Opinión

Los garantes de la libertad

La doblez de los discursos por la libertad de la derecha liberal

Me hizo mucha gracia que, en pleno apogeo de los movimientos del Gobierno contra la prensa que no le baila el agua y en busca de una reforma del CGPJ que les permita elegir jueces con la mayoría que posee el PSOE junto a sus socios, saliera Núñez Feijóo a garantizar el Estado de derecho y propusiera, entre otras cosas, "prohibir" las acusaciones de "lawfare". Mira que el PP, cuando está en la oposición, se curra lo de parecer liberal y favorable a la independencia de quien no ostenta el poder, pero al que tiene alma de jefe se le descubre pronto. Prohibir un discurso perfectamente criticable en vez de criticarlo: ¿para qué conformarse con menos?

En fin. Mis lectores saben que yo, a la hora de atizar al Gobierno, no soy de los que se quedan en casa, de modo que no me venga nadie con el "y tú más". Mi artículo de hoy es un recordatorio cínico y perfectamente informado sobre el PP y sus garantías de independencia para jueces y periodistas.

Cuando están en el poder y tienen mayoría suficiente para imponer su visión del mundo, casualmente se les olvida que los jueces elijan a los jueces y que los periodistas digan lo que les dé la gana. Remontándonos al primer gobierno del PP, el de Aznar, faltarían páginas en este periódico para recoger todos los ataques directos e indirectos a la prensa por parte del Gobierno. En las tertulias de radio, programas de televisión y diarios donde tenían mano, las cabezas rodaban que era un gusto y los vetos eran el pan nuestro de cada día. Victoria Prego, recién fallecida, podría contar tantas historias como Julia Otero y tantos otros comunicadores progresistas.

El gobierno de Rajoy, pese a ser algo más moderado en su inquina (el ego de Rajoy estaba a mucha distancia del de su antecesor y aquí la fragilidad del ego es determinante), lo primero que hizo fue mandar a Ana Pastor a pastar. Las televisiones públicas son el mejor termómetro del amor por la libertad de los gobiernos. No hay más que ver las autonómicas, por ejemplo la de Madrid, para constatar la doblez de los discursos por la libertad de nuestra querida derecha liberal.

La libertad de prensa y la fiscalización del poder siempre encuentra el abrazo de quien está disputando el puesto al de arriba. El PP ha tenido ya demasiadas oportunidades, en el gobierno central y los autonómicos, en las que demostrar que hoy está mintiendo.

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