Entrevista | Alfonso Domínguez-Gil Hurlé Catedrático emérito de Farmacia de la Universidad de Salamanca

"La falsificación es frecuente en los medicamentos que se compran por internet"

"La acumulación de fármacos en los botiquines es una mala práctica"

Alfonso Domínguez-Gil Hurlé, en Oviedo.

Alfonso Domínguez-Gil Hurlé, en Oviedo. / LUISMA MURIAS

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Alfonso Domínguez-Gil Hurlé (Gijón, 1942) es catedrático emérito de Farmacia de la Universidad de Salamanca y referente nacional en los campos de la biofarmacia y farmacocinética. En 1978 logró el premio nacional de investigación "Laude", y cuando las labores de gestión le dejaron algo de tiempo llegaron otros concedidos por instancias internacionales, como la American Society of Health-System Pharmacy and Education Foundation de EE UU, o el Premio Nacional de Investigación Farmacéutica de la Federación Internacional Farmacéutica.

Pasamos consulta con él sobre la actualidad sanitaria.

–¿Qué lecciones deberíamos aprender de la pandemia?

–Ha puesto de manifiesto que el sistema sanitario no estaba preparado para hacer frente a una presión asistencial sin precedentes como la que ha generado esta enfermedad infecciosa. Entre ellos se produjeron deficiencias de liderazgo, la falta de comunicación y deficiencias en la gestión de la información, aprovisionamiento de equipos, etcétera, y ha agudizado problemas ya existentes y generado otros nuevos, especialmente retrasos y errores en el diagnóstico, en el tratamiento y en la prestación de la atención sanitaria.

–¿Y en relación con los medicamentos?

–Se han observado daños derivados de la interrupción de tratamientos y de la falta de revisión y control de los tratamientos crónicos, del uso de medicamentos no indicados para el tratamiento del covid, de errores causados por la falta de profesionales y por el desabastecimiento de medicamentos. Sin embargo, debe destacarse el esfuerzo realizado para el desarrollo de las vacunas que ha sido posible gracias a los progresos realizados en los últimos años en la tecnología biofarmacéutica.

–¿Qué ha permitido?

–Desarrollar esta modalidad terapéutica con la urgencia necesaria para enfrentarse a uno de los mayores problemas de salud pública de la historia de la medicina. Desde su descubrimiento las vacunas han sido junto a la potabilización del agua el método de prevención que ha sido más beneficioso para la humanidad. Además, en la mayoría de las enfermedades infecciosas la vacunación es la práctica sanitaria más costo–efectiva en relación a otras alternativas terapéuticas.

–¿Los efectos adversos de un medicamento pueden hacer abandonar al paciente el tratamiento?

–La adherencia al tratamiento farmacológico es una exigencia fundamental para poder alcanzar los objetivos terapéuticos. La dosis, el intervalo de dosificación y la duración recogidas en la prescripción médica condicionan la eficacia y la seguridad de los tratamientos tanto agudos como crónicos. La mayoría de los medicamentos producen reacciones adversas aunque la intensidad y frecuencia son muy variables. Lamentablemente muchos pacientes abandonan el tratamiento de forma intermitente o definitiva. Las consecuencias tienen importantes implicaciones tanto clínicas como económicas para el sistema público de salud.

–¿Causas responsables de la baja adherencia?

–Figuran algunos efectos adversos como el incremento de peso, la somnolencia, las náuseas, los dolores articulares... En muchos tratamientos crónicos la adherencia no supera el 70 por ciento y pone en riesgo los resultados clínicos del tratamiento.

–¿Las instituciones sanitarias hacen algo para remediarlo?

–Desarrollan periódicamente campañas en los medios de comunicación para que sirvan de estímulo a mantener la adherencia de los tratamientos que con frecuencia tienen una duración de meses o años. La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria ha establecido el 15 de noviembre como “Día de la Adherencia”. Médicos, farmacéuticos y enfermeras deben participar en iniciativas para mejorar la adherencia a los tratamientos.

–¿Los botiquines llenos de medicamentos caducados son un peligro público?

–Los botiquines domésticos deben estar siempre situados en un lugar adecuado ya que la luz intensa, la humedad y el calor pueden acelerar su degradación. La acumulación de los medicamentos en los botiquines es una mala práctica y debe ser evitada. Una vez que ha finalizado el tratamiento los medicamentos deben ser depositados en el punto SIGRE (Sistema Integrado de Gestión de Residuos y Envases) de las farmacias que está activo desde hace 20 años.

–¿Y cómo se deben eliminar?

–Los medicamentos caducados y los restos de tratamientos no deben eliminarse como cualquier otro residuo por su capacidad contaminante. Los medicamentos depositados en los puntos SIGRE, localizados en las 22.000 farmacias en España, son destruidos por un método específico realizado por empresas especializadas. El reciclado de los envases contribuye a la economía circular promovida por la Comisión Europea.

