Los tres extrabajadores de Duro explican con nostalgia que la compañía fue un referente industrial para el país que se fue reconvirtiendo con el paso de los años. "Fue una de las principales empresas no sólo de Asturias sino de toda España. Se extraía carbón y mineral de hierro. Estaba la fundición, la chapa, los perfiles, la construcción de puentes y edificios, las manufacturas industriales, los bienes de equipo. Incluso llegó a haber una flota de barcos".

En un pasado más reciente, de los talleres de la empresa en Langreo -y especialmente de Barros, que esta semana se ha quedado sin actividad- salieron tuneladoras, piezas para aerogeneradores eólicos y "gantries", complejos equipos médicos para tratar el cáncer con terapia de protones. También se fabricaron piezas clave del gran colisionador de hadrones del CERN, la instalación en la que en 2012 se descubrió el Bosón de Higgs, la denominada "partícula de Dios" que habría permitido la formación del Universo.

A la hora de repasar el brillante paso de Duro por Langreo -un vínculo industrial de más de 150 años que se tradujo también en el impulso de instituciones educativas, sanitarias y sociales- los tres antiguos empleados de la compañía no pueden ocultar su pesar, al vislumbrar el fin del camino. "Nunca pensé que llegara a ocurrir esto, que desapareciese de aquí la mayor industria que existió en España junto a la que había en Baracaldo", resume Víctor Puerta. "Es una pena que no vaya a quedar nada aquí. La sensación es de tristeza y mala leche", añade Anselmo Nicieza. Armando Braña se muestra más categórico. "Es la historia de una traición. Cambiar de actividad no tenía que implicar cambiar de ubicación".