Entrevista | Manuel Fernández Fernández Exconsejero de Agricultura del Principado

"Con Marqués quedamos los que teníamos de qué vivir al margen de la política"

"Cité a los ecologistas y les dije que los íbamos a invitar a unas vacaciones en invierno en Bulnes; se acabaron las protestas por el funicular"

Manuel Fernández Fernández

Manuel Fernández Fernández / Ángel González

Manuel Fernández Fernández (Barrios de Luna, León, 20 de enero de 1946), casado con Trinidad Rodríguez, veterinario jubilado y exconsejero de Agricultura, Ganadería y Pesca con Sergio Marqués, es un histórico del PP gijonés.

En el pueblo

"Nací en una familia de ganaderos y agricultores, en una época en la que en Barrios de Luna había muchísima gente, porque era cuando estaba en efervescencia la construcción del pantano, que se inauguró a mediados de los 50. El día que embalsaron marché a jugar sin decir nada y mi padre venga a buscarme por todos los lados, preocupado. Cuando aparecí: el cinto en el culo. Mi primera experiencia con los animales fue hacer lo que hacían todos los niños del pueblo cuyos padres tenían ganadería; después de la escuela, ir a buscar las vacas o ir a cuidarlas o ir a separar las ovejas de las cabras. Empecé con ocho años".

Manuel Fernández, sujetando el balón, con el equipo de rugby de la Universidad de León.

Manuel Fernández, sujetando el balón, con el equipo de rugby de la Universidad de León.

El rugby

"Con once años, me fui a estudiar en el Instituto Padre Isla de León, que era público. Vivía de pensión en una casa particular. Era un instituto sólo masculino, donde hice todo el bachiller, tuve grandes profesores y eso nos valió mucho en las carreras, porque fuimos mucho mejor preparados que otra gente. En aquella época empecé a jugar al fútbol, al balonmano y sobre todo a rugby, cuando en España había sólo ocho o diez equipos. Yo estaba en la selección de León y en el equipo de Veterinaria de León, al que ya pertenecía antes de empezar la universidad. En fútbol jugaba de central y en rugby era talonador, que es el que saca la pelota en las melés. Estuve jugando hasta tercero de carrera. El fútbol lo dejé antes. Opté por el rugby porque tenía más amigos en el equipo, en el que casi todos éramos de la montaña leonesa".

La universidad

"Yo siempre tuve muy claro que iba a estudiar veterinaria. La facultad de León, que estaba adscrita a la Universidad de Oviedo. Cuando llegamos nosotros, había muy pocos estudiantes porque se sabía que no había puestos de trabajo. El año en que empecé, se licenciaron 3 y cuanto acabé la carrera, en 1971 con 24 años, nos licenciamos 16. En la facultad teníamos muchas prácticas. Desde segundo estaba adscrito al departamento de cirugía y por las tardes siempre íbamos por allí. De aquella venían a la facultad a hacer cesáreas de todos los pueblos de León y algunos de Zamora, porque entonces las cesáreas no se hacían en las cuadras y los animales que no podían parir iban para el matadero. Empezamos nosotros a hacerlas allí con el catedrático de patología quirúrgica y cirugía, José Manuel Gonzalo Cordero y después Miguel Abad Gabín. León tenía mejor plantilla de catedráticos entonces que la facultad de Madrid".

Con la tuna universitaria de la Facultad de Veterinaria de León, de pie el segundo por la izquierda.

Con la tuna universitaria de la Facultad de Veterinaria de León, de pie el segundo por la izquierda.

