al final de la semana

El acelerón de la ciudad deportiva del Oviedo

El proyecto de Pachuca y Paco Rubio en Latores avanza en busca de encaje urbanístico

Álvaro Faes

Álvaro Faes

Premisa ineludible. Para que todo lo que se va contar a continuación pueda salir adelante, el Oviedo debe seguir en Segunda División. Prohibido irse al descenso. Los tres puntos de anoche en Leganés son oro, pero el equipo todavía ha de remar. Sudan los futbolistas en el campo y los dueños en el despacho. En su primera temporada al frente, los mexicanos del grupo Pachuca conviven con una situación deportiva inesperada. Al tiempo, despliegan su proyecto, un calco de lo que desarrollan hace años en México; en Pachuca, por supuesto, y también en León. Mucho de lo que tienen allí pivota en sus centros de formación de futbolistas, una ciudad deportiva. Es un elemento innegociable en su proyecto ovetense y por eso, la aparición de una serie de parcelas en Latores, propiedad del empresario soriano Paco Rubio y la decisión del Oviedo para lanzarse a por ellas, marcan un antes y un después en la historia reciente del club. Después de que LA NUEVA ESPAÑA desvelase la operación y de que el Oviedo, de la mano del Ayuntamiento, plantase un árbol en los terrenos y los hiciera “suyos”, el silencio se adueñó de la situación. En las últimas semanas, el trabajo ha sido intenso entre el club y la empresa de Paco Rubio, el grupo Herce, que no solo es la dueña del suelo, sino que afrontará la construcción. Todos quieren que, mediado el verano, el terreno administrativo esté allanado.

La química entre Pachuca y Herce funciona. Jesús Martínez y Paco Rubio, al final dos hombres de fútbol y de empresa -el soriano presidió el Numancia 25 años- hablan el mismo idioma y han puesto a sus equipos a trabajar en idéntica dirección. Perfilan a contrarreloj, pero con mimo el proyecto que llevarán al Ayuntamiento. Es una labor delicada, que no puede alterar el plan parcial de Santo Medero, el que afecta a los terrenos elegidos, de uso residencial, donde, hasta el giro de este inicio de año, la idea era levantar 200 viviendas unifamiliares.

El grupo Herce prepara ya los avales para lanzar la operación y afila un proyecto con una urbanización más sostenible y amigable para el medio ambiente. Con ese mandato trabajan porque la operación nunca saldrá adelante hasta que llegue la luz verde de Urbanismo. A priori, la ciudad deportiva lleva consigo una importante carga de interés general. El plan de Alto Medero, en los usos compatibles con el principal, prevé el dotacional deportivo. Pero esto hay que encajarlo en la legalidad y ha de encontrar el aprobado municipal.

El del oviedismo ya lo tiene. La afición ha acogido la idea con entusiasmo, aunque habrá de armarse de paciencia. No se trata de entrar mañana con las máquinas y empezar. Los procesos legales llevan su tramitación. Es cierto que la ciudad deportiva ha acelerado en silencio en las últimas semanas. El ritmo es constante y ahí trabajan los empresarios. Pronto será el momento de acudir al Ayuntamiento y sacar los papeles, mostrar las cartas. Nada que asuste a Paco Rubio: soriano, casi 70 años, promotor inmobiliario de larga trayectoria, con trabajos por todo el mundo y que, por cierto, ya en 2003 hizo una operación en Colloto. Oviedo no le es ajeno.

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