salga gratis gracias a unos beneficios ingentes, obtenidos merced a algunas operaciones "non sanctas", que es la única forma de hacer platita más allá de lo que razonablemente indica el mercado.

No existe razón alguna para esperar que la celebración de unas eliminatorias de segunda fila vayan a aportar no ya retornos dinerarios, sino cualquier otra cosa que signifique mejoras en el ámbito urbano como, por ejemplo y sin ir más lejos, la consecución del adelanto de la construcción de la estación intermodal o la puesta en marcha del metrotrén. El fútbol tiene algunos poderes, pero no tantos y nuestra villa y concejo no es, para la administración general o ni tan siquiera para la regional, por diversos factores, cosa tan importante como para enterrar aquí una importante cantidad de los escasos euros que circulan por las tesorerías de las administraciones para todo lo que se necesita en general. La cara dura de los directivos del gremio hostelero a la hora de pedir es proverbial y también produce rubor porque piden pensando en aumentar sus recaudaciones sin tener en cuenta el interés general.

Hay que pedirle a los gobernantes municipales que aguanten el tirón, que la inmensa mayoría de los habitantes de Gijón no están interesados en algo a seis años vista, que a la afición sportinguista le importa un pito aquello que no esté coloreado de rojiblanco y que solamente a una oposición socialista desnortada, que bastante trabajo tiene con encontrarse a sí misma, se le ocurre hacer "casus belli" con un asunto que llega de la mano de unos, digamos por ser suaves, poco claros empresarios de allende la Mar Océana. Es curioso que el mayor grupo municipal se enfrasque en algo que equivocadamente reputan como tema social de futuro en detrimento de otras que lo merecen.

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