Células comunistas

"Fui delegado de facultad y tuve dos momentos bastante malos, cuando empezaron a aparecer las células comunistas. En León había una metida en un departamento de la facultad. Luego me tocó también la huelga del 68 en la facultad y otra huelga con los estudiantes de Farmacia. De ahí me vinieron las inquietudes políticas. Un 1 de mayo, estábamos en clase y apareció la facultad vieja llena de octavillas del PCE. Me llamó el decano, don Miguel Cordero del Campillo, y me dijo que me enterara de lo que había pasado. Yo tenía muy buenos enlaces por allí y habían visto salir a unos que teníamos ya medio fichados. Fue un momento en que nos enfrentamos y le dije a uno de ellos que fuera a hablar con el rector, porque si no iba a tener que ir yo a decírselo. Al final no pasó nada, ellos se fueron de la facultad y uno de ellos no volvió más. Lo que me mosqueaba es que si estaban en un departamento sería con consentimiento del jefe de departamento, que es a quien el decano tendría que haberle pedido responsabilidad. Estamos hablando de finales del año 68 o 69. En 1971 me licencié en veterinaria y al año siguiente cursé diplomado en sanidad, también en León, porque era otra salida más en la carrera, porque había determinados trabajos para los que antes necesitabas esa titulación, como el de director de un matadero. La facultad de León para mí fue de lo mejorcito que me ha pasado".

De Madrid a Galicia

"En los veranos de cuarto y quinto de carrera hice la mili por milicias, en Montelarreina, en Zamora, en caballería. Después las prácticas como alférez en el Hospital Militar Gómez Ulla, de Madrid. En la parte de atrás del Hospital había instalaciones con mulos y otros animales a los que les sacábamos la sangre para obtener suero para el hospital. Nada más acabar empecé a trabajar en laboratorios Iven, en Madrid, que era la central de un grupo de empresas. Me dieron la opción de dirigir el matadero industrial frigorífico Campoverde, en Monforte de Lemos (Lugo), que habían comprado entre el Banco de Bilbao, Campofrío e Iven. En mi pueblo, la matanza se hacía antes juntándose los paisanos y yendo de casa en casa y poniendo el cerdo encima de un banco. El primer día que empezamos a sacrificar en el matadero de Monforte, se me caía el mundo encima porque yo iba para un lado y los operarios todos detrás de mí, para allá y para acá, y para matar 60 cerdos estuvimos un día entero. Después llegamos a matar 600 por la mañana y vacuno por la tarde con la misma plantilla. A Iven le correspondía año y medio tener la dirección del matadero y cuando acabó ese tiempo me propusieron dos cosas: o seguir allí de director, que era lo que quería el presidente de Campofrío, o irme a La Coruña de director del complejo donde Iganasa, que era la empresa con la que Iven operaba en Galicia, tenía una fábrica de piensos, más medio millón de gallinas ponedoras en Galicia, pollos de engorde, cerdos y vacuno. Opté por lo segundo".

El día de su primera comunión en la iglesia de Barrios de Luna, de la que fue monaguillo y en la que se inició en el canto en masas corales.

El día de su primera comunión en la iglesia de Barrios de Luna, de la que fue monaguillo y en la que se inició en el canto en masas corales.

La mentalidad del gallego

"Galicia al principio, si no lo conoces... nosotros teníamos la fábrica de piensos a la salida de La Coruña, al principio la gente estaba un poco recelosa, pero si les das confianza y les demuestras que no les engañas, son muy buenas personas. Cada semana hacía una salida a alguna de las provincias gallegas. Un día tenía que ir a un pueblo de Pontevedra. Yo venga a conducir por aquellas carreteras que eran estrechas, y venga a hacer kilómetros y pensé que me había pasado y estaba llegando a Portugal. Entonces vi a una persona al pie de una carretera sayando unas patatas. Paro el coche y le digo ‘oiga señora, ¿esta es la carretera que va para La Golada?’ Contestación de la señora: ‘¿e vostede para qué o quer saber?’ Esa es la mentalidad del gallego. Se dice que al principio no sabes si suben o bajan, pero son nobles y te haces tan bien con ellos, que al final eres tú igual que ellos. Por los pueblos había gente muy ruda, pero buenas personas. Y no tuve problemas con el idioma, interpretaba lo que decían y si no, volvía a preguntar. Siempre comía fuera. Recuerdo dónde se comía muy bien en Galicia de aquella. Y dejé muy buenos amigos, entre ellos un carnicero que suministraba la carne a los restaurantes más importantes de La Coruña, Manolo Becerra, y todavía hoy nos seguimos llamando".

