Opinión | Palabras con silencios

El longevo papa Francisco

Con 87 años cumplidos el pasado mes de diciembre, este miércoles, día 13, Francisco ha culminado los once que lleva como el 266º. sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia. No le gusta los títulos de Vicario de Cristo, Príncipe de los Apóstoles, Sumo Pontífice, ni siquiera Santo Padre. Prefiere el de "Papa". O simplemente Francisco. Tampoco "Papa de los pobres" porque eso sugiere una ideologización, sino simplemente papa, papa que siente pecador como los demás. Su avanzada edad y su salud deteriorada, sobre todo en el andar, han hecho aflorar las listas de los papas más longevos. Ocupa el quinto lugar de toda la historia. El que llegó a más edad, 102 años, fue Agatón, en el siglo VII, un benedictino lego, ordenado sacerdote a los cien, para ser elegido papa después. Duró poco más de dos años. A su edad convocó el importante 6º. Concilio Ecuménico de Constantinopla. En la Historia de la iglesia se encuentran perlas como esta. El segundo ha sido Ratzinger, Benedicto XVI, con 95. Le siguen León XIII, con 93 y Clemente II (alemán del siglo XI) con 88.

Francisco está dispuesto a ganar puestos en este ranking. La próxima semana se publicará su autobiografía "La vida. Mi historia en la Historia". Escrita en primera persona, es como un viaje por su tiempo atravesando los acontecimientos más importantes y cómo le han impactado: la II Guerra Mundial, la caída del Muro de Berlín, el golpe de Estado de Videla, la llegada a la Luna y hasta el gol de Maradona… Son las memorias de este papa jesuita que sorprendentemente eligió con intención el nombre de Francisco y que, en su insistencia del dialogo entre mayores y jóvenes, desea que no se repitan los errores cometidos en la humanidad. Se promete interesante porque aclara algunas de las acusaciones equivocadas e intencionadas que le han hecho en estos once años sus adversarios, que los tiene, los más acérrimos en su misma cercanía. Es insólita la crítica de algunos cardenales. Y no digamos los clérigos de "La sacristía de la vendée". Otra perla de la Historia de la Iglesia.

A la cuestión de la supuesta renuncia augurada por algunos, responde abiertamente que no ha pasado por su cabeza y que el ministerio petrino es "ad vitam". Él lo tiene previsto ante un impedimento físico grave. Pero no lo ve por ahora. Estoy convencido de que le ha sido encomendada una necesaria reforma de la iglesia y desea afrontarla sabiendo que entraña serias dificultades y críticas. No se las quiere dejar a su sucesor. En esto, la edad le ayuda. Todos los papas tienen luces y sombras. Francisco ha sido elegido con la luz del Espíritu Santo. Aunque a veces, por sencillo y sincero, es mediático en exceso, sabe leer los signos de los tiempos.

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