Arturo Obegero, desde Tapia a la moda de París: el éxito se logra "siendo pesado"

El diseñador de Tapia, presente en el encuentro internacional de profesionales de moda en París, recuerda que, sin padrinos ni ayuda, mandaba sin descanso sus propuestas a estilistas y equipos de prensa hasta que se fijaron en lo que hacía

Obegero, en la feria Première  Vision Paris. | Efe

Obegero, en la feria Première Vision Paris. | Efe / N. G. / Efe

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"Yo vengo de Tapia con una mano delante y otra detrás", bromea en París el diseñador Arturo Obegero, siempre con el nombre de su pueblo, Tapia de Casariego, en la boca. Apenas en la treintena, el asturiano ha vestido ya a estrellas como Harry Styles o Beyoncé y es más que un "couturier" promesa.

"Llevo tres años solamente con la marca, aunque parezca que lleve 20 años de mi vida, y estamos consiguiendo muchas cosas", explica Obegero respecto a su firma homónima, durante una entrevista en el encuentro internacional de profesionales de moda Première Vision Paris, uno de los eventos un evento imprescindibles para los profesionales del sector de la moda, en el que se reúnen más de mil expositores donde los diseñadores pueden encontrar respuestas para concebir y crear sus próximas colecciones.

El nombre de Obegero tomó dimensión enorme asociado al videoclip de "As It Was" (2022), el superéxito de Harry Styles que lleva casi 700 millones de visionados en YouTube. O cuando Adele o Beyoncé también sucumieron a un estilo que Obegero describe como "romántico-seductor" y "clásico con un toque esotérico", con guiños a la cultura española.

A ese mundo de alto perfil Obegero recuerda que llegó sin padrinos, armado solo con su portfolio. "La fama es como la moneda de cambio, sobre todo en el mundo de la moda. Yo estoy encantado de trabajar con artistas a los que admiro y espero que siga pasando", afirma el joven diseñador, incrédulo aún de los nombres que aparecen asociados a su currículum.

"Entiendo que suscite mucho interés y que todo el mundo nos pregunte y nos relacione con eso. Pero también denota esta obsesión que tenemos con la fama, con la celebridad", reflexiona.

De cómo ha llegado hasta donde está, el de Tapia dice claro que "siendo pesado". Trabajando desde el taller que tiene en su casa de las afueras de París, una de sus claves ha sido mandar sin descanso sus propuestas a estilistas y equipos de prensa. Algo de ese espíritu marcó su camino hasta París. Fue internet la ventana que le reveló los desfiles de Alexander McQueen, los de Riccardo Tisci con Givenchy o los de Nicolas Ghesquière en Balenciaga y así descubrió "un mundo que me apasionó. Que me hacía soñar, me hacía evadirme, y me enamoré de la creatividad e incluso de la emoción que puedes crear con un desfile, que no es meramente una chaqueta bonita", considera.

Su madre y él empezaron a guardar dinero a sus 15 años para llegar, algún día, a estudiar en Central Saint Martins, la prestigiosa escuela británica por la que pasaron muchos de sus ídolos.

Con el sello Arturo Obegero promueve una moda ecorresponsable –trabaja con "dead stocks", tejidos sin usar comprados por otras marcas–, porque no entiende otra forma de crear habiendo crecido junto al mar, en un pueblo que es "pura naturaleza".

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