La venera más solidaria se vende en Navia

El festival benéfico del postre organizado por Manos Unidas vuelve a superarse al repartir más raciones que nunca pese a la lluvia

Por la izquierda, María Luisa Villanueva, Ángeles Méndez, Rosa María Álvarez, Manuel González y Justina Alonso muestran los productos del menú solidario. | R. A. S.

Por la izquierda, María Luisa Villanueva, Ángeles Méndez, Rosa María Álvarez, Manuel González y Justina Alonso muestran los productos del menú solidario. | R. A. S. / Ana M. Serrano

"Nuestro lema para las actividades veraniegas es: ‘En lugares pequeños, mucha gente pequeña’, haciendo cosas ‘pequeñas’, pueden cambiar el mundo". Es lo que cuentan las mujeres del grupo Manos Unidas de Navia para contextualizar su actividad y justificar su compromiso con la "gran causa de mejorar el mundo".

María Eugenia Fernández repartiendo la venera gigante. | R. A. S.

María Eugenia Fernández repartiendo la venera gigante. | R. A. S. / Ana M. Serrano

Este sábado por la tarde, ellas y la venera (postre típico de Navia) más grande del mundo, volvieron a sorprender con un festival solidario, en el que a cambio de una ración de comida (este postre incluido) recauda fondos para proyectos solidarios con el tercer mundo.

"La gente de Navia siempre responde", contó una de las asistentes a esta peculiar cita que se organiza en el parque Alfonso Iglesias, en una jornada que se llena de gente, color y solidaridad. No es para menos. El festival se celebra desde hace casi treinta años (este verano cumplió 29 ediciones) y por ello tiene mucho arraigo en la zona.

La gente naviega y de concejos cercanos "espera a la venera", advierte María Luisa Villanueva, una gran conocedora, por vivirlo desde cerca y como organizadora del festival. Las personas que se suman a la merienda abarrotan el parque. Algunas comen cerca del reparto y otras se llevan la ración. El ir y venir es continuo y en la mesa donde se entregan las bolsas no dan para más. Es uno de los días más ajetreados del grupo de mujeres de Manos Unidas de Navia. Aunque, también, el más esperado porque "vemos la solidaridad y eso nos satisface". Esta vez, sorprendió la lluvia. "No la esperábamos y nos fastidia un poco, pero seguimos", contó Villanueva cerca del grupo de gaitas que no paró de sonar en toda la tarde.

El festival de la venera se programa antes de las fiestas patronales y este año coincidió con las actividades del Descenso a nado, por ello el gran ambiente, no se podía pedir más. El plato que preparó el grupo, gracias al apoyo de otras personas comprometidas con la causa, estaba compuesto por tortilla, empanada y rosco de venera. Se vendió a cinco euros el vale. "Sólo podemos dar la gracias porque un año más hablamos de un éxito rotundo", indicó la líder del grupo naviego de Manos Unidos.

Es muy habitual que los asistentes pregunten por la gran venera que se encarga de hacer la repostera María Eugenia Fernández Doval para la ocasión. Cada año se intenta superar el numero de raciones y, por tanto, la cantidad de ingredientes. Este verano, medía tres metros de largo y 95 centímetros de ancho y para hacerla posible fueron necesarios 17 kilos y medio de almendra, 13 kilos de azúcar y 4 kilos de huevos.

La recaudación de los vales se destinará a un proyecto para mejorar el acceso al agua y saneamiento en Kara, Togo (África). El grupo Manos Unidas espera poder hablar de un nuevo récord de donaciones, si bien hasta las próximas semanas no tendrá el recuento.

Villanueva asegura que al margen de las crisis económicas, el pueblo de Navia y las parroquias cercanas "siempre responden". Hay veneras que se reparten a familias y éstas hacen sus donativos al margen del precio del plato. "Recibimos de todo, hasta sobres con 100 euros y creemos que eso es porque confían en nosotras; saben cómo es nuestro trabajo y que todo lo que se hace aquí tiene un gran destino, que es evitar la desigualdad", sostiene Villanueva, una persona muy conocida en Navia que desde hace treinta años no ha cambiado su discurso sobre las diferencias en el mundo y la necesidad de atajarlas "cada uno desde donde pueda".

La fiesta de la venera acabó con lluvia, pero las gotas no desanimaron a las organizadores, imagen fiel de una solidaridad que cada año hace protagonista al concejo naviego. "El año que viene tendremos más que ofrecer", apunta Villanueva, quien espera poder seguir sumando éxitos solidarios.

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