El Ministerio de Defensa rebate a Trubia y pretende que los blindados estén "antes de lo previsto"

El Ministerio sostiene que el programa del nuevo vehículo se ha lanzado en tiempo récord y será un referente", frente a las dudas en Santa Bárbara

Dos operarios trabajan en la construcción de un blindado en la fábrica de armas de Trubia. | Irma Collín

Dos operarios trabajan en la construcción de un blindado en la fábrica de armas de Trubia. | Irma Collín / Víctor DelgadoV. D.

Víctor DelgadoV. D.

Continúa el tira y afloja entre el Ministerio de Defensa y Santa Bárbara Sistemas, la empresa con planta en Trubia que se encarga de cumplir con el ambicioso contrato de nuevos blindados para el Ejército de Tierra. El ministerio que dirige Margarita Robles, en contraposición a la postura de la empresa, afirmó a este periódico que el programa de Vehículo de Apoyo Cadenas (VAC) "está planificado para cumplir no sólo con el calendario establecido, sino para que pueda terminarse antes de lo previsto para algunas de sus versiones". La discordia con los tiempos se refiere al primer lote encargado por Defensa a Santa Bárbara, que consta de 394 unidades y tiene un importe de licitación de 1.953 millones de euros.

"El programa VAC, que acaba de dar sus primeros pasos, se ha lanzado en tiempo récord y será un referente dentro de su clase", explican desde Defensa. Sin embargo, estos optimistas cálculos no son compartidos por todas las partes implicadas. Fuentes conocedoras del contrato adelantaron a LA NUEVA ESPAÑA el pasado martes que los vehículos iban a experimentar un cambio en el diseño por exigencia del ministerio, algo que obligaría a Santa Bárbara a asumir su construcción prácticamente desde el inicio. "El retraso en las entregas sería inevitable y podría alargar el proceso uno o dos años" afirmaban desde el entorno de la factoría trubieca.

El consorcio Tess Defence, que integra a Santa Bárbara con otras tres empresas (Indra, Sapa y Escribano), suscribió el pasado mes de diciembre el contrato para ponerse manos a la obra con el programa. La idea inicial era empezar a entregar vehículos a lo largo de este 2024, algo que ven difícil desde la fábrica. "No es lo mismo construir un Twingo que un Megane, cualquier modificación requiere tiempo", explica didácticamente uno de sus trabajadores. La empresa espera que la elaboración del nuevo diseño le sirva para ganar prestigio, aunque necesitará el visto bueno de Defensa para que el blindado pase del papel a la realidad.

El nuevo blindado con cadenas está llamado a sustituir a los viejos TOA (Transporte Oruga Acorazado), que acumulan más de media década de servicio. Las urgencias de Margarita Robles se deben en parte a que se ha planteado jubilar a los antiguos vehículos a lo largo de los próximos tres años. El objetivo del cambio de planes es adaptarse mejor a las necesidades del Ejército, reduciendo los riesgos del actual programa.

Los nuevos vehículos encargados a la villa cañonera son unidades de segunda línea, no como sus antecesores el Leopard y el Pizarro. Destacará por sus prestaciones en movilidad y versatilidad. A partir de una plataforma base, habrá hasta diez versiones diferentes del vehículo: portapersonal, defensa contracarro, puesto de mando, carga pick up, carga blindada, mortero pesado, observador avanzado, ambulancia, zapadores y recuperación. Defensa dejó para más adelante la decisión de cuántos vehículos construirá de cada tipo y el programa que seguirá para ellos. Todo apunta a que se utilizará el Ascod 2, que emplea una barcaza como base y ha dado grandes éxitos comerciales a Santa Bárbara en los últimos años.

Juan Escriña, director general ejecutivo de Santa Bárbara Sistemas, aseguró, durante un acto de homenaje a varios trabajadores, que la factoría acabaría construyendo más de 1.000 vehículos hasta 2035, garantizando hasta esa fecha la carga de trabajo y el futuro de la fábrica. Tal fue el nivel de optimismo de Escriña que llegó a expresar su deseo de que la continuidad en las líneas de producción permita a Trubia encargarse de nuevo del armamento, hasta el punto de volver a fabricar cañones y sistemas de artillería autopropulsada.

"Dragones" y "castores"

La ejecución de los VAC no es el único contrato que maneja la fábrica de Trubia. En marcha está la construcción de los vehículos sobre ruedas 8x8 "dragones" y de un encargo único de "castores", un tipo de VAC destinado a los zapadores. En el caso de los "dragones", Defensa se reunió con Santa Bárbara para mostrar su preocupación con los retrasos de las unidades previstas para 2022 y 2023. La ministra Robles reclamó también una nueva línea de producción en la fábrica. En cuanto a los "castores" se entregaron al Ejército los primeros seis vehículos de la serie y se tiene previsto completar la producción y entrega de los 29 restantes a lo largo de 2024. Todos estos encargos prometen un impacto económico y fiscal en Asturias de 1.391,9 millones de euros hasta 2027 y generarán cerca de 1.000 empleos directos, indirectos e inducidos.

Los sindicatos, escépticos ante unos plazos que ven difíciles de cumplir

Ante las distintas versiones de Defensa y de Santa Bárbara, los sindicatos con mayor representación en la fábrica de armas de Trubia son escépticos con los plazos. Joaquín Puga (secretario general de CCOO en la factoría) cree que si hay cambios en el diseño serán necesarios más tiempo y un aumento la capacidad productiva. "La empresa va a ser la que decida si se puede o no sacar el pedido en tiempo y forma", recalca Puga. No obstante, el sindicato no cree que los posibles retrasos puedan suponer una merma en los puestos de trabajo, aunque se mantendrán "ojo avizor" para que Santa Bárbara siga cumpliendo con las contrataciones indefinidas que les prometió. Mariano Fernández (secretario general de UGT en la fábrica) incita a la empresa a que acelere con los encargos de Defensa para cumplir los plazos. Señala que los problemas con "castores" y "dragones" tienen que ver con componentes que han de incorporarse al vehículo y que ha de ser la empresa "la que asuma las penalizaciones sin mermar a los trabajadores". Fernández coincide con su homólogo en que con un VAC totalmente nuevo "los tiempos serán muy distintos" y ve difícil entregar las primeras unidades hasta dentro de al menos un año. No obstante, los sindicatos se mantienen a la espera de recibir alguna comunicación de la empresa al respecto.

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