Tapia de Casariego, más allá de la poesía

La gran proyección mediática de la obra del poeta tapiego Pepe Suárez Jardón

Félix Martín

Félix Martín

"Este llabrador tapiego

que se foi cara ultramar,

nunca máis deixóu de amar

el llenguaxe asturgallego".

Pepe Suárez Jardón

Es muy larga la nómina de los entrañables poetas que han desfilado por la vida tapiega, Conrado Villar, Ignacio "de Catalina" y Carlos Casariego, entre los más lejanamente recordados. Eugenio Lebredo, Ramón y Carolina Santamarina, también, mientras que Conchita Á. Lebredo y Xosé Miguel Suárez siguen en la actualidad muy presentes en la dinámica cultural de Tapia. Todos ellos contribuyen al sostenimiento de la fala, en peligro de extinción por más romanticismo que podamos impregnarle al asunto.

Y nunca es suficiente para evitar, como apunto, dicho riesgo. La irrupción del poeta tapiego Pepe Suárez Jardón ha contado, pese a su alejamiento trasatlántico, con una resonancia mediática propia del siglo XXI. Las redes sociales se han encargado de amplificar su extraordinaria calidad literaria (a decir de los expertos) que, además, y como consecuencia de su llegada a Tapia hace pocos días, vemos que se hace paralela a su altura humana. Y es que pocas veces, y en tan poco tiempo, un tapiego ha podido concitar tamaño interés por ser leído (lo más importante para un poeta), y además homenajeado públicamente por todo el pueblo con la implicación incluso del propio Consistorio de Tapia.

"Por el camín de Nayundes", en fala, más "La voz del silencio en la mirada", son sus más recientes poemarios, y que a tenor de su participación diaria en el principal altavoz de la vida tapiega en Facebook, a más de su juventud, hacen prever una larga continuidad. Es bien sentida la revalorización que hacemos de nuestros recuerdos cuando éstos nos quedan lejos, o empañados por la pátina del tiempo. Es el caso de Pepe Suárez Jardón, cuya proyección desde su emigración argentina al escenario poético de Tapia, es, según él mismo reconoce, bastante reciente.

Por todo ello, y doblemente, hay que saludar, alentar y agradecer con los brazos abiertos la proliferación de su obra literaria, sobre todo si sirve, más allá del conocimiento de su propia obra, y del hervor propio del momento, si sirve como apunto, de aliciente añadido para la conservación, el disfrute y la divulgación del habla eonaviega, tan eternamente arrinconada por la indolencia de los propios destinatarios, y sobre todo por la Administración cultural. Ya no vale la tan manoseada justificación de; " ... é que condo tábamos en Oviedo, a xente pensaba qu’éramos galegos ...". Ya no vale, y Pepe Suárez Jardón nos lo demuestra cada día. Pois muitísimas gracias, querido amigo.

Suscríbete para seguir leyendo