Sol y sombra

Desiguales ante la ley

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

En el caso de Pedro Sánchez, hay motivos para dudar de su palabra pero no de su tenacidad para salirse con la suya. De modo que insistirá en ceder a las pretensiones de Puigdemont para salvar la ley de Amnistía, que se está convirtiendo no solo en un quebradero de cabeza y un problema mayúsculo de la política nacional, sino también en el mayor activo del desprestigio institucional de España antes los socios de la Unión Europea, por todas sus connotaciones, las que afectan al derecho, la igualdad ante la ley y la persecución judicial. Sánchez ya ha adelantado que todos los independentistas serán amnistiados porque no son terroristas. Efectivamente, no todos los independentistas son terroristas, sólo los que han participado en actos que están relacionados con el terrorismo como es el caso, entre otros, de Tsunami Democràtic. Da igual la intensidad, terrorismo se define como violencia premeditada y con motivos políticos contra objetivos civiles por grupos subnacionales o agentes clandestinos, generalmente con la intención de influir en un público determinado. Precisamente lo que desató el procés.

Conviene no seguir arrojando confusión sobre el asunto: aquí no se ha juzgado a nadie por defender políticamente unas ideas separatistas y sí por delinquir convocando un referéndum ilegal, llevando la violencia a las calles, malversando los recursos del Estado y proclamando unilateralmente la independencia de Cataluña. Del mismo modo y duele repetirlo por obvio, las causas pendientes con la justicia de los políticos no son por el hecho de ser políticos, sino por haber delinquido como podría hacerlo cualquier otro ciudadano dedicado a cualquier otra cosa. Resulta demasiado obvio pero hay que insistir en ello porque el mensaje que el Gobierno y sus socios intentan difundir con el lawfare y la "dictadura judicial", inadmisible en una sociedad democrática, es la prueba de que el verdadero objetivo está en lograr la impunidad por todos los medios. Resultado: desiguales ante la ley. Contra eso sí que hay que levantar un muro.

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