Envejecer mientras se protege la memoria

Down Asturias lucha para prevenir el alzhéimer con su programa de mayores: “Queremos mantener nuestras capacidades activas”

Desde la izquierda, Pablo Martín, Laura González y Felipe  Fidalgo, en la Asociación Down Asturias. | F. Rodríguez

Desde la izquierda, Pablo Martín, Laura González y Felipe Fidalgo, en la Asociación Down Asturias. | F. Rodríguez / Elena G. Díez

Elena G. Díez

Felipe Fidalgo celebrará su 43 cumpleaños este lunes, aunque a efectos biológicos su proceso de envejecimiento es equivalente al de una persona de 63 años. Tiene Síndrome de Down, algo que no le impide trabajar como comercial en Alcampo y “ser muy feliz”, pero se enfrenta a un alto factor de riesgo de padecer alzhéimer. “La trisomía se encuentra relacionada con las placas seniles que derivan en esta pérdida de memoria”, explica Ana Luque, gerente de la Asociación Down Asturias. Esta información no es novedosa, aunque el desconocimiento que gira en torno a ella dificulta la prevención de situaciones similares. Por eso, desde la organización llevan desde 2016 con un programa de mayores que, mediante seguimiento y refuerzo cognitivo, facilita una entrada a la tercera edad con retención de conocimientos y autonomía.

El denominado efecto eclipse hace que cambios de comportamiento que encenderían una luz roja en pacientes sin Síndrome de Down se pasen por alto debido a este trastorno. “Las familias nos piden asesoramiento porque notan una evolución anómala en sus seres queridos y los médicos no son capaces de apreciarlo”, dice Luque. Gracias al aumento de la esperanza de vida y a los avances de la sociedad, las personas down son cada vez más longevas, y quieren disfrutar de todo su ciclo de vida. “Quiero mantener mis capacidades activas, porque nos hacemos mayores”, afirma Felipe. Junto a él se encuentran Laura González, de 42 años, y Pablo Martínez, de 38. Los tres asisten a los cursos impartidos por Marisa Fernández para que su cerebro no cese de trabajar.

Realizan actividades de orientación espacial, descripción de imágenes, memoria autobiográfica, manejo de dinero, cálculo o comunicación. Todas enfocadas a los gustos personales de cada uno. A Laura le encanta Bustamante y muchos de los ejercicios que desarrolla tienen al artista como protagonista. “A mí me salen vídeos de Mocedades”, cuenta Pablo. Aseguran estar satisfechos con los avances del programa y cuentan como, en parte gracias a ello, se desenvuelven de forma autónoma en su día a día: no confundir la ruta de autobús, organizar de manera minuciosa los materiales y disfrutar del ocio cuando toca descansar.

“Sobreprotegerlos no ayuda nada. A veces se tiende a ello y supone un retroceso”, cuenta la gerente. Y añade: “Si a alguno le cuesta quitarse la chaqueta, se espera con paciencia a que averigüe como desabrocharla. No sirve de nada hacerlo por ellos, porque van perdiendo autogestión”. De esta manera, los tres cogen sus tablets con el programa “Neuronup”, una aplicación de estimulación neuronal, y van configurando su sistema de retención de conocimientos. “Que el envejecimiento llegue lo más tarde posible”, exclaman sonrientes.

La detección temprana de la pérdida de facultades en personas con discapacidad es tan importante, asegura Luque, que este método se empezará a implantar en 2022 a partir de los 20 años. Ahora, para la asociación lo importante es concienciar y trabajar con centros sanitarios y residencias, para que perduren los recuerdos de toda una trayectoria vital.

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