A paladas contra los eólicos en el XXVI Descenso Ecológico del Esva, que pide más compromiso con el entorno

Suele convertirse el Descenso Ecológico del Esva en una llamada a la sociedad para frenar el avance de la industria que no tiene en cuenta el valor ambiental de la zona donde se asienta. Y así quedó demostrado este sábado. Centenares de personas se sumaron a una cita de ocio y reivindicación que recuerda cómo los vecinos del valle valdesano de Paredes frenaron "unidos y convencidos" el desarrollo de una mina de feldespato en el año 1991.

El descenso cumplió 26 ediciones y lo hizo con un lema especial y diferente a los anteriores: "Solo aves en el cielo". Una alusión a la proliferación de torres eólicas en el Occidente. El pregonero, impulsor de la asociación que hoy organiza el festejo, Carlos Martínez de Campos, incidió en el mensaje. "Volvemos a vivir momentos malos con incendios, amenazas de minas aguas arriba y molinos de viento. Tenéis que pararlo ya y lo tenéis que parar vosotros. Si no lo hacéis, lo pagareis los de siempre", dijo en una aplaudida intervención.

Martínez indicó que el turismo "no viene a ver torres, viene a ver naturaleza", preguntándose qué será de esas moles en el futuro. "Os invito a dar vida a la asociación, a luchar por nuestro territorio", añadió desde el pequeño escenario que todos los años acoge el pregón.

También recordó Carlos Martínez a tres amigos que hicieron en su día posible el frenazo a la mina de feldespato: Alberto, Rodolfo y Tito.

Este año, el premio "Nutria de honor" fue para el grupo naturalista Mavea. Su presidente, Juan Manuel Fernández, agradeció un galardón que "viene de un colectivo que hace lo que todos deberíamos hacer por nuestro territorio: cuidarlo".

Tras estos actos, los más valientes se metieron en el agua para hacer, muchos de ellos en canoa, la que resultó una difícil travesía debido al poco caudal del río.