Llegada a Gijón

"En Coruña estuve hasta 1975. Ese año acabó la carrera mi mujer, Trinidad Rodríguez y nos casamos. La había conocido porque el año que yo acababa la carrera ella empezaba el selectivo, el primer año de las carreras de ciencias, en León. Luego ella vino a estudiar a Oviedo. Nos casamos en julio en León, en la iglesia de Santa Marina, cerca de la Catedral, porque somos los dos de León. Mi mujer fue conmigo a Galicia y en noviembre, como tenía en mente la cátedra de física y química, vinimos para Gijón, porque uno de los catedráticos que tuve en la facultad, el de cirugía, me insistía en que me dedicara a la clínica, que era lo mío y que dejara la industria. Me salió una oportunidad de trabajo en Gijón, con un grupo de otros tres veterinarios que llevaban la inseminación de Gijón y alrededores y que necesitaban una persona que hiciera bien clínica y cirugía. El catedrático José Manuel García Cordero me decía que viniera, que iba a ganar tres veces más. Y como estaba pendiente de mi mujer, nos vinimos para aquí. Ella sacó la cátedra de física y química en una oposición nacional y eligió como destino el Instituto Doña Jimena".

Gozón y Carreño

"Yo siempre estuve en la zona de Gozón y Carreño. Desde Villaviciosa hasta Ranón, la clínica la llevábamos nosotros. Después decidimos separarnos este grupo de veterinarios y cada uno trabajaba por libre. Uno de los compañeros falleció y me quedé con la zona de Carreño y Gozón, aparte de que todo lo que había alrededor de Gijón, en Ruedes, Caldones, Monteana, Serín, etcétera, también llevaba yo la clínica. Y en algunos sitios además me llamaban compañeros si tenían un parto difícil y había que hacer una cesárea. Iba, hacía la cesárea y después quedaban ellos con los cuidados y el tratamiento. El campo asturiano es parecido al de mi pueblo. La montaña de León es igual que la de aquí.

Los partos

"Aquí se hacían verdaderas atrocidades en los partos. Yo llegaba a partos en los que estaba la vaca atada al pesebre, amarrada con unas sogas por detrás para que no retrocediera y tirando con el tractor de las patas del ternero que empezaba a asomar. Normalmente no podía salir y reventaban el arco pelviano. Mataban al ternero y la vaca tenía que ir para el matadero, porque no se levantaba más. Me costó muchas broncas a la gente, pero se fueron convenciendo y, al final, cuando llegaba a un parto me decían ‘don Manuel, no hemos tirado’.

La cicatriz

"Una noche muy mala de febrero me llamaron a las dos de la madrugada para un parto en Viodo, pueblo próximo al Cabo de Peñas. Cuando llegué allí, estaba todo el pueblo. Llegué, miré lo que venía y vi que había que hacer la cesárea. El ternero venía muy apurado, así que les avisé de que cuando empezara a cortar la anestesia aún no habría hecho efecto completamente a la vaca. Para que no se moviera, le dije a un señor que le sujetara una pata con una cuerda. Pero el señor estaba más pendiente de lo que yo estaba cortando que de la pata de la vaca. Empecé, la vaca me dio un golpe en el codo y el bisturí me atravesó una mano, en la que tengo la cicatriz. La voz que le pegué al paisano todavía se debe de estar oyendo en el Cabo Peñas, después de treinta y tantos años. Me hice un torniquete, acabé la cesárea, levanté la vaca, el ternero vivo y punto. Y el paisano si no le digo yo que acabé la cesárea, sigue todavía el día de hoy amarrado a la pata de la vaca. Son cosas que pasan. Me levantaba a las ocho de la mañana, pero no sabía ni dónde iba a comer, ni cuando iba a comer, ni cuando iba a ir a dormir, ni las dos horas que iba a dormir. A mis dos hijos casi ni los veía dos horas. Llegabas de trabajar a las diez de la noche, te ponías a cenar y sonaba el teléfono y, hala, a marchar otra vez. Venías a la una de la madrugada, a las tres horas o a las cuatro volvías a salir, y así todo el tiempo. Los partos y las enfermedades no se programan, vienen cuando vienen, y el paisano que te llama es porque te necesita. La clínica veterinaria es muy gratificante, pero a veces es injusta. A medida que pasó el tiempo, fue habiendo más veterinarios que estaban ya más preparados, pero al principio estábamos dos para hacer cesáreas".

