Almuña toca la fibra: el espacio de "coworking" del centro de empresas de Valdés cuelga el lleno en verano con empleados foráneos que teletrabajan

Los usuarios buscan un espacio tranquilo, buena conexión a internet y conocer a otros trabajadores

Noelia Pérez y Silvia Pérez, en una de las salas de coworking del centro de empresas de Valdés. | A. M. Serrano

Noelia Pérez y Silvia Pérez, en una de las salas de coworking del centro de empresas de Valdés. | A. M. Serrano / Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

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Noelia Castro utiliza el espacio libre, con acceso a internet, que tiene operativo la Cámara de Comercio en el centro de empresas Almuña-Barcia de Valdés, porque así puede teletrabajar sin agobios. No estar en casa le permite diferenciar los tiempos de descanso y trabajo y ponerse un horario. Como ella, son muchos los trabajadores que hacen uso del espacio de coworking, si se permite el anglicismo, que ha puesto en marcha la antena de la Cámara de Comercio ovetense gracias un convenio con el Ayuntamiento valdesano.

José Luis Martín y Daniel Cuéllar, teletrabajando. | A. M. Serrano

José Luis Martín y Daniel Cuéllar, teletrabajando. | A. M. Serrano / Ana M. Serrano

Su portavoz, Silvia Pérez, lo califica de éxito. "Es verdad que se trata de un espacio que cada día se utiliza más, pero ahora mismo tenemos 23 usuarios, cuando antes no llegábamos a diez", dice. La sala permite a trabajadores que no tiene buen acceso a internet o no quieren trabajar desde casa acceder a una especie de oficina. Lo hacen de forma sencilla, gracias a una clave que entrega la entodad cameral. En las dos salas habilitadas encuentran silencio, tranquilidad y personas con, muchas veces, sus mismas inquietudes empresariales y de trabajo. Cada uno, eso sí, tiene sus motivaciones para solicitar el servicio, que es gratuito previa supervisión de Silvia Pérez.

Noelia Castro es de Cadavedo, Vive en Gijón y trabaja en una fundación donde está permitida la fórmula del teletrabajo. Tiene una hija de tres años y este verano quería darle la oportunidad a su pequeña "de vivir los veranos que viví yo". En Cadavedo cuenta con red familiar para el cuidado de la niña y ella, "a nueve minutos" de su casa, dispone de un espacio de coworking "que está genial". Estos son sus encantos: es buena la atención de Silvia Pérez, son buenos los lugares habilitados y espacios y la señal de internet va rápida. Muchos aprovechan la estancia para hacer las videoconferencias de trabajo que en espacios domésticos se vuelven más tediosas. "En general estoy muy contenta y no descarto a medio plazo instalarme aquí definitivamente", apunta la joven, al tiempo que destaca las oportunidades de fijar población que se abren con espacios de este tipo.

José Luis Martín también teletrabaja en el centro de empresas de Luarca. Llegó de Madrid el pasado 26 de julio y se instaló en la casa familiar de La Granda, en Valdés, donde no disponen de conexión a internet. Hace tiempo leyó a través de LA NUEVA ESPAÑA digital las opciones que ofrecía la sala abierta en Almuña por la Cámara de Comercio. Probó y ya se mudó. Estuvo en Semana Santa y ahora repite experiencia hasta que sea de obligado cumplimiento pasar por la oficina. Es analista de datos. "Estoy muy a gusto; es una sala que tiene todo lo necesario", dice y algunos, como él, señalan las opciones que hay de aparcar sin tener que "comerse mucho la cabeza durante el viaje con esa idea".

Daniel Cuéllar es otro inquilino temporal de la sala del Centro de Empresas. Vive en Santa Marina, en Cudillero. "Prefiero venir aquí que entrar en Cudillero villa en pleno verano", apunta. En su caso, busca tranquilidad y separar espacio de rélax (su vivienda) y de trabajo, ya que en su domicilio el acceso a internet es bueno: tiene 5G. "Aquí también te encuentras con otros emprendedores", señala. "Conoces a gente que siempre te puede ayudar en alguna cosa", añade mientras en su ordenador diseña uno de sus próximos proyectos, ligado al turismo.

En la Cámara de Comercio están muy satisfechos con la repercusión de este espacio, también con la ayuda que presta a trabajadores y autónomos y con la idea de abrir el centro de empresas a las personas que "realmente lo necesitan". Todo es posible gracias al convenio firmado entre esta entidad y el Ayuntamiento de Valdés, que hace posible, a su vez, el alquiler a precios módicos de los despachos y las naves que hoy por hoy cuelgan el lleno. Además, entre los invitados y las empresas instaladas en el centro a veces surgen colaboraciones. Ya se ha dado el caso de trabajadores que usan el espacio de coworking y han contratado servicios a las firmas allí instaladas. Todo queda en casa.