–¿El paciente comete muchos más errores que el médico al medicarse?

–Indudablemente. El paciente es un mal prescriptor y la automedicación es un riesgo para el paciente que no es consciente de las consecuencias de esta práctica. Los pacientes carecen de conocimiento para establecer el diagnóstico y en consecuencia de conocimiento para establecer el diagnóstico y no pueden tener un criterio para decidir un tratamiento. En mi opinión la mejora en la educación sanitaria ha contribuido a reducir la automedicación. Además, los sistemas de control establecidos para los servicios farmacéuticos hacen más difícil que el paciente tenga libre acceso a la mayoría de los medicamentos.

"Las vacunas son junto a la potabilización del agua el método de prevención más beneficioso para la humanidad"

–¿La venta de medicamentos por internet es una epidemia?

–Los medicamentos deben llegar al paciente siempre a través de los canales establecidos legalmente como son las farmacias, tanto en la atención comunitaria como en los hospitales. La adquisición de medicamentos por internet es una mala práctica y no tiene sentido alguno en nuestro sistema sanitario. Es cierto que algunos pacientes o sus familiares intentan adquirir medicamentos a través de la red ante situaciones desesperadas en enfermedades graves en las que no hay un tratamiento eficaz. Los anuncios en internet de medicamentos que curan ciertas enfermedades conducen, con frecuencia a esta decisión. La mayoría de estos medicamentos no han sido autorizados por agencias reguladoras y no existe garantía de su eficacia para la indicación establecida. Además, no se dispone de información del laboratorio fabricante y en consecuencia de las garantáis de su proceso de fabricación. La sociedad debe conocer que la falsificación es frecuente en los medicamentos que se adquieren a través de internet.

–Hay quince mil páginas web que venden Viagra, y la mitad la venden falsa.

–La falsificación de medicamentos es un grave problema de salud pública aunque, afortunadamente, cada vez existen más mecanismos de control en los países desarrollados. En España disponemos de un sistema de seguridad antifalsificación en las farmacias y hospitales además de los previamente establecidos por las propias empresas farmacéuticas y centros de distribución. Por otra parte, el propio sistema público de salud aporta los medicamentos necesarios para el tratamiento de las enfermedades tanto en atención primaria como en atención especializada.

–¿Cómo se produce la entrada de medicamentos falsificados?

–Cuando se recurre a sistemas no oficiales de distribución, principalmente internet, aunque también pueden adquirirse en algunos gimnasios, centros de culturismo y algunos centros de estética. La calidad de estos medicamentos no está garantizada por ningún centro oficial autorizado, principalmente las agencias reguladoras en materia de medicamentos como la Agencia Europea para España. Estos medicamentos pueden contener diferentes tipos de impurezas, principios activos similares, productos intermedios de la síntesis, restos de disolventes…

–Qué peligro.

–Con frecuencia estos medicamentos no responden a la eficacia y seguridad establecida y comprometen la seguridad del paciente. Se falsifican numerosos medicamentos como los indicados para el tratamiento de la disfunción eréctil, hormonas como la eritropoyetina, hormonas anabolizantes para el desarrollo muscular, toxina botulínica para su uso en medicina estética, etcétera. El sistema público de salud y la farmacia son una garantía frente a la falsificación de medicamentos.

–¿España hace los deberes en investigación?

–España ocupa un lugar destacado en la investigación clínica de medicamentos. Los ensayos clínicos son imprescindibles para que las agencias reguladoras autoricen nuevos medicamentos. El principal objetivo de estos ensayos es conocer la eficacia y seguridad de nuevos medicamentos una vez superadas las fases previas de investigación que se realizan en estudios in vitro, y más recientemente con modelos in silico gracias a los progresos alcanzados en la digitalización, la inteligencia artificial… El pasado año se iniciaron en España cerca de 1.000 ensayos clínicos, un 80% promovidos por la industria farmacéutica.

–¿Dónde se hacen?

–Principalmente en hospitales, aunque también algunos se desarrollan en centros de atención primaria. En estos ensayos participan diferentes especialistas en investigación clínica y son un buen ejemplo de cómo es posible la colaboración pública–privada para progresar en el conocimiento científico. En 2020 la industria farmacéutica localizada en España invirtió más de 700 millones de euros en el desarrollo de nuevos medicamentos. Sin embargo, en España a pesar del progreso en investigación básica no somos una potencia en innovación farmacológica como pude ser EE UU, Reino Unido, Alemania, etcétera. En relación con la producción de medicamentos España cuenta en la actualidad con 150 plantas de producción ligadas al sector farmacéutico.

–En La Felguera está la fábrica más importante del mundo de la materia prima que permite la aspirina. ¿Podría ser una vía para Asturias profundizar en este terreno?