Afiliación a Alianza Popular

"En 1986 me había afiliado al PP, en aquel momento Alianza Popular. Hice los programas de agricultura y ganadería. Fui de la Comisión de Agricultura y Ganadería del PP de Asturias y después la presidí durante más de 30 años".

Fraga

"Fraga era el que mandaba. El presidente que había en Gijón era Jesús Roces y en Asturias, Isidro Fernández Rozada. Mi número de carné de afiliado del PP es de los primeros de toda España. Cuando se pasó a llamar PP y Fraga entregó el relevo en el partido, yo fui a ayudarle en la campaña la primera vez que ganó la presidencia de la Xunta de Galicia. Fui compromisario por Asturias en el Congreso del PP en Sevilla en 1990. Llegamos al aeropuerto de Barajas los de Asturias y Fraga, para coger cada cual su avión de regreso. Él ya tenía decidido presentarse en Galicia y cuando al despedirnos le dije, ‘bueno, don Manuel, hasta la próxima, y ahora a trabajar en Galicia, ¿eh?’. Me dijo ‘bueno, bueno, necesitamos de todos’ y le contesté, ‘no se preocupe, que yo le voy a ayudar en la campaña que conozco bien Galicia’. Me respondió ‘a que no vienes’ y yo: ‘a que sí’. Fui a la campaña como colaborador. Recuerdo que el primer día que llegamos a Lalín, en la mitad del mitin de Pepe Cuiña, que era uno de los prebostes de Galicia, se fue la luz y hubo sus chanzas. Yo conocía la zona y conocía dónde se comía bien. El resto, Fraga tenía un buen equipo de aquella. Transformó totalmente Galicia. De la que yo conocía a la que dejó... la carretera más recta que había en toda Galicia era la de tierra Chá, la que va desde Ribadeo hasta Castro de Rey. Ahora son todo autovías".

La profesión primero

"Yo no quise nunca ser concejal ni nada, porque estaba trabajando a tope. A Sergio Marqués lo conocí en la sede del PP de Gijón. Entablamos amistad y desde 1986 los matrimonios íbamos de viaje y a comer juntos. Tenía sus prontos, pero era muy buena persona. Yo había hecho el programa en agricultura, ganadería y pesca para las elecciones regionales de 1995 y cuando Sergio salió presidente, me pidió que fuera consejero y le dije que no. Acepté ser su asesor, pero sin dedicación exclusiva. Estuve año y pico, trabajando todo el tiempo que podía en la consejería y por las tardes seguía atendiendo mis vacas".

La fractura en el gobierno

"Viví muy mal la crisis con el partido. Fue una sinrazón, un calentarle la cabeza no sé quién a Cascos, porque Cascos y Marqués eran íntimos. Cascos le llamaba todas las mañanas. El argumento que exhibieron, que había una descoordinación entre el Gobierno y el partido era mentira".

Consejero

"Luis Peláez dimitió como consejero de agricultura. Le dije a Sergio que no se preocupara, que entonces sí me iba a hacer cargo de la consejería. Creo que tuve el mejor equipo en mis dos años como consejero. Todo lo que ahora es xata roxa salió de un programa nuestro que se llamaba ‘Carne de Asturias, calidad controlada’. También salió la renovación de la flota pesquera en toda Asturias y se hicieron todas las fábricas de hielo de los puertos. También todo lo que ahora se habla de movimiento pecuario y bienestar animal: el dercreto sobre ello lo hice yo con tres funcionarios, recopilando todo lo que había en otras autonomías y fuera de España, y se hizo un decreto de movimiento pecuario y bienestar animal extraordinario, tanto es así que al año de marcharnos, el ministro Luis Atienza, del PSOE, lo hizo decreto nacional sin quitar ni una coma".

