"La base de este deporte es transmitir una historia a través de lo que tú haces; es lo que lo diferencia del resto". Con estas palabras, Ana Isabel Corte Roces, miembro del comité técnico en la modalidad de gimnasia artística de la Federación Asturiana de Gimnasia -y que además pertenece al Club Rítmica La Corredoria-, explicó lo que para ella significa esta práctica deportiva. Durante su comparecencia ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA realizó una didáctica exposición sobre la gimnasia dentro y fuera de Asturias.

"Todo nace a partir de la teoría de movimiento de Rousseau", explicó Corte, a lo que añadió que el carácter competitivo lo consiguieron implantar "la Unión Soviética y Alemania". "En España, empiezan a competir en los años 60, de la mano de Emilia Boneva; la primera medalla mundial no llegó hasta 1991", contó la entrenadora. En territorio astur, Ana Isabel Corte no quiso olvidarse de dos mujeres que impulsaron la gimnasia de manera definitiva: Teresa Muñoz y Catherine Sandaró. "Todo empieza a moverse en Gijón; fue clave que poco a poco fuese entrando en los colegios", relató la monitora, que resaltó el carácter femenino que la gimnasia tenía en sus inicios: "La gente no se da cuenta del volumen de niñas que mueve este deporte; cuando un chico quería competir, tenía que hacerlo con ellas".

La instructora hizo alusión a la reciente retirada de Eugenia Onopko, sin la que Asturias se queda "huérfana de referentes".