–La producción de materias primas farmacéuticas es una actividad industrial muy importante tanto desde un punto de vista técnico como estratégico y con un gran impacto económico. España ocupó durante muchos años un lugar destacado en Europa en la producción de principios activos de medicamentos y buenos ejemplos son la producción de ácido acetilsalicílico en la fábrica de La Felguera o la producción de penicilina en Antibióticos de León.

–¿Obstáculos?

–Lamentablemente hoy la mayoría de las materias primas son producidas principalmente en China e India y es difícil competir con estos países con bajos costes de producción. En los últimos años hay un interés creciente en España por desarrollar productos biofarmacéuticos de gran interés para la terapéutica farmacológica actual. También se están desarrollando en hospitales terapias avanzada como terapia celular, terapia génica e ingeniería de tejidos. Considero que potenciar la industria de materias primas en ciertas áreas de la terapéutica es una iniciativa de interés también en Asturias para fortalecer el tejido industrial en el área de la salud.

–¿El farmacéutico debe ser mucho más que un dispensador de medicamentos?

–La farmacia ha evolucionado mucho en los últimos años superando la actividad más tradicional de la dispensación de medicamentos. Los farmacéuticos de las nuevas generaciones tienen una formación más próxima a la actividad asistencial que debe desarrollar el farmacéutico en colaboración con médicos y enfermeras. Hace más de 40 años la Farmacia Hospitalaria inició este cambio integrándose en equipos pluridisciplinares y desarrollando actividades clínicas reconocidas por los médicos, las sociedades científicas y por las autoridades sanitarias. El farmacéutico comunitario garantiza la calidad de los medicamentos frente a las falsificaciones. La creación del programa SEVeM (Sistema Español de Verificación de Medicamentos) es una herramienta ya implantada en las más de 22.000 farmacias españolas y es una importante aportación a la calidad de la terapéutica.

–¿La receta electrónica es una aliada?

–Su implantación facilita el conocimiento del historial farmacoterapéutico del paciente y evita los errores de mediación. Además facilita la gestión de estos recursos terapéuticos de forma más eficiente y permite una comunicación directa del médico con el farmacéutico. El farmacéutico es un asesor para el paciente, de fácil acceso, para realizar consultas relacionadas con los medicamentos y contribuye a mejorar la adherencia a los tratamientos. El farmacéutico debe ser considerado un componente de los equipos interdisciplinares que impulsa el cuidado de la salud y la prevención de la enfermedad.

"Los medicamentos caducados no deben eliminarse como cualquier otro residuo"

–¿Cuáles son las principales recomendaciones para los pacientes mayores?

–El envejecimiento es un proceso biológico natural de carácter irreversible responsable de cambios progresivos en órganos y tejidos con importantes consecuencias para la asistencia sanitaria y en particular para la terapéutica farmacológica. Además debemos tener en cuenta el incremento progresivo en el índice de envejecimiento que alcanzó en España, en 2022, las 133 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años. Asturias con un índice de 240 ocupa un liderazgo en el envejecimiento lo que tiene importantes consecuencias en la asistencia sanitaria.

–Recete algún consejo al respecto.

–Seguir escrupulosamente la prescripción médica, respetar la dosis, intervalo de dosificación y duración del tratamiento, comunicar al médico si está tomando otros medicamentos, plantas medicinales, drogas de abuso o complementos nutricionales. Evitar el consumo de productos homeopáticos y rechazar la oferta de medicamentos a través de la red. Es importante que el paciente se implique en el cuidado de la salud, lo que mejora el pronóstico de las enfermedades y la calidad de vida.

–¿Cuáles son los errores de medicación más frecuentes en pacientes ancianos?

–Los errores de medicación comprometen la calidad de la terapéutica farmacológica y pueden representar un grave riesgo para los pacientes. Los errores de medicación son frecuentes en la práctica clínica y comprometen la seguridad del paciente. Son varios los tipos de errores de medicación y pueden afectar a todos los actores en el campo sanitario como médicos prescriptores, enfermeras y, por supuesto, también los farmacéuticos.

–¿Y cuáles son los más frecuentes bajo la responsabilidad del propio paciente?

–Renunciar al tratamiento prescrito, no respetar la dosis, el intervalo de dosificación y la duración del tratamiento, confundir los nombres o el acondicionamiento de medicamentos, no realizar controles periódicos cuando son requeridos, asociar el tratamiento plantas medicinales (hierba de San Juan, Equinacea, Kratom, etcétera), sustituir el tratamiento prescrito por productos homeopáticos… Los programas de educación sanitaria impulsados desde organismos oficiales y sociedades científicas contribuyen, sin duda, a reducir los errores de medicación y mejorar la calidad de la terapéutica farmacológica.

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