El funicular a Bulnes

"El funicular a Bulnes estaba entre Tielve, que llevaba Fomento, y yo, que llevaba medio natural. Había protestas de los ecologistas. Los cité en la Consejería y les dije que les íbamos a invitar a unas vacaciones en Bulnes desde el mes de octubre hasta el mes de marzo y que cuando nieve y tengan que bajar al médico o a hacer compras, que bajen y suban por la canal del Texu. Es muy fácil ir en mayo o en julio a tumbarse el sol allí arriba, pero hay gente que está viviendo allí todo el tiempo. Se acabaron las protestas".

Los cazadores

"Ya de aquella decía que había que sacrificar más jabalíes. Había cupos y los cazadores cuando salían nunca completaban el cupo, porque tenían miedo a que se les acabara la caza. Los llamé y les dije que se acababan los cupos. Me llamaron exterminador y de todo. Ahora ya están viendo que hay que matar más, pero es que eso ya tenía que haberse hecho antes. La jabalina es la misma especie que los cerdos, cuando pare trae 5 o 6 de media y pare dos veces al año".

Negociaciones

"Cuando la ministra Loyola de Palacio nos llamaba a los consejeros para repartir los dineros nacionales, allí todo el mundo iba con la navaja en el bolso. Yo le decía que si otras comunidades pedían repartir los fondos de leche y de carne, que es lo que a mí me interesa, yo también quiero mi parte de los de plátanos y de naranjas".

La pesca en Cuba

"En un viaje a Cuba que hicimos con proyectos, estando con el Viceministro de Pesca, Enrique Oltuski, que había sido muy amigo del Che Guevara, le dije yo, inocente de mí: ‘Pero vamos a ver, aquí estamos en una isla y no veo yo demasiada flota pesquera’ y me responde, ‘¡ay, hermano!, ¿tú qué quieres, que se nos marchen?’ Pensé, ‘¡joder!, qué tonto eres, Manolo’".

URAS

"Como amigo de Sergio, lo iba a apoyar hasta el final. Si volviera a pasar volvería a hacer lo mismo, menos hacer otro partido. Creo que crear URAS, a la larga fue un error. Con Cascos no he vuelto a hablar desde 1996".

Vuelta al PP

"A la semana de cesar como consejero, volví a mi trabajo en mi zona de Carreño y de Gozón, a ver a mis vacas y a ver a mis paisanos. Yo creo que el que se vaya a dedicar a la política tiene que tener un puesto de trabajo detrás y si no sirve, porque así nos quitamos a todos los que dependen exclusivamente de la política para vivir. Todos nos fuimos a nuestro puesto de trabajo al día siguiente de acabar la legislatura, desde Sergio Marqués hasta el último director general. Los que habían dimitido cuando se produjo la ruptura eran los que tenían que seguir en el partido y en política. Al PP me reincorporé en 2008 o 2009".

Jubilación

"Estuve ejerciendo hasta el día que cumplí los 65 años en 2011. Muchos ganaderos me pedían que siguiera, pero hay tres cosas por las cuales no seguí: Porque no lo necesitaba, porque era hacer una competencia desleal a los compañeros que empezaban y que no tenían trabajo y porque si me ponía a trabajar para algunos, tenía que trabajar para todos, porque para mí los clientes eran todos iguales".

Los nietos

"Ahora atiendo a mis cuatro nietos, dos de cada hijo. Sigo vinculado al partido, saben que estoy ahí en un segundo plano para ayudar y dar consejos, si los quieren tomar, pero no quiero ir en ninguna lista. Mantengo contacto con gente del campo y de la pesca. En mi casa en Somió tengo un mastín, pero tuve hasta 7; cuando crían los que tienen mis primos para guardar las ovejas, alguno de los cachorros de vez en cuando viene para acá. Pasé por varios coros, primero como tenor y ahora como bajo. Actualmente estoy en los coros parroquiales de Somió y de Cabueñes. Puedo en ambos porque los ensayos no coinciden el mismo día de la semana y las actuaciones de los domingos en la parroquia de Cabueñes son a las doce y en la de Somió a la una".

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